“¿En qué se diferencian una huelga general en Francia y en España?”, entrevista en El Economista.es

Reproduzco la entrevista que me han realizado en “El Economista.Es” sobre mi opinión alrededor de las huelgas generales españolas y francesas. La verdad es que en la descripción que me hacen se han pasado cuatro pueblos, casi les ha faltado poner “gurú” o algo así. Pero vamos, que estoy orgulloso que alguien considere que mi opinión es relevante para transformarla en una entrevista en un medio digital bastante seguido.

Centrar las fuerzas en los sectores estratégicos. Esa parece ser una de las razones que ha hecho triunfar el pulso que los sindicatos franceses están echando a Nicolás Sarkozy y que ha conseguido paralizar Francia en el ámbito de los transportes, educación y energía. José Rodriguez Fernandez, analista político de diferentes medios y profesor universitario, explica a EcoDiario.es cuáles son los puntos fuertes y débiles de las formaciones sindicales en Francia y España.

¿En dónde reside la fuerza movilizadora de los sindicatos en Francia?

Reside en el ámbito “extralaboral”, la fuerza de los sindicatos franceses es inferior a la española pero ciertos sectores sociales (por ejemplo los estudiantes, personas que no están en activo, etc?) se han sumado a las movilizaciones.

¿Qué poder de movilización tienen los sindicatos galos que no tienen los españoles?

A nivel laboral es inferior. Los sindicatos españoles movilizaron alrededor del 60% o el 70% de los asalariados, la producción eléctrica en las horas punta el 29-S era 7.000 MW inferior a la de un día laborable normal, en Francia las jornadas de lucha sindical están teniendo caídas de la producción eléctrica en hora punta de entre 1.500 y 2.000MW.

Pero mientras los sindicatos españoles lograron que la huelga tuviera efecto en todos los sectores (en alguno más que otro), los franceses están centrando la jornadas de huelga en un conjunto muy pequeño de sectores pero muy estratégicos (transporte, algunos servicios públicos, energía) y durante más tiempo lo cuál hace que su huelga sea mucho más visible para los no huelguistas.

¿Cuál sería, en su opinión, los puntos débiles de los sindicatos españoles en comparación con los franceses?

El punto débil es la agilidad para conseguir complicidades extralaborales y el posicionamiento de los medios de izquierdas a favor de las demandas sindicales. Hay que indicar que los sindicatos españoles tienen en el ámbito laboral mayor peso que los franceses (19,9% de tasas de afiliación en España y en Francia están en el 8-10%) y que en España es el único país donde la afiliación ha crecido desde 1980 hasta nuestros días. La debilidad radica en su imagen y en el apoyo extralaboral.

¿Qué diferencia en cuanto a subvenciones tienen los sindicatos galos que no tienen los españoles?

Los sindicatos españoles tienen alrededor del doble de capacidad de autofinanciación (los sindicatos españoles en su conjunto suman unos 3.000.000 de afiliados, en Francia la cifra ronda el 1.500.000), mientras que en España las subvenciones de libre disposición se reducen a una partida minúscula de 16 millones de euros (alrededor de 1 euro por cada asalariado), los sindicatos gestionan unos 200 millones de euros anuales para formación y otros servicios finalistas, y tienen unos 250-300 millones de euros de capacidad de autofinanciación, los sindicatos franceses tienen una aportación más grande y afianzada.

Por ejemplo, de las nóminas de cada trabajador públicos se descuentan obligatoriamente 134euros  anuales para financiar la actividad sindical, lo cuál le proporciona, tan sólo a los sindicatos del sector público casi 700 millones de euros de financiación pública de libre disposición, además gestionan unos 120 euros por trabajador (algo más de 600 millones de euros) para formación y otros servicios finalistas.

Esta práctica se propaga a muchos otros sectores y la “tasa sindical” es algo que ya está consolidado para financiar a los sindicatos franceses y no se cuestiona. Comparar los ingresos y ayudas públicas de los sindicatos de la UE-15 con los españoles es un ejercicio que ayudaría a desmitificar que nuestros sindicatos están muy subvencionados.

Otra forma de financiar, las horas que tienen los delegados sindicales, son más generosas en Francia y en el resto de Europa. Mientras el delegado medio español tiene tan sólo 15 horas al mes para poder hacer la actividad sindical, negociar el convenio, el calendario laboral, asistir a asambleas de su sindicato, realizar tareas de asesoramiento a sus compañeros, realizar formación, etc? según el European Industrial Relation Observer, los delegados españoles son los que menos horas cuentan para realizar la actividad sindical de toda la UE-15. En este sentido los sindicatos franceses cuentan con un plus que no tienen los españoles.

¿Cuál es la estrategia que siguen los sindicatos galos para lograr movilizar sectores y presionar al Gobierno?

La huelga general a la gala es una huelga de pocos sectores muy sindicalizados con el apoyo de sectores sociales que tienen ganas de mostrar su rechazo a Sarkozy. La huelga general a la española es más parecida a la alemana, una huelga general laboral, que afecta a todos los sectores y es más difusa.

Nuestra sociedad no aceptaría una huelga general sectorial que paralice el país, el rechazo a la huelga de los trabajadores del Metro de Madrid o de Ferrocarrils de Catalunya cuando han forzado los servicios mínimos es un ejemplo. En Francia, en cambio, la tradición es de dar apoyo a demandas llevadas por muy pocos o por sectores que tienen poco a perder (por ejemplo, estudiantes que no pueden ser despedidos o no pierden el salario de un día de huelga), aunque estas sean de un carácter más radical que en España.

¿Qué papel activo juegan las distintas sociedades (francesa y española) a la hora de secundar las iniciativas sindicales?

Un ejemplo podríamos compararlo con la huelga general del 2002 en España. En España en el 2002 había amplios sectores sociales que querían mostrar su rechazo a las políticas de Jose María Aznar, comenzando por unos cuantos medios de comunicación izquierdistas, algo parecido se produce en Francia en esta huelga donde “la izquierda” social y política se suma a las movilizaciones laborales. La huelga general del 2002 sólo fue ligeramente más exitosa que la del 2010, pero en cambio el apoyo “social” extralaboral fue superior. En Francia tenemos que añadir el factor de “golpear a un gobierno de derechas” y el apoyo de los medios de comunicación progresistas.

Por otro lado hay factores de tolerancia a la radicalidad que no se producen en España, aquí no entenderíamos que los agricultores quemaran camiones que vinieran de Marruecos, en cambio la sociedad francesa ha sido más permisiva con sus agricultores cuando quemaban camiones españoles. Aquí no aceptaríamos que un grupo de estudiantes bloqueara el acceso a la universidad al resto de compañeros o a los profesores, algo que en Francia se toma con cierta “normalidad”.

La insurgencia dentro de unos límites es tolerada por la sociedad francesa, lo cuál permite unos márgenes que en otros países de la UE como en Italia, Alemania o España son inimaginables. La violación de esos límites permite que las huelgas sectoriales más radicalizadas tengan mayor éxito.

Hay que indicar también que los medios de comunicación españoles han dejado mucho que desear en esta convocatoria de huelga, centrando el debate en la financiación sindical, donde cenan los dirigentes sindicales o donde hacen vacaciones, en si la huelga es una herramienta obsoleta o no, todo dejando de lado la pertinencia o no de la reforma laboral.

En este sentido los medios franceses, igual que los españoles en el 2002, se centraron en los motivos sindicales para la huelga general y no en otros aspectos laterales diseñados más para menoscabar a los sindicatos que en un sano interés por mejorar la calidad de nuestros sindicatos. Si la prensa francesa hubiera querido atacar a los sindicatos franceses como hizo la española el apoyo social de la huelga sería muy inferior.

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