Pensamiento automático IV: el relativismo absoluto

Cada día que pasa me voy convenciendo que aunque somos seres racionales lo primero que intentamos es justificar con argumentos lo que de por la vía emocional nos hemos posicionado. Sólo después de horas y horas de reflexión y de toneladas de argumentos podemos modificar un posiconamiento apriorístico, superando muchas resistencias.

Si fueramos puramente racionales nos bastaría un argumento racional más poderoso, o una evidencia empírica para poder modificar un posicionamiento en el que confiamos. Bien, aceptando que el ser humano es emocional y que sobre sus planteamientos y posiconamientos descarga una parte emocional y por tanto ofrecerá resistencias al cambio de ideas (resistencias que en general no tienen porqué ser malas, porqué así también obligamos a que las evidencias o argumentos que nos proporcionen sean realmente sólidos y no seamos unos veletas). Aceptando incluso que un posicionamiento supuestamente racional será más fácil modificar con argumentos emocionales que con unos púramente racionales, nuestra sociedad ha conseguido elevar el debate emotivo a un nivel de sofistificación insospechado.

 

racionalidad.jpgEn general es bastante fácil caer en falacias lógicas, juegos simbólicos y tergiversaciones del lenguaje. Por poner un ejemplo hace poco he tenido un debate en mi blog sobre unas agresiones violentas de unos piquetes de la empresa pública de transportes de barcelona que han terminado con personas en el centro de salud más cercano o con autobuses saboteados y para justificarlas igualaban el término violencia con el hecho de que no se les reconozcan unas demandas laborales.

 

El relativismo en este ejemplo es abrumador, violencia deja de ser una categoría con un contenido más o menos claro y la puedo utilizar en todo aquello que me interese. Cualquier limitación a mi libertad puedo considerarlo un acto de violencia y así puedo justificar un atentado o una agresión física (como era el caso) bajo la peregrina argumentación de que “el sistema no me deja trabajar menos horas para poder descansar”, o llevado al relativismo argumentativo “no puedo conseguir ese objeto que me gustaría tener”. Cualquier acción u omisión ajena podría ser un acto de violencia en un relativismo absoluto y equiparable sin mesura a partirle la cara a alguien y por tanto en esta nueva escala jerárquica de valores podría quedar justificado, casi incluso como acto de defensa ya que estaríamos reaccionando a una supuesta acción violenta contra nosotros.

 

Es obvio que los tribunales son algo más racionales que todo esto y por mucho que los deconstruccionistas nos repitan que las leyes están hechas para favorecer a los poderosos (es fácil plantearse lo siguiente, sin leyes… ¿quién saldría favorecido? ¿los débiles o los poderosos?, creo que es mejor decir que los poderosos han podido limitar las leyes para poder seguir teniendo ventajas), la legislación no entra en ese relativismo absoluto y sanciona una agresión física y no en cambio el expresar una opinión contraria a los intereses de alguien.

 

Pero el relativismo no se elimina con un simple ejercicio de deconstruccionismo o con un intento de racionalizarlo. Porqué la persona que lo utiliza, recordemos, se centra en justificar un posicionamiento emocional y por tanto el coste de modificarlo es mayor que el puramente racional y por tanto nos pondrá más resistencias. Es más, quien utiliza el relativismo absoluto para defender un tipo de actuación seguramente no acepte esa misma argumentación en otro ámbito de su vida. Estoy convencido que si alguien un ciudadano le pega un puñetazo a un huelguista porqué se siente perjudicado por la huelga lo llamarán violento, agresor, etc… por mucho que el agresor lo justifique en que vé violado su derecho a la movilidad. Me recuerdan a los “anarcos” de pacotilla que en la universidad justificaban el agredir físicamente al político del PP, Vidal Quadras, en base a que sus declaraciones les agredían a ellos, y en cambio denunciaban los golpes que recivieron por los escoltas del político para defenderle.

 

En cierta manera, hace poco, en Catalunya el relativismo absoluto se utilizó para denunciar las agresiones que sufrían una minoría de muy dulces y pacíficos okupas por la policía autonómica, en base a una gravación donde se veía como una de estas dulces personas dejaba inconsciente a un Mosso d’Escuadra. Curiosa inversión de víctima y agresor.

 

Como decía antes, el relativismo absoluto no es algo sencillo de erradicar. Cualquier persona en frío se daría cuenta que los agresores son evidentemente los que fueron a partirle la cara a Vidal Quadras por dar una conferencia en la universidad y que los escoltas intentaron salvarle utilizando los medios a su alcance y de forma proporcionada. Pero como Vidal Quadras es un tipo que cae muy mal, especialmente entre cierto sector extremoizquierdista de la sociedad catalana (para que no se diga que siempre atizo a la derecha) hubo quien incluso aplaudió la agresión y la propia universidad fué bastante tibia en el rechazo de estos hechos (no en cambio algunas organizaciones estudiantiles de centroderecha, izquierda y centroizquierda que rechazaron las acciones de los violentos). Las emociones se mezclaron en la valoración de unas personas, que seguro que si le plantearan que alguien que fuera a explicar a un conjunto de creyentes que tal vez no haya ningún libro sagrado que diga que es lo bueno y lo malo y fuera golpeado por decirlo lo rechazarían, y justificaron e incluso aplaudieron esas acciones.

 

Es bueno ser consciente de que los valores tienen cierto grado de relativismo, de que muchas cosas que socialmente consideramos buenas y otras malas reflejan las relaciones de poder de la sociedad, pero sí que caer en la falacia del relativismo absoluto nos puede llevar, no al vacío moral que algunos conservadores han anunciado, sinó a la moralidad a la carta y egoista.

 

No deja de ser una falacia la del relativismo absoluto que recae en otra de más calado y que es la que nuestra sociedad fomenta sin cortapisas y de forma alegre: el abandono de la racionalidad por la emotividad pura y dura.

3 comentaris a “Pensamiento automático IV: el relativismo absoluto

  1. Diría que el relativismo absoluto es un planteameinto postracional que sirve de sustento a los planteamientos preracionales. Si todo es relativo, lo que me gusta más creer estará siempre justificado. El postmodernismo alimenta la bestia irracional premoderna. Maldito Derrida :-P

  2. Hla José-

    Es así como dices, el impacto de unas palabras o de unos hechos puede tener impliaciones diversas en gente diferente, ahí elregistro de educación, experiencias y el histórico de cada cual así lo refleja, en la reacción que cada cua tengamos o en el intento racional o menos, de explicarlo.

    Y es que los humanos somos seres muy complejos, tanto o más en cuanto más evoluciona nuestra mente.

    Salut i €

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