Ciclismo urbano III: decálogo de una circulación amable

Los que creemos en formas de mobilidad más sostenible y no sólo basada en el vehículo privado a motor tenemos mala prensa. Ayer la entrada sur de Barcelona estrenaba el polémico sistema de velocidad variable (por cierto Donaire tiene un excelente artículo sobre el tema), y hace poco el ayuntamiento de Barcelona ha extendido el área verde en zonas donde algunos vecinos la reclamaban (pero, como no, siempre hay los que no la quieren). Además los carriles bici, con todos sus problemas de diseño, terminarán extendiéndose por la ciudad de Barcelona y el Bícing, con todos sus problemas de funcionamiento, se ha consolidado. Todo ello ha introducido una gran presión sobre el conductor de vehículo privado, sobretodo el que viene de fuera de la ciudad, hasta que se acostumbre a los nuevos sistemas de circulación y se consiga que la movilidad se aumente más en transporte público que en privado. Continua llegint

Ciclismo urbano II: guerra contra los carriles bici

Hace unas semanas hablaba de la taxonomía de los invasores de los carriles bici. A pesar de esta dificultad a la hora de circular por los carriles bicis, los ciclistas preferimos que la red de carriles bici crezca y tengamos espacios más o menos seguros para circular, aunque de vez en cuando invadidos. Hace unos años cualquier propuesta de ampliación de carriles bici tendría, en general, un apoyo muy extenso, pero en esta sociedad líquida de valores cambiantes, de individualismo, etc. hace que cada vecino mire desde su propio ombligo y microvisión cualquier cuestión del espacio público. Nada, que en lugar de “molan mucho los carriles bici” estos también generan quejas y problemas a los ciudadanos. Casi como una “Santa Alianza”, conductores, peatones y comerciantes se coaligan en contra de carriles bicis. Los primeros porqué se les elimina plazas de aparcamiento y tienen que soportar como reducen en algunos casos Continua llegint

Ciclismo urbano I: taxonomía de los invasores en aceras del carril bici

La vida del ciclista urbano está llena de sinsabores y situaciones extrañas. Somos los primeros en respetar “de aquella manera” algunas señales de tráfico. Como jugamos con eso de ser peatones y vehículo a la vez, en alguna ocasión escaqueamos un semáforo colándonos en la acera y de golpe siendo peatones, y como la percepción encima de una bicicleta es distinta a la del peatón y segúramente distinta a la del conductor (no lo soy por tanto hablo de lo que me comentan conductores-ciclistas), hay algunas señales que en apariencia son “opcionales” o que no aparecen en nuestro campo visual. Cuesta además que según que semáforos peatoneales no nos lo saltemos, algunos circulan por vías peatonales como si fueran “vías de prioridad para bicicletas por encima de los peatones”, y otros el hecho de avisar con el timbre es algo opcional y van pegando sustos al personal allí por donde Continua llegint