Díaz Ferran y el retraso de los acuerdos sociales en la crisis, o la importancia de que los dirigentes no sean delincuentes


Hemos realizado una devaluación interna, pero esta ha sido muy injusta, desequilibrada y además más recesiva que otras alternativas. Uno de los motivos de que la devaluación interna haya recaído básicamente en las personas que han perdido su empleo y de rebote muchos de ellos su vivienda, es el retraso de un acuerdo de devaluación de salarios entre patronal y sindicatos.

Esa falta de acuerdo a nivel macro, sorprendía porqué a nivel micro y sectorial se iban alcanzando estos acuerdos. Desde 2009 en adelante los convenios que se firmaban perdían poder adquistivo y devaluaban salarios, buscando, aunque sea lentamente, mejorar la competitividad y permitir la supervivencia de empresas y puestos de trabajo. No solo en la negociación de convenios sino en la negociación de formas de solventar problemas en las empresas en crisis se han negociado ERE de suspensión en lugar de ERE de extinción para evitar destruir empleo, o acuerdos míticos de reducción de salarios para salvar empresas y mantener el empleo. Todo ese trabajo micro, duro que han asumido pequeñas patronales y los sindicatos a nivel sectorial y los delegados sindicales y los empresarios a nivel de empresa, que han supuesto millones de horas de duro trabajo, ha servido para salvar cientos de miles de puestos de trabajo y permitir que hoy la cuantía de parados no haya alcanzado niveles aún más catastróficos.

Pero un acuerdo a nivel macro no se ha alcanzado hasta la AENC 2012-14 (acuerdo que le costó a los sindicatos ser asaltados dialécticamente por la verdadera izquierda SL). ¿Cómo es posible si los mismos actores sociales que llegaban a acuerdos a nivel micro (empresas) y meso (sectores y provincias) no podían alcanzar acuerdos más profundos a nivel macro?, ¿cómo es posible que las negociaciones se aceleraran hacia mediados finales del 2011? ¿Porqué la AENC 2012-14 no se firma para la negociación colectiva del 2011 o años anteriores?

Simplemente el actor que negociaba por la banda de la patronal era un tipo que utilizaba su cargo para prosperar a nivel personal. Joan Rosell nos puede gustar más o menos, parecernos un malvado neoliberal comeniños o no, pero es un tipo que ha fomentado bastante el diálogo, reconocido por ello por sus interlocutores sindicales. Nos puede gustar más o menos sus posturas, que responden al lobbye de un tipo de empresas, pero a diferencia de Díaz-Ferran no es un tipo que haya llenado de pufos sus empresas, le hayan detenido y durante años haya aprovechado su posición de poder para proteger sus intereses personales.

El caso de Díaz-Ferran es un punto para analizar, ya que un tipo como él puede bloquear durante meses sino años, acuerdos para ayudar a las Pymes a poder superar la crisis sin destruir empleo, simplemente por el hecho de estar en un cargo de una institución que tiene poco control social o cuya “accountability” hacia sus representados es muy pequeña (los empresarios no hacen elecciones al estilo de las elecciones sindicales y por tanto su representación solo depende de los asociados) que es clave para construir acuerdos, indica la dependencia y debilidad de las instituciones intermedias a personas que pueden aprovecharse de ellas.

Es duro, pero que la CEOE tuviera al frente a un tipo que generaba pufos, posiblemente sea un delincuente y que utilizaba su cargo para su interés personal ha provocado daños a la economía española serios y graves al retrasar acuerdos más que necesarios como el de la AENC 2012-14.

A todo esto, los sindicatos tienen menor probabilidad de que esto les ocurra. Están más expuestos a la 0pinión pública, tienen mayor número de afiliados (3.000.000) y su representatividad viene dada por unas elecciones sindicales en la que participan millones de trabajadores (alrededor del 70% de los asalariados) y dependen de la opinión y acción de los 300.000 delegados sindicales electos. En cambio el control social, público, político y mediático de las patronales es mucho menor.

Una de las reformas importantes está también en generar que haya más confianza entre los actores sociales que negocian. Es imposible tener acuerdos a la finlandesa con una CEOE que tiene posibilidades de colocar a Díaz-Ferranes al frente. La no existencia de algunos acuerdos de reforma clave como la negociación colectiva (que se rompió a mediados del 2011) nace precisamente de una desconfianza basada precisamente en los posos que generan personajes como Díaz-Ferran.

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