Elevar el salario mínimo no siempre es una gran idea

eurosUna de las noticias que se han republicado en redes sociales por parte de activistas de izquierdas es la noticia de que Francia elevaba el SMI a más de 1.400€, comparándolo con la cifra española de menos de 700€.

Sobre el SMI hace unos años realicé unos densos artículos, de los que sigo sintiéndome muy satisfecho. Quiero recuperar el último, en el que llego a una conclusión (bastante compartida) de que el SMI una vez supera el 50% del salario medio del país genera desempleo.

El caso de Francia es paradigmático por tener un SMI tan alto respecto a la productividad media que es de los pocos donde subirlo provoca desempleo. Las alegrías de la izquierda española ante subidas del SMI son problemáticas. El SMI es una herramienta para que no hayan salarios de miseria y que los trabajadores más productivos subsidien dentro de una empresa a los trabajadores menos productivos, es una herramienta de redistribución y de compensación del poder negociador de los empresarios para los trabajos menos cualificados, pero cuando el SMI produce más problemas que beneficios este ha de bajar o de congelarse, el SMI ha de estar siempre pensado en los trabajadores en peor situación, incluyendo a los que no obtienen un empleo por culpa de un SMI muy alto, como en el caso francés.

En el caso del salario mínimo se confrontan dos modelos que analizan su efecto: el neoclásico, donde los mercados laborales se comportan como la gráfica 1, y el monosopnístico, el de eficiencia de salario o el de capital humano¹, donde los mercados laborales se comportan como en el gráfico 2.

Gráfica 1: modelo de mercado neoclásico. Fuente: Employment Outlook, 1998. OCDE Gráfica 2: modelo de mercado monosopnístico, de eficiencia de salario o de capital humano. Fuente: Employment Outlook, 1998. OCDE

En los modelos del primer tipo cualquier aumento del SMI, siempre que este se haga por encima del salario mínimo que marca el mercado, debería destruir el empleo. En el segundo modelo, el SMI fomenta el empleo en una serie de rangos moderados (cuando no supera el valor de Wm), y en cambio lo destruye una vez supera esa gráfica. Hay que decir que en todos los países analizados en este artículo y en anteriores el SMI supera ese valor mínimo del mercado ya que el porcentaje de trabajadores cubiertos por el SMI oscila entre el 3,7% del caso holandés al 17% del caso mexicano.

El análisis de comparativa internacional, y el análisis del caso de los EEUU parece que da la razón al modelo de mercados no perfectos (el de la gráfica 2) ya que incrementos de SMI en el caso de EEUU van acompañados con una reducción del desempleo, una caída dramática de los trabajadores expulsados del mercado laboral y una potenciación del empleo juvenil. El propósito de este análisis es encontrar si la predicción teórica del modelo de creación de empleo se dá en otros rangos de SMI que no contempla EEUU. Este modelo se puede ver en las siguientes gráficas: 
Gráfica 3: Modelo de evolución de los indicadores de desempleo vs. SMI 


Gráfica4: Modelo de evolución de los indicadores de empleo vs. SMI 

En este caso hemos escogido Mexico que nos cubre el rango de SMI equivalente a entre e 20 y el 25% del salario medio del país, España (entre el 35% y el 40%), Holanda (entre el 45% y el 50%), Bélgica (entre el 50 y el 55%) y el de Francia (sobre el 60%). En los países estudiados los trabajadores que perciben el SMI cubren diversos rangos, desde España (con el 1%), y el de Bélgida y Holanda (entre el 3% y el 5%), EEUU (5%) y Francia y México (17%).

El análisis de los datos parece que es coincidente con el modelo:

  • En el caso de México, los datos de paro y los de población ocupada tiene el comportamiento esperado en la banda baja. El aumento del SMI viene acompañado de la caída del desempleo y de un aumento de la población ocupada. Cabe destacar que la relevancia de la correlación es superiro al 75%, debido al alto porcentaje de personas que cobran el SMI y al encontrarse cláramente en la banda del modelo donde aumentos del SMI son positivos para el desempleo.
  • El caso de España encontramos que el SMI apenas afecta al empleo cuando este se encuentra por debajo del 35% del sueldo medio, pero en cambio sí que afecta disminuyéndolo al superar esa cantida, el análisis de SMI y paro, indican una baja correlación del paro para los SMI por debajo del 35%, y una caída del paro cuando el SMI supera esa cifra. Al estar el SMI español tan cerca del sueldo mínimo de mercado (y afectar a tan pocos trabajadores) el efecto debemos concentrarlo en los parados de larga duración: incrementos de SMI (1975=100) y tiempo medio de desempleo donde se vé con una correlación del 80% como el SMI ayuda a disminuir el tiempo medio de desempleo (al incentivar la contratación de parados de larga duración), y los trabajadores jóvenes: SMI y ocupación juvenil. El caso español es paradigmático de encontrarse en la banda donde el SMI está muy cerca del salario mínimo de mercado, con lo cuál los aumentos o disminuciones del SMI apenas tiene efecto para el conjunto de la ocupación, pero sí para los colectivos más desfavorecidos por el empleo. El caso español en comparación con el mexicano es curioso: el SMI de España ronda entre el 30 y el 35% del salario medio y en el caso mexicano entre el 20 y el 25% pero la alta dispersión salarial de México hace que con un 20% ya se supere los salarios más bajos del mercado y en el caso de España apenas se roce.
  • El caso de Holanda, vemos que el SMI es un gran incentivador de la población ocupada: SMI y porcentaje de población ocupada, con una correlación tan alta como un 75%, y reduce parciálmente el paro:SMI y desempleo, también para los jóvenes: SMI y desempleo juvenil, aunque con correlaciones mas bajas (sobre el 30%). Si el modelo es correcto, Holanda con un SMI rondando el 45%-50% aún es incentivador, sobretodo, de la ocupación, aunque es menos efectivo a la hora de reducir el empleo, eso indica que Holanda tiene un SMI en la banda beneficiosa del empleo, al igual que México, pero con un rango de salarios mas alto.
  • El caso de Bélgica el SMI también es muy beneficioso para la ocupación: SMI y ocupación, con una correlación del 80%, y parciálmente beneficioso para reducir el paro: SMI y desempleo y SMI y porcentaje de parados de más de un año en el conjunto de desempleados, aunque con una correlación mas baja del 35%. Bélgica con un SMI que ronda el 50% del salario medio sigue teniendo un efecto beneficioso a causa de aumentos del SMI, incentivando la demanda de empleo, aunque con un poder menor para reducir el paro, el caso holandés y belga indican que a pesar que no han llegado al máximo beneficio del SMI en el empleo están cerca del valor óptimo.
  • El caso francés es el ejemplo de SMI en la parte negativa de la creación del empleo. Todos los indicadores marcan que aumentos en el SMI francés desincentiva la ocupación: SMI y porcentaje de población ocupada y acompaña a aumentos del paro SMI y porcentaje de paro

Conclusiones

Estos caso y el analizado más a fondo de EEUU(3) indican que el modelo neoclásico no es el acertado y sí que lo és cualquiera de los otros tres que preveen beneficios en rangos bajos y moderados del SMI por encima del salario mínimo de mercado. El caso de México y de EEUU con SMI relativamente bajos pero por encima del salario mínimo de mercado (cubre el 5,1% y el 17% de la población) y los casos de Bélgica y Holanda con SMI moderados, indican que la demanda de empleo es mas inelástica que lo que predice el modelo neoclásico, que aumentos del SMI acompañan en estos rangos un incremento de la demanda de empleo y una reducción en algunos casos bastante clara y en otros parcial de paro. El caso español es un ejemplo de como el SMI apenas tiene efecto si no supera el salario mínimo de mercado o lo supera muy ligéramente. En el caso de México y EEUU, pero sobretodo de España aumentos del SMI van a ir acompañados con un crecimiento de la demanda de empleo y un incremento de puestos de trabajo, se puede aumentar sin miedo entre el 5 y el 10% de la proporción del sueldo medio. El caso francés es el ejemplo de SMI alto que hace perder los efectos positivos y entra en la banda de destrucción de empleo. En el caso holandés y belga cabrían aumentos moderados o sostenidos al mismo ritmo que el actual del SMI para mantener el empleo alto, manteniéndolo en la actual proporción del sueldo medio, en el caso francés la mejor solución es frenar sus aumentos y esperar que entre en la banda del 45%-50% del salario medio para retornar a los efectos negativos.

Aunque queda falsado el modelo neoclásico que el SMI siempre que supere el sueldo mínimo de mercado destruye empleo, viéndose como hay rangos (bastante amplios y cercanos a los modelos socialdemócratas centroeuropeos) de SMI cuyo efecto es positivo en el empleo, sigue habiendo un rango por encima del cuál el SMI actúa como la predicción neoclásica: destruye empleo. Por fín podemos responder con cierto grado de objetividad (aunque siempre queda la duda razonable de cualquier análisis empírico) que el modelo que mejor se acerca a la realidad es cualquiera de los otros tres: empleador monopsonístico, eficiencia de salario y capital humano.

(1) El propósito de los análisis no es teórico, pero es posible gracias al Employment Outlook, 1998 de la OCDE hacer una pequeña exposición de los diversos resultados que surgen de varios análisis teóricos al problema del SMI y el paro desde el punto de vista económico:

  • Según el análisis neoclásico cualquier SMI por debajo del salario mínimo real que surge de un análisis puro de oferta y demanda, ha de provocar una reducción de empleo. Este análisis presupone que “los mercados laborales son perfectamente competitivos y los trabajadores y empresas tienen información inmediata y perfecta de todas y cada una de las ofertas de empleo y de todos y cada uno de los demandantes de empleo”, cuando según la OCDE esto no es así.
  • En el modelo del monosopnistic employer, el empleador tiene mas control sobre los salarios y los trabajadores menos poder de negociación (no parte de una relación teórica de igual a igual ya que este modelo asume que la movilidad laboral no se da en el 100% de los casos y que el asalariado se juega mucho más al negociar su salario ya que el riesgo de despido le deja sin sustento). En estos mercados el empleador pone salarios por debajo del beneficio marginal del trabajo, poniendo un SMI que esté por debajo de ese beneficio marginal del trabajo pero por encima del salario de mercado, implicará un aumento del empleo, este aumento se invertirá si el SMI supera el valor de ese beneficio marginal. En este modelo cuanto más elástica sea la oferta de trabajo y más inelástica sea la demanda de trabajo (es decir, menor movilidad laboral, menor información de las ofertas, etc..), mayor será el margen que se puede incrementar el SMI produciendo aumentos de empleo.
  • En el modelo de eficiencia del salario, el empleador ofrece salarios por encima del equilibrio del mercado para poder retener a sus trabajadores, incrementar su productividad y reducir la conflictividad laboral y otros factores que generan pérdidas de productividad. En este modelo el SMI se comporta de forma parecida a la del anterior: a niveles moderados un aumento del SMI produce un aumento del empleo, pero superada cierta cantidad produce una caída del empleo de forma dramática
  • En el modelo de inversión en capital humano, se considera que aumentos del SMI mejoran la capacidad de los trabajadores con salarios inferiores de invertir en formación y en un incremento de la demanda que provoca mayor productividad del trabajador de bajo salario y un mayor crecimiento. Este crecimiento del empleo también tendría un comportamiento como los dos anteriores, para un determinado rango de valores del SMI, incrementos de este valor aumentan el empleo, y pasada cierta cantidad el empleo caería nuevamente.

 

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