La derrota de la empatía

La empatía emocional es la capacidad que tenemos los humanos de conectar con las emociones de los demás, sentirlas como un reflejo y conectar. Solo algunos tipos de autismo (y no todos, los ásperger sienten la empatía emocional, por ejemplo) y las personas con graves transtornos de personalidad (narcisistas, psicópatas) no sienten empatía alguna o la sienten en un grado muy mínimo.

Este pasado Sábado vivimos otro pleno del Parlament de aquellos duros. La fractura política es evidente, pero por encima de la confrontación política existe la conexión humana. Pero este Sábado dejó de existir entre las filas socialistas. Ya dejó de existir cuando Collboni votó en contra de la propuesta del ayuntamiento de Barcelona de acercar los persos políticos a Barcelona, obviando que entre ellos está hasta hace muy poco un compañero del consistorio, Quim Forn.

No entiendo la falta de empatía de las filas socialistas. En su cara se ve la incomodidad del momento, la anteposición del interés político partidista a poder hacer un gesto, un simple gesto. Levantarse, dar un reconocimiento a las familias de los rivales políticos, familias que son las víctimas de una represión política. No hace falta ser independentista, ni creer tan siquiera que son presos políticos, para simplemente levantarte y dar un gesto de reconocimiento del dolor de esas familias. Ni siquiera un aplauso, levantarte, mirarles a la cara y reconocerte en su dolor.

Los diutados de Ciudadanos y del PP doy por descontado que ya no empaticen porqué han decidido cosificarnos, obviar nuestra humanidad, como hacen desde los poderes y la prensa española con los independentistas, ellos ya no nos ven y nos sienten como humanos. Me duele francamente la falta de empatía de los diputados socialistas. Aún algunos de ellos nos ven como seres humanos y a pesar de ello decidieron no vibrar, no dar un solo reconocimiento, no aceptar el dolor y la dignidad de las familias de los represaliados.

Y me duele, porqué la derrota de la empatía es una derrota humana, aunque sea en política. Un mundo con menos empatía es un mundo donde los psicópatas medran, nos depredan, donde el dolor de los demás nos es ajeno, donde la compasión por los demás, y en el fondo por nosotros mismos es imposible. Donde el perdón, el reencuentro, la conciliación se convierten en quimeras. Donde el rival pasa a ser el enemigo y el enemigo a ser un alienigena que merece todo sufrimiento porqué ya no es humano.

Lo que más me dolió de la legislatura pasada de Coscubiela no era su beligerancia contra el independentismo, sino también de su falta de empatía con los rivales, con los independentistas, su falta de empatía con quien no pensara como él. Su muestra de un “No” que básicamente señalaba a los demás diputados que votaron las leyes impugnadas.

La derrota de la empatía siempre será una mala noticia. A diferencia de ellos, de los diputados socialistas, de C’s y del PP. Yo me esforzaré en no olvidar que son humanos. Porqué mi victoria política no se hará por encima de la negación de su humanidad. Ni la de ellos ni la de nadie. Porqué básicamente la empatía es nuestra principal muestra de humanidad, y perderla es perdernos a nosotros mismos.

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