La falacia de “solo se puede resolver un problema a la vez”

multitareas Algunos argumentos que se lanzan contra las entidades que han asistido a la cumbre del “Dret a Decidir” es que con la crisis que hay ¿cómo tantas entidades se dedican a esto del “Dret a Decidir”?, deberían estar preocupadas por los recortes, los desahucios y la crisis.

Curiosamente un buen número de entidades (la confederación de asociaciones de vecinos, la mesa del Tercer Sector o los sindicatos UGT y CCOO) que han asistido a la cumbre del Dret a Decidir, forman parte de la plataforma “Prou Retallades” que lleva años enfrentándose a los recortes de la Generalitat y otras administraciones, también forman parte del grupo impulsor de la ILP hipotecaria, y los dos últimos forman parte de diversas mesas como la del Pacto “Más Indústria” que intentan atajar como buenamente se puede los efectos de la crisis.

El resto de entidades que han asisitido a la cumbre por el Dret a Decidir también se dedican a otros problemas, como la Federación de asociaciones de gent gran o la de entidades LGTB, o las patronales de la pequeña y mediana empresa PIMEC.

Esta falacia es curiosa, porqué obvia que las personas, las instituciones e incluso las naciones pueden afrontar muchos problemas a la vez y afrontarlos. Los padres con un niño con una enfermedad terminal también limpian el hogar, compran alimentos y tienen o buscan un empleo, igualmente los sindicatos son capaces de negociar convenios, hacer afiliados, atender los miles de trabajadores con problemas a los que se dirigen a ellos, hacer webs sindicales, o ir a reuniones con el President Mas o con la coordinadora de desempleados. Las instituciones de un país que tiene una crisis profunda puede dedicar sus prioridades políticas a ello pero no se deja de perseguir los delitos, se deja de un lado la defensa nacional o se mantienen las infrastructuras.

3 comentaris a “La falacia de “solo se puede resolver un problema a la vez”

  1. Es cierto que se pueden hacer varias cosas a la vez, pero cada asunto nuevo que añades reduce el nivel de esfuerzo/atención que se puede dirigir a los demás, y hay asuntos que requieren más atención que otros.

    Las organizaciones “grandes” pueden atender a más asuntos “pequeños” cada vez, claro está, a base de delegar tareas a grupos subalternos dentro de las mismas de forma jerárquica. Pero hay ciertos asuntos que por su importancia no se pueden delegar a subordinados, sino que tienen que ser estudiados, debatidos, y decididos por la cúpula de la organización, aunque tengan asistencia, por supuesto, de los niveles inferiores.

    Es decir, que en estos casos el problema no es la sobrecarga de la organización en sí (que puede seguir tratando a la vez miles de asuntos más o menos rutinarios), sino de esa cúpula ejecutiva que tenga que gestionar el asunto. Desde ese punto de vista, tramitar a la vez las ayudas a la cria de la trucha arcoiris y la reforma del reglamento de barrenderos probablemente sea factible, pero varios cambios difíciles, profundos y polémicos a la vez a lo mejor no tanto…

    Por ello, creo que la crítica puede estar fundamentada, pero dependiendo del grado de implicación (que desconozco). Es decir, no es lo mismo que la cúpula dirigente de una organización esté en pleno en una reunión por un cierto tema con el objetivo de definir estrategias y acciones, que el que simplemente se envíe a un representante (y no necesariamente de primer nivel) para exponer una posición general y recabar otras opiniones sin comprometerse a demasiado. En el primer caso está claro que la organización en su conjunto no puede dedicarse a la vez más que a tareas “cotidianas” que no necesitan atención de la directiva, mientras que en el segundo caso su operación normal a la hora de abordar decisiones de alto nivel prácticamente no se vería afectada.

    Evidentemente, ese grado de implicación también va a dar una medida de la importancia relativa que da esa organización a cada tema (que es al final lo que se puede criticar o no).

  2. Enrique:

    En el caso de los sindicatos, lo del Dret a DEcidir lo definieron en sus respectivos congresos entre decenas de otros temas. Han ido los primeros espadas, han expuesto su posición general favorable con los matices que tocaban (neutralidad en el proceso, garantías de todas las voces, orientación social de las mejoras que se puedan conseguir), y luego se han ido. Cuesta el tiempo de un secretario general una mañana en 3 meses, además de las entrevistas telefónicas que le han hecho. Poco más, ya que el proceso recae en manos de el exPresident del Parlament y los grupos políticos que lo impulsan, que son los que negociarán si es que hay negociación con Rajoy, o los que impulsarán el proceso definitivamente.

    Otra cosa es si cuando se hace la consulta las organizaciones que apoyan esa jornada dan apoyo logístico (sedes, interventores, etc..) lo cuál implicaría energías, evidentemente (pero tampoco tantas como se cree, son organizaciones que están montando saraos semanas sí y semana también), aunque eso no está ni concretado ni acordado.

    Ahora mismo lo que más tiempo se come son a nivel de estructura los miles de problemas personales de los trabajadores y afiliados que se dirigen al sindicato y a nivel político y técnico salvar el bache de la pérdida de ultraactividad de convenios en negociaciones maratonianas o en movilizaciones in stremis.

  3. En ese caso y con ese nivel de implicación estoy de acuerdo en que es un tema que de momento no ha consumido recursos apreciables.

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