La imposibilidad del pacto federalista

A veces va bien mirar las encuestas porqué estas responden las realidades sociológicas. Por ejemplo, la gran diferencia entre las percepciones sociales en Catalunya y España sobre la evolución que ha de tener el estado de las autonomías. En Catalunya la mayoría aplastante y absoluta por ampliar competencias, acercarnos a un estado federal o la independencia superan aquellos que quieren mantener el status quo o recentralizar. En cambio en España la realidad es totalmente contraria.

En este caso quiero analizar la credibilidad de cualquier propuesta federalista o de ampliación de competencias, basicamente el que planteamos desde el PSC de cara a estas elecciones autonómicas, basado en un pacto federalista con el PSOE de cara a conseguir una reforma constitucional que nos permita realizar un referéndum que a su vez nos acerque a un estado federal (intentad decirlo de forma seguida y sin respirar).

El problema de todo esto no son los incentivos o ganas que tenemos desde el PSC de conseguir un estado federal o un pacto de estado con el PSOE y de ahí querer que los españoles le apoyen. Ganas no nos faltan, argumentos andamos sobrados, incentivos para conseguir ese pacto los tenemos todos (entre otras, no tenemos un plan B oficial y si no somos creibles nos vamos al garete).

El problema está en el PSOE y basicamente en el conjunto de la población española. Si analizamos lo que han declarado los españoles en la encuesta del CIS (una encuesta no es la realidad, pero es lo más parecido que tenemos), la cosa es obvia. Pesa mucho más (casi el doble) la recentralización que la opción que amplía la autonomía o busca opciones federalistas/soberanistas. ¡Y eso que la encuesta incluye también Catalunya! que si no, el resultado sería mucho más claro.

Recordemos que las opciones que desde Catalunya reclaman ampliar la autonomía o un estado propio casi cuadriplican las que quieren recentralizar. Lo cuál indica que sociológicamente, en este aspecto, Catalunya es diferente al resto del estado español.

Tipo de estado que desean los ciudadanos españoles encuestados por el CIS en el barómetro de septiembre del 2012, en el total y según los 3 principales partidos de ámbito estatal que votaron en las últimas elecciones.

Pero vayamos más profundamente, analicemos como son los votantes de los tres partidos estatales principales… como es evidente los votantes del PP son bastante centralizadores, aunque los del PSOE e IU no se quedan cortos, para ellos es la segunda opción mayoritaria. En el caso del PSOE los defensores del Status Quo son los mayoritarios. Sólo hay que mirar cuando agrupamos la preferencia 1 y 2 (estado central sin autonomía, menos competencias) y la 3 y 4 (más competencias, permitir la autodeterminación) que queda clara las preferencias del ciudadano medio español y las del votante socialista.

Tipo de estado que desean los ciudadanos españoles encuestados por el CIS en el barómetro de septiembre del 2012, en el total y los que votaron en las últimas elecciones al PSOE, agrupando las opciones “estado central, menos autonomías” como recentralización, estado autonómico actual como Status Quo y las de avance en competencias o soberanismo como “avance autonómico o posibles federalistas”.

Cualquier secretario general del PSOE que pretenda ganar alguna elección o simplemente no suicidarse electoralmente no apoyará ninguna opción federalista (que estaría entre las posibilidades de los que han respondido D y E en la pregunta), y mucho menos una reforma constitucional que solo apoyarían los que han respondido la opción soberanista en la pregunta del CIS (es decir un 5,4% de los votantes del PSOE, una cantidad inferior incluso a la media estatal del 8,9%).

Hay quien quiere hacernos creer que los dirigentes estatales y especialmente los del PSOE votarían en contra de sus intereses y sobretodo del sentir de sus votantes. El PSOE no es inmovilista en aspectos como el federalismo por maldad, por ser unos jacobinos acabados, o porqué prefieran que el PSC se desmorone en Catalunya, sino porqué simplemente sus votantes no quieren que exista ese avance. Pedir lo contrario al PSOE es pedir que se desacople más aún de su electorado. Por otro lado, esperar que en España gane cualquier reforma constitucional que otorgue un solo avance nacional a Catalunya o a cualquier territorio es asumir que los votantes serán totalmente irracionales y que votarán en contra de sus preferencias. Algo que o alguien lo logra argumentar de forma muy sólida o por el momento lo más racional es asumir que el electorado no aceptaría cualquier reforma constitucional en este sentido.

Es más, vista las preferencias de los ciudadanos del reino de España y entre los votantes de los dos partidos mayoritarios, si ocurriera cualquier propuesta de reforma constitucional, esta sería más hacia una recentralización, no todo lo contrario.

Por tanto, el reto de Pere Navarro y su equipo es enorme, primero tendrán que convencernos a los militantes del PSC que intentamos leer las encuestas y analizar la realidad social en la que vivimos, segundo tendrá que intentar encajar las preferencias de su electorado (más propenso a apoyar un incremento de la autonomía catalana, del estado federal e incluso de la soberanía, más que a una recentralización) con un posicionamiento del PSOE con su propio electorado en el resto del estado.

Si algo ahora comienza a estar en tela de juicio, o es bien que tipo de relación ha de tener el PSOE y el PSC y como el PSC prioriza el interés de sus electores sobre el interés general del PSOE, incluso en esferas como el Congreso de los diputados, o bien el encaje del PSC entre sus propios electores. Temo que el equipo de dirección del PSC ha obtado por negar la realidad e intentar hacernos colar algo que sociologicamente no se sostiene.

Con las terribles consecuencias de fractura social que esto puede tener.

12 comentaris a “La imposibilidad del pacto federalista

  1. Si se asume un cierto grado de asimetría no tiene porque ser complicado llegar a un pacto, siendo conscientes como comentaba en otro post tuyo que los Presupuestos son, sobre todo, una herramienta política, llena de criterios cualitativos, y difícilmente ponderable. Además siendo conscientes de que es y qué puede ser realmente un sistema federal, y qué no es inevitablemente.

  2. Miguel:

    Sí con voluntad política infinita Y un gobierno con ansias de suicidarse a cambio de la viabilidad del estado español con Catalunya, sí… Pero ahora bien, no conozco ese posible gobierno y no duraría mucho. Solo por pura selección (los gobiernos “filocatalanes” serían eliminados) no es sostenible a la larga, a menos que cambie claramente la opinión de millones de españoles. Algo que no digo que no pueda pasar, pero lo veo a medio plazo, poco viable.

  3. Falta una cantidad importante de inteligencia política y sobra una cantidad importante de egoísmo partidario y cálculos cortoplacistas de estrategia electoral. Además, la estrategia de estirar la cuerda hasta que el ambiente se tense al máximo para luego jugar a “polis buenos”, y recoger el fruto, no es bueno a medio y largo plazo. Creo que sería necesario empezar a dar soluciones un poco más serias que sean perdurables en el tiempo. Al menos más de una generación, o si me apuras dos. Para eso es necesario que nadie esté dispuesto a volverse un nuevo instatisfecho en la legislatura siguiente, y esto también es responsabilidad del nacionalismo. Tiene que decir qué quiere, y tiene que asumir que si pacta debería interiorizar el pacto y hacerlo suyo, uno no pacta para luego decir que no lo sirve a la semana siguiente.

  4. Apostaría, sobre encuestas, que en Euskadi el espectro no sería muy distinto a Catalunya, si nos dan los datos. Y en gráfico de campana con independencia y recentralización a los extremos, en conjunto lo gordo es el centro: opciones autonomistas/federalistas en distintos grados… Para mí la conclusión es: qué poco práctico para el socialismo hacer caso a una encuesta que, “casualmente”, se ha lanzado justo acabar CiU su “campaña de la Coca-cola”. Y justo cuando al ciudadano (y a la mayoría de nosotros, por un estilo) apenas le suena eso del Federalismo, no más que un vocablo que casi se deja oxidar. Veamos si el PSC y el PSOE se lo toman en serio, qué opina de aquí a un año la gente de la opción República Federal Española

  5. Jesús:

    Las opciones centrales NO son federalistas, son defensoras del Status Quo, a su derecha están las que quieren ampliar la autonomía, a la izquierda recortarla. Si miras los datos la gráfica está escorada a la izquierda, y si hay alguna opción mayoritaria es a mantener el Status Quo, pero cada vez con menos fuerza.

    De hecho la recentralización es mayoritaria en la población española. Y esto no es una foto puntual, desde el 2007 que la tendencia en España es así, y a la inversa en Catalunya. No es algo puntual de un momento, sino que es una encuesta sostenida en el tiempo que evoluciona en una dirección.

    Podemos pensar que es puntual, pero entonces estaríamos siendo ciegos a la sociología. Y aún cuando lo creyéramos (es un hecho puntual) estaríamos además cometiendo un error táctico como la copa de un pino y un error estratégico grave. Táctico por presentarnos con un mensaje que tiene muy poca credibilidad/aceptación (aún aunque fuera una situación temporal fruto de la crisis o lo que sea), y por tanto nuestro apoyo electoral, con malas encuestas, aún será más bajo. Y estratégico porqué tal y como lo analizo con modelos de equilibrio de Markov, si desacreditamos con una opción inviable la propuesta federalista seremos nosotros quienes impulsaremos la polarización de la población (al hacer menos probable la transición de soberanistas a federalistas y facilitando la transición inversa) y llevaremos al choque de trenes.

    Es precisamente el problema de proponer que es posible hoy por hoy una mejora del autogobierno, la financiación autonómica catalana, por no decir ya un estado federa, a través de un pacto estatal con el PSOE (y por no hablar de que necesitaríamos al PP ya que tiene mayoría absoluta), lo que hace que la propuesta federal se haga más increible. O la reinventamos y eso pasa por no recurrir a soluciones que ya conocemos, o nos vamos al garete y con ello polarizaremos más la sociedad.

  6. Espectacular análisis, José. La realitat és així de puta. I els trens van en direccions, malauradament, oposades. Hem d’acceptar-ho i decidir per nosaltres mateixos què volem ser.

    Salut i enhorabona pel post.

  7. Davant de les dades analitzades per un post d’un socialista català que no s’auto-enganya, -cosa desgraciadament rara-, és interessant reflexionar sobre les causes més profundes que les expliquen.

    Per a mi que els resultats de l’enquesta posen al descobert que l’Espanya constitucional actual no té projecte. El projecte espanyol actual és hereu del projecte vertebrador i assimilista que té segles de vida històrica on la preeminència del “Reino de Castilla” n’és el fil conductor. Catalunya, com encertadament han assenyalat els seus líders més preclars, mai ha tingut força per substituir aquell projecte tot i que ho ha intentat sempre per la via federal, però ha estat prou forta per resistir-lo.

    En el segle XXI, on el que “valdrà” és tenir veu pròpia en les institucions europees si aquestes no fracassen, o Catalunya sucumbeix al projecte constitucional espanyol renovat en el mirall centralista de la República francesa, cosa que no semblava impossible cinc anys abans, o abandona la idea de liderar Espanya i s’orienta amb la pròpia sobirania del moment.

    El socialisme espanyol no català per fidelitat nacional i per mentalitat “no liberal” no pot abandonar el projecte constitucional espanyol sense suïcidar-se. I de forma anàloga, el socialisme català, vulgui o no vulgui ser espanyol, per fidelitat al seu electoral i al marge de la seva mentalitat més o menys liberal, ha d’abandonar el projecte constitucional espanyol si no vol suïcidar-se.

    En el xoc socialista espanyol, el més dèbil, és a dir el PSC que espera que “Espanya mogui fitxa”, serà òbviament sacrificat. A Catalunya doncs i al meu entendre, el socialisme com a proposta política ha de desmarcar-se del caduc projecte constitucional espanyol.

    La fallida econòmica de l’Estat, el deliri administratiu en l’execució imperial del projecte constitucional, i la permanència d’institucions predemocràtiques en el règim borbònic, sense oblidar els fruits de la catalanofòbia militant, són un conjunt de xacres que no donen cap marge de maniobra per redreçar el projecte constitucional en el sentit orteguià de la “conllevancia” que voldria dir la simultaneïtat dels dos projectes dins del mateix Estat.

  8. Muy interesante el post, José. Como dirigente del PSC ¿qué conclusiones saca usted? ¿Qué debería hacer Catalunya en esta disyuntiva? ¿Asumir que lo máximo a qué puede aspirar en materia de autogobierno es a mantener el status quo? ¿Buscar alternativas fuera del marco actual español? Y si estas son las dos únicas alternativas, ¿el PSC debe hacer bloque con el PP para defender el status quo? ¿No perjudicar al PSOE en España es un incentivo suficiente para no buscar la mejor opción para los ciudadanos de Catalunya? Gracias. Repito, muy interesante tu reflexión.

  9. Bernat:

    Como ciudadano y mlitante del PSC, no como dirigente, cosa que no soy, por mucho que un diario digital diga lo contrario, creo que el PSC debería intentar construir una vía federalista CREIBLE. O sea, actualmente creo que la opción de llegar a través de un PSOE que la apoye no es viable. Por tanto aquí hace falta una visión más de un estadista que de un activista, cosa que no soy.

    Aún así , me atrevo a trazar algunas líneas, por ejemplo, apoyar el referéndum/consulta o lo que sea con la condición de que la opción federalista aparezca, así mucha gente que quiere romper con el actual status quo no se verá obligada a romper con España y tendrá más opciones. Por otro lado, si ganara el “federalismo” en la consulta, el PSC puede plantear su posición de forma más unilateral al PSOE y con mucha más fuerza. Como mínimo tendrá más apoyo y puede forzar algo (no se muy bien el qué), pero las circunstancias cambiarían, eso es evidente.

    Lo que sí se es a donde irá su inactividad o intentar hacer tragar ruedas de molino, una opción federalista no creible lleva a la polarización de la sociedad y el choque de trenes.

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