Las “hondas raíces republicanas” y el big crunch del PSOE

acudit-rubal

El debate sobre monarquía o república tiene poca importancia objetiva. No hay evidencia que una república presidencialista o con un presidente decorativo a la italiana sea más eficiente, menos corrupta, más igualitaria, más democrática que una monarquía constitucional.

Entiendo y comparto el argumento de que este no es un debate importante. De hecho, ya alerté que para determinados temas las instituciones corren y para los importantes estas se quedan atrás.

Pero el problema lo tiene el PSOE, y es profundo. Rubalcaba hizo unas declaraciones que eran en cierta manera divertidas “El PSOE tiene unas profundas raíces republicanas pero llegamos a un consenso y no lo vamos a romper“.

También el PSOE llegó a un consenso en política reproductiva y se atrevió a hacer una ley del aborto más avanzada, se llegó un consenso en el papel del ejército y el PSOE se atrevió a convertirlo en un instrumento sometido al poder político. A finales de los años 70 se llegaron a muchos consensos, algunos se mantienen, otros han evolucionado, otros ya no tienen sentido y otros es sangrante que no se toquen (como el papel de la iglesia en el estado).

Las correlaciones de fuerzas de hace 40 años, que votaron una mayoría de ciudadanos que hoy no están vivos y los que hoy están vivos la mayoría no la votaron, puede cuestionarse.

El argumento es pobre, prefiero que el dirigente del PSOE me diga, “no creemos necesario poner en cuestión la figura del rey y no apoyaremos ninguna convocatoria de referéndum o una reforma de la constitución española en ese sentido” que “no podemos porqué ya lo habíamos pactado”. Es llamarnos a los ciudadanos gilipollas, o asumir que la política no es el arte de lo posible sino la componenda del establishment.

Pero el problema del PSOE en este ámbito no es sólo que plantee su postura como si fuera una necesidad histórica en vez de una decisión política, justificable y defendible. Sino que esta decisión puede provocar cierta implosión interna, que no se traducirá en cuadros marchando del partido pero sí una nueva vuelta de tuerca de desconexión con una parte del electorado.

No creo que el PSOE tenga que disfrazarse de “true left”, ni hacer un “giro a la izquierda”, pero sí desapegarse de su imagen de “status quo”. La defensa a ultranza de la corona que está haciendo le está dando una imagen más profunda de “ser un partido que no quiere reformar las instituciones”. Y ese es el problema.

Ahora mismo el sistema político e institucional de la transición está en cuestión y los ciudadanos comienzan a identificar a los partidos como el PP o el PSOE (e incluso IU) como herederos de este sistema y viejas herramientas a desechar.

Aún no son mayoría, pero sí que las opciones electorales disruptivas comienzan a adquirir un peso electoral de minoría mayoritaria.

El PP aún tiene margen de maniobra, aún siendo el partido de gobierno tiene menos desgaste que su rival más inmediato además que en el ámbito de la derecha está algo menos cuestionado (UPyD a parte), pero el PSOE está viendo como sus votantes están migrando de forma masiva a opciones que son disruptivas.

Al mapa clásico de izquierda-derecha, y en Catalunya catalanista-españolista, hay que añadirle un eje reformista – statu quo. Y en este eje los partidos pro-statu quo están siendo castigados.

El PSOE al votar a favor de la ley orgánica que organiza la sucesión monárquica está poniéndose un cartel enorme en la cabeza indicando que es un partido que no quiere reformas, que apoya el status-quo. Mientras el PSOE cree que haciendo un giro a la izquierda va a conseguir recuperar los apoyos perdidos, lo que no se da cuenta es que el eje que le está produciendo más daños es el eje reformista vs. status quo.

El PSOE es ahora percibido como un partido contrario a toda propuesta de cambio y de devolución del poder a la ciudadanía. Contrario a la consulta catalana, al referéndum de monarquía-república, habla de reformas constitucionales pero su credibilidad en ese ámbito es de risa, después de haber aprobado en los despachos el artículo 135 de la constitución poco nos vamos a creer que el PSOE pretenden hacer una propuesta de constitución menos blindada en la partitocracia.

Algunos piensan que el PSOE tiene que apoyar la ley orgánica de sucesión por “sentido de estado”, yo creo que por ese sentido de estado el PSOE ha de darse cuenta que el propio estado está cuestionado y sólo mediante cierta horizontalización de la política se puede salvar. No se atenta contra la legislación establecida, ni siquiera contra la estabilidad política proponer un referéndum consultivo de monarquía-república.

Esto que es tan obvio lo están viendo diversos elementos del PSOE, los gallegos, los barceloneses, los de Illes Balears o los valencianos están pidiendo que el PSOE trabaje por un referéndum de monarquía y república.

Sí, hay temas más urgentes e importantes, pero a veces hay que aprovechar las oportunidades políticas y el descontento de una parte de los votantes y militantes del PSOE se está volcando en cuestionar la monarquía, y ese cuestionamiento puede canalizarse en formas de reformas institucionales que muchos se llenan la boca de pedirlas cuando no hay oportunidad política pero a la que aparece una opción siempre encuentran peros.

La política es el arte de lo posible, y lo posible hoy puede pasar por reclamar un referéndum consultivo de monarquía – república. El PSOE puede hacerle el trabajo sucio al PP o bien tener cierta osadía política, dejar de ser esa figura pro-statu quo. Si no lo hace, las próximas municipales veremos como las opciones más disruptivas se irán comiendo el electorado del PSOE.

Al final, mientras no consigamos la independencia de Catalunya, algunos vamos a tener que fundar el partido social-liberal o socialdemócrata español. Porqué el electorado del PSOE tiene pinta de ir hacia la implosión.

Si la década de los 80 fue el big-bang del PSOE, en los próximos años viviremos el big-crunch.

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