Inversión de prioridades para la izquierda: Los verdaderos pobres son los niños y los adultos jóvenes

povertyUna de las últimas reformas anunciadas, la de las pensiones, ha movilizado a la izquierda. Los jubilados son un “target” claro para todo movimiento social, siempre votan y votan de forma homogénea, son el colectivo que nadie se atreve a “traicionar” y además tenemos la visión de que es un colectivo “débil” y con alto riesgo de exclusión social.

Es cierto que ser pobre y anciano es una de las peores situaciones en las que se puede uno encontrar (al menos si eres pobre y joven aún puedes intentar mejorar), pero es muy posible que el foco de la pobreza sea otro.

La crisis está incrementando el riesgo de exclusión y de pobreza de casi todos, pero esta distribución está siendo desigual. Los últimos datos del INE indica que los colectivos con más riesgo de exclusión social y de pobreza han dejado de ser los “niños y los ancianos” para ser los “niños y los adultos”.

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Fuente: INE Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2013

La situación relativa de los ancianos ha mejorado (la pobreza se mide también como la diferencia al nivel de renta media, al caer esta más rápido entre la mayoría de ciudadanos que entre los pensionistas, la “pobreza relativa” de los jubilados baja), aunque no la real. Al menos hasta ahora, y aún con la draconiana reforma de pensiones, esta afectará más a los ciudadanos que hoy somos más jóvenes que a los actuales jubilados.

Las pensiones han sufrido muy poco en esta crisis (una congelación que con la inflación minúscula que hay es un recorte mínimo) al menos en comparación con la situación de paro de muchos ciudadanos, los recortes de salarios (algunos hasta el 20 y el 30%) y los ERE temporales y de suspensión que se han extendido a millones de trabajadores.

Los niños siguen siendo los que más riesgo de exclusión tienen, aunque su situación no ha empeorado tan sensiblemente, son los adultos y especialmente los adultos jóvenes los que más riesgo de exclusión y pobreza han aumentado.

Hay que matizar algo estas cifras, las personas con empleo o en edad adulta suelen tener hijos y familiares a su cargo, cosa que los jubilados no, aunque los jubilados están cubriendo y ayudando a los familiares adultos cuando están desempleados, y seguramente si se pudiera ponderar los “adultos y niños” que terminan dependiendo de la pensión de los abuelos los indicadores de riesgo de pobreza cambiarían. Ahora bien, esto es una anomalía. Los jubilados no son pobres, y por ello pueden ayudar a los familiares que sí son pobres, y eso les puede exponer a ellos a ponerse en riesgo de pobreza.

La izquierda política, social y sindical está focalizando muchos esfuerzos en proteger a los jubilados, y no niego que estos merezcan toda la protección posible, son los que están manteniendo las economías familiares y las últimas líneas del rescate a familiares que han perdido el empleo, pero hoy en día la mayoría de pobres tienen menos de 40, 30 y 20 años. Incluso tienen menos riesgo de exclusión social que las personas con empleo.

De ahí que la izquierda tendría que focalizar en las grandes bolsas de pobreza, las ayudas a la infancia, las becas comedor, las ayudas a parados de larga duración (los 400 euros mensuales), deberían ser la principal prioridad, la última línea de resistencia, las líneas rojas donde la izquierda combatir. Y si luchamos porqué la reforma de las pensiones no sea tan lesiva, enfoquemoslo más en los pensionistas de aquí 25, 30, o 40 años, que serán los que verdaderamente perderán y serán muchos más pobres que sus abuelos y bisabuelos, ya que sus pensiones serán más bajas de partida por un lado y por otro, difícilmente habrán podido cotizar tanto como ellos.

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