¿Quien es un privilegiado lingüístico en Catalunya?

Ciutadans en el Parlament de Catalunya presenta de forma contínua mociones, propuestas de resolución, preguntas e interpelaciones sobre como la malvada administración de la Generalitat, los nacionalistas catalanes, las fuerzas independentistas-secesionistas-terroristas y George Soros marginan, maltratan y atacan a los castellanohablantes.

¿Pero en que se parece esta fotografía que Ciudadanos, partido de la ciudadanía (al resto de partido le votan androides y avatares de twitter), a la realidad? Pues tanto como el parecido que tiene la cara del Fari chupando un limón a la de Scarlett Johansson. Hay dos ojos por ahí, una abertura que parece una boca, una nariz, pero poco más. Simplemente una pequeña aproximación a la realidad lingüística de Catalunya y veremos quien vive en una situación de privilegio y quien pasa penurias por utilizar su lengua materna, el catalán, en Catalunya.

Adentrándonos en las prácticas lingüísticas de la sociedad de Catalunya haré una pequeña recopilación con datos y diversas fuentes sobre si realmente ser castellanohablante en Catalunya es como vivir en un piso patera en Mordor o no. Directo al grano:

  • Todo y que la mitad de las personas que registran una escritura notarial en Catalunya tienen el catalán como lengua de uso habitual solo 1 de cada 4 son registradas en catalán (Estudi sobre usos lingüístics a les oficines notarials de Catalunya, 2018, Plataforma de la Llengua).
  • El 2012 los documentos tramitados en catalán y las sentencias en catalán solo representaban el 13% del total, esta cifra ha bajado a menos del 8% el 2018 (Fuente: Departament de Justicia de la Generalitat)
  • El 2018, solo el 2% de las sesiones de cine en Catalunya ha sido en catalán o en VOSE con subtítulos en catalán. (Fuente: Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC)).
  • En plataformas como Netflix solo el 0,5% de la oferta está traducida al catalán. Incluso en producciones originales en catalán no se dispone de la versión en catalán y solo hay las versiones traducidas. (Fuente: CAC, maig del 2020).
  • La presència de los medios y productos culturales en catalán en Cataluña, excepto la radio, de programas de televisión y del mundo digital en Catalunya, la oferta en catalán solo es del 30-35%. (Font: El consum de mitjans de comunicació en català, Observatori de la Comunicació a Catalunya – UAB).

Pero todo esto es solo una foto de algunos datos. La realidad lingüística es que los castellanohablantes nunca hemos tenido que cambiar de idioma para pedir un cortado o un café con leche, nunca hemos tenido que cambiar de idioma porqué tememos que la otra persona pueda sentirse ofendida, no hemos tenido miedo de utilizar el castellano cuando hemos tenido que hablar con un policía. Los castellanohablantes no hemos sido insultados por nadie que nos diga que “hablemos en español o en cristiano”. Nadie dice que nuestro idioma “sea un dialecto”, o nos ha dado miedo utilizar nuestra lengua cuando salimos a la resta del estado o por ningún lugar del territorio catalán por miedo a que nos miren mal o nos señalen. Nunca hemos tenido que tener por miedo a una sentencia más dura, cambiar de idioma delante de un juez.

Los castellanohablantes entramos en bibliotecas llenas de libros en nuestro idioma en Catalunya, en el que el espacio del libro en catalán es secundario, los castellanohablantes tenemos un entorno audiovisual y de poder en nuestro idioma. Los grandes negocios en Catalunya se hacen en castellano, el poder de verdad, el del estado, nos habla en nuestro idioma. Nuestro idioma es el único de los idiomas del territorio bajo dominio del estado español reconocido como oficial por Europa.

Pero algo todavía más sutil, cuando desde nuestro privilegio hay algo de la presencia del catalán que nos molesta tenemos la suerte de contar con todo un estado detrás, con todo un arsenal de instituciones como el Instituto Cervantes o la legislación española, el ministerio de cultura y el de educación, la Administración General del Estado y la RAE que me defenderán y priorizarán los derechos de los castellanohablantes por encima de cualquier otro idioma. Y si aún así tenemos un agravio imaginario, siempre contamos con Ciudadanos para que nos ayude a denunciarlo.

Si alguien está lingüístamente privilegiado en Catalunya, somos los castellanohablantes.

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