Senatus populusque Icetus

Hasta hace unos días era de los que creía que Miquel Iceta debería poder ser senador de designación autonómica, votado por el Parlament a instancias del Grupo socialista. Que si esa era la voluntad de la mayoría del senado y el PSC tiene un senador de designación autonómica, la cortesía parlamentaria habría de permitir ser votado.

No perderé mucho tiempo el porqué creo que enviar a Iceta al Senado es positivo. Primero porqué para el independentismo es un gesto de coste 0. El senador de designación autonómica que sustituye Iceta pertenece al PSC y es prerogativa suya proponerlo. O es Iceta o es cualquier otro del PSC. Por otro lado, Iceta es el gran Cardenal Richelieu del PSC. Es uno de los pocos actores que queda de una aristocracia política que ha dirigido el PSC durante décadas y que lo ha hecho grande. Lo que queda en las entrañas del partido carece en gran parte del talento de su antigua élite, e Iceta es aquél político hábil, capaz de venderle una nevera estropeada a un esquimal a la vez que consigue que un beduino crea que la arena del desierto es oro.

La marcha de Iceta al Senado puede que le de visibilidad en Madrid y refuerce la posición de Sánchez en España, pero desde un punto de vista catalán, es casi irrelevante. Lo importante es que en el frente catalán (y en el propio Parlament) Iceta dejará un vacío que sus potenciales sustitutos no pueden cubrir con el mismo talento.

También sigo dos premisas, “al enemigo ni agua y en el desierto polvorones… siempre que significa una mejora de mi posición” y “no atacar al enemigo si no puedo aprovechar la ventaja”. En el caso de votar a Iceta o no, que no le votemos, carece de beneficio para la causa. Siempre que nuestro rival no nos lo ponga difícil votarle, como ha hecho, lo razonable sería no putear por putear. A menos que alguien tuviera un plan para aprovechar la no designación de Iceta, no veo que ganamos.

Pero la cortesía parlamentaria ha de ser facilitar una elección siempre que la otra parte o bien ofrezca una contrapartida (aunque sea pequeña) o actúe, también, con cierta cortesía. Esa cortesía podría haber sido visitar a Junqueras o Turull a prisión para reconocer la interlocución de quien te ha de votar para ser senador. La cortesía podría ser no llamar a los independentistas de todo y más a todas horas. Podría ser no ir con la arrogancia y amenazas de creer que el Parlament de Catalunya no pueda decir que no a la designación de un senador.

Básicamente el PSC e Iceta han hecho todo lo posible para que los independentistas voten en contra de su designación como senador. El votarle tiene un coste de imagen y simbólico, y también costes emocionales e Iceta no ha facilitado las cosas a quien tiene que votarle. Ha actuado con soberbia, con electoralismo. Por no hablar de la torpeza en los tempos de la fiscalía del estado, dirigida por el gobierno de Pedro Sánchez. Ya en términos maquiavélicos, Sánchez ha sido un zarpas. Yo hubiera esperado que Sánchez fuera un demócrata y no moviera a la fiscalía a crear una causa generalizada contra el independentismo como ha hecho esta semana. Pero ya no aspiro a que el PSOE tenga alguna patina de radicalidad democrática. Pero ni en los tempos aciertan. O aciertan de pleno, porqué abrir una causa general al independentismo en plenas elecciones estoy seguro que tiene un interés electoralista.

En todo caso, podemos pensar de dos maneras. Que Iceta y el PSOE han buscado poner tan difícil a los partidos independentistas facilitar la designación de Iceta como senador con intencionalidad para un aprovechamiento electoralista. O que son unos zarpas, arrogantes y que el creer que tienen todos los mecanismos de poder de un estado y creer que los independentistas estamos tan derrotados que daríamos por bueno votarle a pesar de toda su arrogancia.

Suelo utilizar la premisa de “Mortadelo y Filemón”. Que los políticos no son tan buenos conspirando (ni tan solo Iceta) y que muchos errores se cometen por falta de visión y simplemente porqué la victoria de las pasadas generales les hace creer que todos van a jugar a su favor, por su cara bonita.

Sea como sea, si es la conspiración de Richelieu o simplemente son unos zarpas arrogantes, me alegro que el Parlament rechace la designación de Iceta como senador. Es una lección política clara: nunca pongas a tu rival contra la espada y la pared y sin una salida digna, porqué terminará arrancándote la espada y golpeándote con el pomo en la cabeza.

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