Sequía y políticas públicas

Leyendo el blog de Jordi Fornés, compañero de la red hortaguinardo.org, he encontrado este post que trata sobre las restricciones del agua a la que se ha visto sometida el área metropolitana de Barcelona: ahora ya no llenamos las piscinas ni regamos los jardines (bueno, eso los que tengan piscinas y jardines, que los pisos del extraradio no dan para tanto, oiga).

Seguramente más de un ultraliberal saltará con que esto es un acto totalitario y que deberían dejar que el mercado regulara los precios de oferta y demanda.. que quien quiera gastarse mucho dinero en rellenar su piscinita (y el que no se pueda pagar el agua para beber que se fastidie, hombre.. que esto es el mercado), que lo guay sería liberalizar el precio del agua y que así seguro que todo el mundo tiene. Obviando lo más sencillo: aunque el “mercado” puede incentivar el uso de algunas fuentes de agua dulce que tal vez en una situación de monopolio no se diera, hoy en día cualquier experto les dirá que estamos utilizando practicamente todos los recursos y que lamentablemente el agua no se puede fabricar como los tornillos… que la sacamos de la naturaleza y muchas de las fuentes de agua si son abusadas se vuelven no renovables, y que si no llueve.. por muchos embalses que se construyan no habrá agua.

También alguno que otro achacará esto a la poca previsión del tripartito… (que supongo que debería haber contratado a la bruja Lola para invocar al gran espíritu de la lluvia a base de velas negras), o algún tipo de catástrofe asociada a ZP, los islamistas, los jugadores de rol y los que utilizan el menéame.

Lamentablemente, el que llueva o no llueva no está en manos del tripartito, ni de ZP, ni de los jugadores de rol. Y aunque no hay climatólogo que pueda decir que esta sequía en concreto se deba en una gran medida al cambio climático, sí que deberemos acostumbrarnos a un incremento de las sequías en nuestra latitud y entorno mediterraneo debido a ese cambio climático. Pero hablamos de la pluviometría de un año en concreto y no de cambios en el clima a medio plazo. Y la foto es mala. El 2007 ha sido un mal año para la pluviometría… Un invierno nefasto, donde apenas nevó, una primavera que algo ha aliviado (en parte por las nevadas de última hora) y un verano y otoño horripilante. Las siguientes gráficas lo certifican (extraídas del informe de pluviometría del 2006-2007 del METEOCAT), que indican la caída de precipitaciones en invierno y en verano.

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Cuando hace un año y pico desde el gobierno se comentó que incrementar las tarifas del agua para aquellos que consumieran más y un buen número de personas se le tiraron encima, deberíamos haber mirado algo más que nuestro bolsillo y pensar en que esa medida estaba destinada a incentivar el ahorro de agua, en hacer rentables medidas para reducir el gasto de agua.

Bien, es en momentos como estos donde los mismos ciudadanos que reaccionamos en contra de subidas de tarifa en los tramos medios y altos de consumo del agua queremos que el papá estado nos solucione el tema de la sequía. Exigimos al gobierno medidas, pero no estamos dispuestos a sufrirlas. Queremos que el ecologismo sea inócuo, que las medidas de sostenibilidad no nos toquen (al menos a corto plazo) el bolsillo. Y de estos polvos son estos lodos, seguimos despilfarrando el agua (y la energía, ya de paso) y no hemos adquirido hábitos de consumo responsable, porqué simplemente no nos es demasiado caro despilfarrar el agua. Y aquí ni mercados, ni nada… Si no se penaliza seriamente el consumo de los tramos medios-altos de consumo de agua (en términos más de consumidor pondré un ejemplo, aquellos que siendo una pareja consumen más de 15m^3 en cada factura del agua), tan sólo los conscienciados seguirán los llamamientos al control del gasto. Se ha de ir precisamente a penalizar lo que genera serias externalidades negativas: el despilfarro del agua; pero como somos los ciudadanos que somos, este tipo de medidas no nos gustan y como los políticos tienen la fea costumbre de querer repetir (o conseguir) los cargos a través de unas elecciones en la que participamos como votantes, pues los segundos les va a costar mucho más aplicar estas medidas.

Por el momento, si puede, intente ahorrar su consumo de agua. En la actual sequía (al menos en Catalunya) todos saldremos beneficiados. Usted también.

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