Un tiro en el pie… con la estatua de Franco en el Born

señalizacion-bornEn agosto el gobierno de Colau anuncia una exposición que intenta deconstruir el franquismo y cuyos elementos más destacados eran la exposición en el espacio del Born de la estatua ecuestre decapitada de Franco y la de la victoria franquista que tenía el ayuntamiento guardada en el depósito municipal.

La polémica estaba servida. Se plantearon dos elementos de discusión: si era razonable exponer una estatua de Franco y si la ubicación de la exposición en el Born, espacio simbólico del independentismo, era la más adecuada.

En la primera parte podría haber discusión aunque la calidad (luego demostrada muy baja) de la exposición poco podía justificar exponer las estatuas ya que se daba de forma muy débil el ejercicio de descontextualización buscado. Pero lo que ya era menos discutible era la elección del lugar.

Era tal el despropósito que ya el 5 de agosto me atreví a hacer esta predicción:

Nota:  Esta predicción intentó ser ridiculizada por parte de los activistas de los comunes en la red cuando el lunes abrió la exposición, creyendo que Colau no se tiraría atrás. Poco sabían que tendrían que comerse sus propias críticas días después.

 

Colau siguió en sus trece y mantuvo la exposición, pero desde el minuto uno fue atacada. Pintura, huevos, muñecas sexuales, cabezas de cerdo, banderas LGTB, esteladas y hata una puerta aparecieron sobre la estatua de Franco. La “descontextualización” superó con creces la que tenían prevista los diseñadores de la exposición.

Ayer, pasó lo que era inevitable, que alguien tirara la estatua al suelo. Después de este episodio el ayuntamiento retiró la estatua caída y la de la victoria esta última aún sin demasiados daños.

Todas las justificaciones de la exposición se quedaron en humo, muchas voces que la apoyaban tuvieron que reconducirse. Era una manera de reconocer su error. Pero lo peor de esto es el intento de salvar la cara por parte de los partidarios de Colau. Pongo el ejemplo de este twitt de Roger Palà

Poco cuela que esa fuera la intención original de la exposición. En el proyecto estaba incluida ninguna parte en la que los visitantes pudieran interaccionar con la estatua y a los primeros que tiraron pintura la guardia urbana terminó multándolos. No era el plan. El ayuntamiento quedó superado por la reacción de los ciudadanos que fueron en última instancia quienes terminaron con la estatua de Franco y la exposición.

Es más, para una serie de partidarios de Colau como Núria Alabao la exposición era una guerra cultural. El absurdo de confrontar las víctimas del 1714 con las de 1939. El enfado de Alabao por la reculada del ayuntamiento fue ayer más que palpable.

nuria-alabao

No puedo saber cual era la intención oculta del equipo de gobierno con la exposición. Sea con la intención de hacer una “guerra cultural” al independentismo o bien intentando hacer una desafortunada descontextualización, lo que lograron fue un despropósito de inicio a fin.

Ni supieron entender que la elección del lugar, ni el tipo de exposición iba a provocar diversas reacciones de todo tipo que terminarían obligando a retirar las estatuas. Provocando además una división entre antifranquistas.

El ejercicio de deconstrucción simbólica y descontextualización lo hicieron los propios ciudadanos al pintarla, sabotearla, decorarla y al final, derribarla. Como tanto les gusta a los periodistas de El Crític, esto de las estatuas de Franco ha sido un buen tiro en el pie que se ha pegado el equipo de Ada Colau.

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