Una de filosofía política, comunidades políticas y soberanismo

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Las discusiones más enconadas sobre el proceso de independencia de Catalunya han terminado alrededor de temas relacionados con filosofía política o más bien con filosofía del derecho. El debate más profundo está en si una comunidad política puede definir una nueva soberanía y crear un proceso constitucional nuevo o tiene que someterse a la soberanía anterior y utilizar la vía legal preexistente.

Curiosamente los unionistas catalanes muy raramente utilizan este argumento y es más entre los defensores de la (sacrosanta) unidad del estado de fuera del principado. Seguramente porqué entre defensores de la unidad y la separación en Catalunya es bastante general la idea de que es algo que tendremos que decidir básicamente los propios catalanes.

Definiendo el problema

El conflicto de ideas tiene dos puntos de conflicto, ¿una comunidad política puede desmontar todo su arbolado constitucional si así lo desea saltando las salvaguardas constitucionales?, y… ¿una comunidad política que es parte de otra comunidad política puede iniciar un proceso que cree una soberanía saltando las salvaguardas constitucionales que haya creado otra comunidad política?

¿Pueden los pueblos soberanos superar sus propias constituciones y los límites que estas imponen a su propia reforma?

El primero desde la óptica democrática sólo puede ser respondido con un “SÍ”. Las Constituciones son las ley fundamental, pero o bien la consideras como una “carta otorgada” por un tercero, por ejemplo, un rey que otorga una carta consitucional a su pueblo, ya que es el rey en donde recae la soberanía del estado, o bien las comunidades políticas pueden iniciar procesos que creen nuevas Constituciones, saltándose incluso las Constituciones preexistentes, si estas comunidades políticas así lo deciden. De hecho es lo que han hecho la mayoría de países que pasaron de sistemas dictatoriales a sistemas democráticos.

No creer que esto sea posible, es considerar que si las cortes franquistas no hubieran aprobado la “Ley para la Reforma Política” en 1976, no se hubiera podido iniciar ningún proceso para crear una Constitución democrática en España. Difícilmente es sostenible esto desde el punto de vista democrático.

Si en un futuro, por ejemplo, se considera que el proceso de reforma constitucional que tiene la Constitución Española, que lo limita básicamente al gobierno o al Congreso y al Senado, impidiendo a la práctica cualquier reforma “a la islandesa” (ejemplo, por cierto, que personalmente no me gusta demasiado, pero no es relevante para mi argumento) o a iniciativa popular, podría llevar a un proceso constitucional que supere los límites de la propia Constitución. Con esto no estoy defendiendo de partida los procesos constitucionales populares, solo describiendo una posible situación futura.

Creer lo contrario equivaldría considerar que la Constitución no radica su legitimidad en el pueblo soberano de hoy, sino en hacerlo más bien una carta otorgada de la soberanía popular de hace 30 o 40 años con sus fobias, filias, miedos y cortapisas que generaron en el pasado.

¿Puede una parte de un cuerpo social romper el pacto constitucional para producir un nuevo proceso constitucional?

Aquí viene el 90% del choque de trenes conceptual en mis discusiones más bizantinas. Volvemos a repetir, las constituciones o se consideran cartas otorgadas o su legitimidad emana de la soberanía popular.

Si se considera que el cuerpo social que es soberano es el pueblo de Catalunya y no el de Catalunya como una parte del de España y por tanto la soberanía es de todo el cuerpo social de los españoles, entonces la actual Constitución puede ser cuestionada y no considerarla un obstáculo para construir un nuevo estado.

Algunas discusiones, sobretodo con simpatizantes de UPyD enarbolaban que la Constitución Española define que el pueblo que es soberano es el español. Y eso es un error, la Constitución no puede definir que pueblo es soberano, sino a la inversa, un pueblo soberano es quien define cuál es su Constitución. O lo entendemos así, o volvemos a una concepción de Constituciones como cartas otorgadas (por reyes o por generaciones anteriores).

Por eso el plano del debate de filosofía del derecho no debe recaer en que dice la Constitución (este debate es importante, para la parte pragmática y política de que mecanismos realistas puede tener el pueblo catalán para conseguir su independencia, si es que así lo desea, pero este es un debate distinto y en otro plano).

El debate es si una parte del cuerpo social puede constituir un nuevo cuerpo social soberano o no. Me cuesta mucho sostener con argumentos democráticos la posición contraria a la mía. Yo creo que sí, lo contrario implicaría suponer que una colectividad sólo por ser mayoritaria o tener la fuerza por detrás de ellos puede imponer su soberanía a otra colectividad. Es lo que hicieron los ingleses con los irlandeses durante décadas, y se aproxima mucho al colonialismo. La soberanía recae en “el pueblo”, y el pueblo no dejan de ser miles de ciudadanos que por activa o por pasiva consideran compartir la soberanía popular de forma colectiva en un determinado cuerpo social, que llamaremos pueblo de España. Si una parte de esos ciudadanos no reconocen esa soberanía, se organizan, se identifican como tales y quieren construir una nueva soberanía y por tanto un nuevo pueblo, ¿cómo puede justificarse desde la filosofía política que esto no se pueda hacer?. ¿Cómo se puede argumentar con términos democráticos que esto no se haga?

Hombres de paja utilizados para refutar a la filosofía política

El primero plantea que que pasaría si en una Catalunya independiente el Baix Llobregat decide unirse a España. Desde la perspectiva práctica, que seguramente lo tendrían más fácil que que Catalunya sea independiente de España, todas aquellas pequeñas naciones que en su interior han tenido zonas cuya población ha querido volver a formar parte de una nación mayor han terminado o invadidas o cediendo esa parte de su territorio. Desde la perspectiva de la filosofía política, el problema sería el mismo. Lo mismo que justificaría que los catalanes supuestamente quieran fundar un estado nuevo, permitiría que los baixllobregatenses decidieran unirse a España.

El problema simplemente es que esta realidad no se ha dado, y no la hemos de afrontar. Es imposible atender a todos los problemas hipotéticos que podamos inventar y este, por el momento es ficticio. El que tenemos que afrontar es el de los catalanes que podríamos querer fundar un estado nuevo. Si se diera el caso, apoyaría la secesión del Baix Llobregat y que luego ellos decidan volver a la madre patria española si así lo desean.

El segundo hombre de paja radica en un error de concepción. Se contra-argumenta con algo parecido a “si encuentro un montón de ciudadanos españoles que no quieran pagar impuestos podríamos decidir no pagarlos”. El error de concepción es que el proceso de soberanía no es “me quedo dentro del estado con las ventajas que esto tiene pero no acepto algunas de sus leyes”. No estamos hablando de crear islas de legalidad o excepcionalidades, que sería lo que este argumento plantea. Estamos hablando de crear una nueva legalidad que se crea, conceptualmente, de cero, aunque a la práctica heredará aspectos de la legalidad anterior. No es “no quiero pagar impuestos, me organizo para no pagarlos yo”, eso tendría otro nombre, insumisión fiscal o desobediencia civil. Si por ejemplo, los ciudadanos del barrio de Salamanca deciden crear un nuevo estado donde no haya impuestos, podrían intentar crearlo y tendrían la misma legitimidad de base que los baixllobregatenses unionistas. Pero eso no es lo que creo que intentan plantearme mis contertulios. Si los del barrio de Salamanca de Madrid deciden no pagar impuestos lo que harán es desobediencia civil, resistencia fiscal o fraude fiscal dependiendo el enfoque que quiera hacerse, no están proclamándose soberanos y creando un proceso constitucional nuevo, segregado del resto de España.

El tercer hombre de paja al que me he enfrentado es el de que 7 millones no pueden imponer su voluntad a 40 millones. Ese argumento es falso de partida, si 7 millones decide segregarse del resto, construir un proceso constitucional y definirse como un nuevo pueblo con un nuevo estado, no impone nada, desde la perspectiva política al resto de 40 millones de españoles. Lo que pierden el resto de la colectividad política es parte de su territorio soberano, es la única reclamación que podrían hacer. Dejo a valorar al lector si las reclamaciones soberanas de territorio pueden pasar por encima de la voluntad de los habitantes de ese territorio, que busquen ejemplos prácticos, ¿Israel puede impedir la independencia de los territorios palestinos? ¿es legítima la ocupación marroquí del Sáhara? ¿las reclamaciones territoriales españolas sobre Gibraltar están por encima de la voluntad de los propios gibraltareños? ¿Argentina tiene legitimidad para volver a ocupar las islas Malvinas a pesar que el 99% de sus habitantes votó ser británicos?. Más allá de esa pérdida de territorio soberano, los 7 millones no están imponiendo nada más a los 40 restantes. Estos mantendrán intactas sus instituciones, leyes, etc… Es más difícil explicar porqué 40 millones están imponiendo instituciones, legislaciones a 7 millones si estos declaran firmemente que quieren segregarse.

Conclusión

Desde la perspectiva de la filosofía política es difícil defender desde perspectivas democráticas que no pueda haber un proceso constitucional nuevo que vaya en contra del existente, si es sostenido de forma clara por los ciudadanos. Otra cosa es que siempre sea preferible sostenerlo en la legalidad anterior por conseguir una mayor aceptación, tanto interna como externa (los poderes fácticos siempre prefieren el continuismo y el status quo, y aunque sea sólo en la forma es preferible, por un sentido práctico el continuismo).

Tampoco desde la perspectiva de la filosofía del derecho y la filosofía política se puede argumentar que la Constitución española pueda ser un impedimento para la independencia de Catalunya o que esta necesariamente tenga que pasar por el proceso de reforma constitucional española y por tanto por la votación de todos los españoles. Es bastante complicado sostener que 40 millones pueden imponer su voluntad soberana a 7 millones, de forma indefinida y sin ninguna salida.

Disclaimer: Dejo a un lado por un momento el debate de si es idóneo o no marcharse de España, si los catalanes tendremos o no ventajas o saldremos perdiendo, de todos los aspectos pragmáticos. O incluso de si realmente los catalanes queremos la independencia o no, para simplemente iniciar estos debates hemos de compartir si una parte del cuerpo social puede crear una nueva soberanía y por tanto construir un proceso constitucional independientemente de si la Constitución existente lo permita o no. Si esto no lo compartimos, el resto del debate es estéril.

Entendiendo que en cualquier proceso de soberanía no imperan los blancos y los negros y que es un proceso lleno de grises, este artículo pretende ser un toque de atención a los que plantean la legalidad como una burda defensa del status quo, y se niegan a analizar el problema desde una perspectiva de donde radica la legitimidad de esa legalidad. A la práctica sería preferible que la Constitución española permitiera los procesos de secesión de forma legítima y sin tener que romper con la legitimidad preexistente. España no es un estado confederal o federal que permita esas veleidades, no es Canadá o el Reino Unido o Bélgica. Pero lo que puede ser esgrimido desde la perspectiva del pulso de poder político (en el fondo la fuerza legal, económica o militar que puede sostener tus argumentos) no es sostenible en un debate sobre legitimidad o soberanía. La Constitución va a ser un arma utilizada desde fuera de Catalunya para impedir la independencia de Catalunya, pero que sea un arma práctica y útil, no implica que su uso sea ilegítimo desde la perspectiva de la filosofía política, ya que la legitimidad que precisamente sustenta esa Constitución es la que está cuestionada.

2 comentaris a “Una de filosofía política, comunidades políticas y soberanismo

  1. Crec que les elits extractives madrilenyes, amb cooperació de certes burgesies “autonòmiques”, van dissenyar, a la mort de Franco, un decorat de cartó-pedra constitucional que fa fallida a Catalunya per mor del desplaçament del que Toynbee defineix com a “proletariat extern” cap a postulats sobiranistes. Per elits extractives madrilenyes entenc aquells sectors que fan diners a les comunitats perifèriques sense que aquest profit reverteixi de cap manera als territoris on s’origina el guany, una continuïtat hereva de l’arbitrarietat franquista. Per “proletariat extern” consideraríem tant la immigració dels darrers cinquanta anys, peninsular i mundial, com també la classe treballadora catalana (que també és “externa” respecte a Madrid i els seus interessos).
    La Constitució i les lleis que la desenvolupen ens parlen d’una “recreació”, d’una disfressa que oculta les realitats nacionals diferents a la dominant, l’espanyola, perquè els constitucionalistes hispans “reconegueren els fets diferencials” però no els conegueren, ni els coneixen, ni els volen conèixer, qualsevol coneixement en aquest sentit qüestiona el seu muntatge. Ens trobem, doncs, davant d’una veritable mutació constitucional. La independència de Catalunya no pot ser legitimada per la Constitució espanyola, Ho pot ser pel dret internacional, pels models dels EUA, Noruega, Irlanda, etc, per la Generalitat històrica….

  2. Este post trata de desligitimar la soberanía de todos los españoles, primero, a base de sembrar dudas sobre la legitimidad de su Ley máxima o Constitución. Introduce el concepto de “carta otorgada”, concepto irrelevante desde el constitucionalismo, pues todas las constituciones europeas se basan en sus ciudadanos y no en ningún otorgamiento por ningún monarca,hecho meramente histórico que no generó constituciones en sentido moderno.

    Fisking del autor del post, ALERTA FALACIA!: Este comentario intenta construir un hombre de paja sobre mi argumentación. Yo no estoy diciendo que la Constitución Española sea una carta otorgada, sino todo lo contrario. Lo que vengo a alertar es que aquellos que consideran que la legalidad d ela Constitución es inviolable incluso cuando el cuerpo social del que se supone que emana su legitimidad no la considera válida pero puede ver bloqueada su reforma por los formalismos que tiene para ser reformada. Hay quien afirma que es la Constitución Española quien establece que el pueblo español es soberano, cuando es al revés, el pueblo español soberano establece que esa es su Constitución. Es un aspecto que denuncio en el post.

    En igual sentido intenta insinuar que la Constitución española fue aprobada en circunstancias de “protección heredada “ del franquismo.

    Fisking del autor del post: Falacia. Lo más parecido que he dicho es que la Constitución Española es mucho más difícil de reformar que otras y que se hizo por una determinada generación que fue la que definió, con sus filias y sus fobias la dificultad de reforma de la Carta Magna y el mayor peso de las instituciones políticas en su proceso de reforma. En comparación, muchas Constituciones pueden tener enmiendas impulsadas desde el poder judicial o por iniciativa popular. Además no indico que sea mejor o peor.

    Podríamos argumentar que circunstancias parecidas pueden decirse de muchas constituciones actuales: por ejemplo que la alemana fue impuesta por los tanques americanos, o que la de Kosovo es el resultado -ajeno a los ciudadanos- de un reparto de influencia territorial de las grandes potencias, Rusia y USA, y Alemania y Francia.

    Fisking del autor: Al ser tu argumento incial una falacia esto que acabas de poner es irrelevante.

    Pero ello es distraerse del tema principal, que es la negativa paladina que el autor hace de la democracia. Ello es lógico porque las secesiones siempre son teledirigidas por oligarquías de poder, que violentan la legalidad de la democracia por medio del chantaje, como vamos a ver.

    Fiskind el autor, ALERTA DOBLE FALACIA. Primero de todo, para indicar donde “niego la democracia” deberías poder argumentarlo, no simplemente negarlo. La segunda es un ad-hominem, y la tercera una falacia histórica. ¿Me puedes indicar si la independencia de las repúblicas bálticas fueron teledirigidas por oligarquías de poder? ¿la independencia de Islandia también? ¿la lucha por la independencia finlandesa contra la ocupación soviética en el 40 también? Mejor dicho, ¿todos estos procesos de indepedencia fueron defendidos por oligarquía más o menos oligárquicas que los que pretendían que esa independencia no fuera respetada?. La construcción lógica de “las secesiones son procesos de oligarquías que violentan las democracias -> todo arguemnto a favor de la secesión es antidemocrático, es una falacia.

    Pero moviéndonos en el terreno teórico, expliquemos que es la democracia. Una comunidad puede tomar decisiones por acuerdo mediante persuasión, puede hacerlo mediante imposición por la fuerza o puede hacerlo por la ley de la mayoría.Occidente ha elegido esta última como la menos mala, puesto que la primera no es operativa y la segunda es bárbara.

    Fisking del autor: Occidente antes de establecer que mecanismos de toma de decisiones colectivas tiene primero establece quienes son los cuerpos sociales soberanos. Antes de las democracias inventamos los estados nación, como accidente son los que son, y durante toda la historia han nacido nuevas naciones y nuevos estados, también por accidente. El problema de fondo del artículo no indica cuál es el mejor mecanismo para tomar decisiones colectivas, sino un problema previo a este, cuál es el cuerpo social que puede tomar esas decisiones.

    Queda, pues, que las decisiones perjudiquen, si han de hacerlo, a los menos. Descartadas las dos otras vías, en democracia nadie puede apelar a sagrados derechos ni verdades absolutas ni capacidades de movilización. En Madrid se manifestaron 2 millones de personas en contra del aborto afirmando que es algo que atenta contra un derecho sagrado, pero han tenido que someterse a la mayoría.

    Fisking del autor: Ni tampoco a los accidentes de la historia. Que el cuerpo social que tenga reconocimiento internacional sea el español no es más que un accidente histórico. No hay ninguna razón, más allá de los individuos que la conforman y quieran pertenecer a esta colectividad política que este sea el cuerpo social soberano. Así que seguimos.

    Sólo los derechos humanos escapan a esto. Aunque la mayoría de alemanes respaldaron al partido nazi, este atentó contra una verdad universal no sujeta a democracia, los derechos del hombre.

    Fisking del autor: Si para tí la mayoría es el 30% del censo electoral, puede que tengas razón. Adolf Hitler alcanzó la cancillería mediante un pacto político, no por tener la mayoría de votos. Tenemos problemas con la historia moderna.

    Ello faculta para la insurrección o para el ataque externo a los que lo sufrieron. Y de hecho se restablecieron los derechos humanos sobre las bayonetas aliadas.

    Fiskind del autor: Creo que el derecho internacional reconoce el derecho a legítima defensa y se suele considerar una “guerra justa” la defensa del propio territorio, lo hagan contra una dictadura o contra una democracia. La lucha por la independencia contra la muy democrática Francia que realizaron los argelinos es considerada como una guerra justa. Comienzas a tener ciertos problemas de construcción, incluso, con los argumentos ilustrativos.

    Pero tales derechos son individuales. No existen derechos humanos de los “pueblos”, aunque el nacionalismo lo postule. El de autodeterminación es limitado a colonias por la Carta de las NU y fue debido a la avidez de USA y URSS por despojar a Europa de sus colonias tras la IIGM. Y explícitamente se dice que no puede ser empleado para amparar rupturas de la integridad territorial. Por tanto, en una secesión europea no hay cortapisas a la democracia.

    Fisking del atuor: Dos errores en tu argumentación. Los derechos los tienen los individuos, si una mayoría de individuos deciden segregarse de una colectividad política mayor, ¿donde están aquí la garantía a estos derechos de los individuos cuando la colectividad de la que se quieren separar lo único que puede alegar es la integridad de su territorio nacional?.

    Más allá.. ¿dejas entender que el derecho de autodeterminación de las colonias no debería existir ya que es una imposición de dos poderes imperialistas? En filosofía política cuesta mucho querer justificar que la India quisiera separarse del Reino Unido y pudiera hacerlo y no Catalunya. Porqué lo único que lo fundamentaría, la única diferencia clave está basada en accidentes históricos. Vuelves a caer en la falacia de que es “la historia” quien ha de determinar que colectividades pueden ser soberanas por encima de que deseen los miembros de esas colectividades.

    El atentado contra la democracia por pare del autor se contiene aquí:
    (cita)El debate es si una parte del cuerpo social puede constituir un nuevo cuerpo social soberano o no. Me cuesta mucho sostener con argumentos democráticos la posición contraria a la mía. Yo creo que sí, lo contrario implicaría suponer que una colectividad sólo por ser mayoritaria o tener la fuerza por detrás de ellos puede imponer su soberanía a otra colectividad.(fin de la cita)

    –Efectivamente, “sólo por ser mayoritaria”, en democracia se impone la voluntad de la mayoría. Lo contrario es otorgarle a la minoría el derecho a no sentirse obligado por la mayoría. Una vez hecho esto, la razón que esgrima a la minoría es irrelevante: no acato a la mayoría cuando no me interesa, por lo que el pacto democrático tácito de acatar la mayoría no ha tenido valor y ha sido una falsedad.

    Fisking del autor y alerta al hombre de paja que acabas de hacer: Amigo… la minoría no es que no acate lo que desea la mayoría en un tema determinado sino que quiere separarse de esa mayoría. No es que se desee no aceptar X leyes y otras sí. Lo que se quiere es romper el pacto constitucional puesto que la legitimidad que lo sostiene, la del pueblo de España CON Catalunya es la que no reconocen una parte de esa colectividad y quiere construir un nuevo consenso entre ellos, separado del anterior. No es que yo no quiera cumplir las leyes de la comunidad de vecinos. Me quiero ir de esa comunidad de vecinos con mis trastos. Mientras acepte el juego (soy miembro de la comunidad de vecinos) imperará las leyes de esta, pero cuando decido irme de esta comunidad, vivir al lado en un solar, no. Pásalo a los planos que tú desees y esto lleva a que una comunidad política pueda decidir segregarse.

    Te lo advierto, eres tú el que has de justificar en términos de la filosofía política como pretendes que una mayoría imponga, no unas leyes a una minoría, en una soberanía que ambos consideren aceptable, sino una soberanía. Es como si los catalanes les dijéramos a los andorranos que han de aceptar la legislación catalana por el mero hecho que así nos parece, que les ocupemos militarmente y que la fuerza y el derecho nos lo permiten. Puede que tuviésemos razón legal peor no tendríamos la legitimidad y desde el punto de la democracia es poco sostenible. Te vuelvo a plantear: ¿Cómo argumentas que una mayoría pueda imponer una soberanía a una minoría? No es imponer una ley en el marco democrático de mayorías donde todos los miembros, mayoritarios y minoritarios, han decidido compartir soberanía, sino que estamos hablando precisamente cuando esa minoría no reconoce el marco de soberanía compartida.

    Toda al retórica soberanista, toda la dialéctica y la fraseología nacionalista van a esto: se niega a la mayoría por la única cualidad que la democracia le admite : la mayoría. Como dice después, cuestiona la legitimidad de la mayoría. Pero no basándose en una verdad universal, como los derechos humanos, sino simplemente en su voluntad de negar la capacidad legítima de la mayoría. Cualquier minoría puede hacerlo ,entonces, invocando “su “ verdad. (cualquier retórica sobre el pueblo, la historia, la cultura, la etnia,etc…)

    Fisking del autor: La retórica nacionalista es decir que la soberanía existe en base a los accidentes históricos, no en base a lo que desee en cada momento las diversas colectividades políticas. Hablar de “verdades universales” comienza a tener unos tintes historiocistas muy curiosos, sobretodo aplicados a los derechos humanos. Estos y su interpretación han ido evolucionando a lo largo de la historia. No es la misma lectura que se hace hoy que la que se hacía en los años 60. Los propios tribunales, las propias leyes y los propios acuerdos internacionales los amplían, reinterpretan y los reelaboran. De ahí a llamarlos verdades universales inapelables y no consensos internacionales que evolucionan en cada contexto histórico, es como mínimo, curioso.

    LO asombroso es que este golpe de estado se viste de “radicalidad democrática”, y otros eslóganes similares, cuando niega la democracia para siempre.Por ello los ciudadanos del territorio secesionista que no quieren la secesión están legitimados para desobedecer a la mayoría local secesionista. Pues ellos reconocen la legitimidad de la democracia de todo el Estado original, y lo mismo que la minoría secesionista no reconoce a la mayoría del Estado, ellos como minoría en el territorio secesionista sí la reconocen.

    Fisking del autor: Otro fallo es volver nuevamente a utilizar “legalidad” y “status quo” y utilizarlo como contrapartida al concepto de democracia. Creo que deberías leer algo sobre Rosa Park y la desobediencia civil. La mayoría de ciudadanos de los estados segregacionistas querían mantener esas leyes, ella actuó en contra de la legalidad, en contra de la mayoría, practicando la desobediencia civil para cambiar esa realidad. Hoy es considerada una heroina. No quiero decir que el proceso de independencia de Catalunya sea algo que tenga que ver, pero sí quiero indicarte que cuando planteas la legalidad y el status quo como tu punto de partida, desde donde legitimas tu postura, tienes serios problemas cuando lo que se intenta debatir es precisamente los fundamentos de esa legalidad y ese status quo, que en el fondo es la soberanía que generan las colectividades políticas.

    Si 1.500.000 catalanes no conceden legitimidad a 20.000.000 de votantes españoles, 1.200.000 catalanes no reconocen legitimidad a esos 1.500.000 negadores de la mayoría.

    Fisking del autor: No sé ni de donde sacas los números, pero es irrelevante. Si los catalanes decidieran mayoritariamente que el cuerpo social que es soberano son los catalanes, no están cuestionando la legitimidad del resto de españoles. Se están marchando. La legitimidad del resto de españoles seguirá vigente. Las instituciones españolas sobreviven intocadas, excepto en un artículo de la CE que dice cuál es el territorio nacional. Si Grecia decide pirarse de la UE (con los costes que esto tiene) no está violando la legitimidad del resto de Europa. La soberanía del pueblo griego que ha sido transferida a Europa puede ser retornada a los propios griegos si esto así lo desean. La soberanía de los ciudadanos catalanes que en el 77 decidimos compartirla con el resto de españoles, podemos recuperarla si así lo decidimos, y crear con ella otro nuevo estado. Al menos, desde el punto de vista de la filosofía política. Sólo desde el punto de vista historicista puedes sostener tus argumentos.

    [ELIMINADO DE UN POST BONSAI SOBRE LEY DE CLARIDAD CANADIENSE QUE NI VA NI VIENE AL DEBATE]

    Por ello los insumisos fiscales, estando dispersos, tienen una desventaja sobre los secesionistas que son mayoría en un territorio con autogobierno: desde un territorio con instituciones el chantaje y la presión son eficaces porque la estructura preestatal de los secesionistas les otorga poderes de presión ajenos del todo a la “presión popular”, y cercanas al empleo profuso de dinero para minar el Estado matriz, para comprar voluntades, para fabricar el nuevo Estado con tiempo y con elementos del existente, y sobre todo para producir trastornos económicos. Hay que tener en cuenta que los efectos de estos trastornos siempre recaen sobre las clases humildes, nunca sobre la oligarquía secesionista, que además culpa al Estado matriz, en un proceso realmente cómodo.

    Fisking del autor: Es que por el momento no hemos inventado una forma de construir colectividades políticas viables que puedan garantizar el imperio de la ley, el monopolio de la violencia, etc… si no es a través de estados y estos no existen si no tienen un territorio donde ejercer ese imperio de la ley, etc… Cuando lo inventes podremos hablar de cómo organizar colectividades políticas dispersas.

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