Una visión atípica, personal y ciberactivista del mítin del Sant Jordi, sí… llegué incluso a asistir en contra de mis convicciones sobre los mítines


Ayer asistí al mítin final de campaña del PSC. Normalmente me veréis menos en los mítines que en una discoteca (otro de los lugares de afluencia masiva donde no suelo ir). Entiendo la importancia interna que tienen, pero a mí me aburren de sobremanera. Siento que mi presencia puede ser suplida por un muñeco inchable, y entre otras mi militancia es algo muy personal. He aprendido a volar por los flancos de mi partido, seguir “al lado” pero no en el centro de la corriente.

Soy militante del PSC porqué creo que la socialdemocracia es la mejor de las opciones que podemos tener como acción política a largo plazo. Si quiero que la sociedad mejore creo que los partidos son buenos instrumentos, pero mi adscripción y lealtad no es gratuita. Tengo claro que hay cosas que ha hecho el PSC que no me gusta, por ejemplo apoyar en el Congreso a la Reforma Laboral, y tengo claro que también mi compromiso electoral estará vinculado a como evolucione este aspecto. También soy leal a los cargos internos en los que he sido elegido o los cargos institucionales que asumo ya que en ese momento represento una colectividad y no a mi mismo, pero más allá de las obligaciones en ese estricto ámbito mi relación con las consignas y tesis de mi partido las dejo a un segundo nivel con respecto a mi criterio y sentir.

Como mi relación con el partido es más racional que emocional, los rituales de identificación del líder y de sentido de identidad me producen cierto rechazo. De ahí que no sienta utilidad y tenga preferencia por no ir a los mítines. Creo que hago más por la campaña haciendo un puerta a puerta o escribiendo un post con aquellos temas de los programas con los que me siento más identificado que asistiendo a este tipo de rituales.

Ayer, en cambio, era diferente, he podido participar de forma vicaria grácias al esfuerzo de Jordina Freixanet y del equipo técnico de campaña 2.0 de integrar a la sectorial de ciberactivismo del PSC (de la cuál soy el delegado nacional) y al conjunto de ciberactivistas en ella. Y como esta campaña en parte yo he sido artífice, he podido opinar y he podido participar en algunas de sus microestrategias, en cierta manera la veo de otra manera.

Por otro lado, ayer era importante. Los ciberactivistas del PSC que hemos trabajado deslocalizadamente, cada uno en su casa, por su cuenta con algunas líneas generales y una idea de que temas son importantes, con algunas herramientas que el partido iba sacando, pero basicamente con bastante actitud de guerrilla y autonomamente, nos podríamos ver, por primera vez en toda la campaña. Encontrarme con gente como Carme Sánchez, Joan Ramón, Bego Floria, Montse Capdevila, Jordi, Cristobal Avilés, Juan Antonio Corchado, Enrique Vanacloy o Cristian Alcázar que han estado al pié del cañón (y muchos otros, puede que ayer no los viera o que ahora no me acuerde), o el loco equipo de Barcelona del PSC como Pilar Bespín, César Millán, Lourdes Muñoz, Carles Maggi, Jose Manuel Sánchez, Enric Llorens, Bárbara Alonso o Amparo y saludar en el gallinero a Manuel Cáceres, tenía bastantes ganas de verles. Me siento muy orgulloso de tener como compañeros a unos miembros de la sectorial de ciberactivismo tan activos, autónomos y a los que no se necesita decir que tienen que hacer y los encuentras de forma espontánea en la red haciendo campaña, matizando, aportando.

También a otros que tenía un contacto más distante o que mi relación no es tan de partido sino algunos como amigos o expertos, Edgar Rovira, Ana Polo, Xavier Peytibi, Guillem López o Trina Millán, terminar de conocer  quien era Sandra Bravo o Pau Canaleta. Incluso reencontrarme con personas con las que me había distanciado por temas ideológicos como Saúl Gordillo, con el que me distancié por el tratamiento que hizo ACN y especialmente él de la huelga general del 29S. También fue interesante encontrarnos a Iceta, Quim Nadal o Montserrat Tura en calidad de twitteros de infantería durante los minutos previos al acto. Y como no, tuvo gracia que el President Montilla viniera a saludarnos y a hacernos fotos a los ciberactivistas y expertos que andábamos por allí abajo.

Hubo otros que esperaba ver y que lamentablemente o no me crucé, o no nos encontramos y es que la gente tiene responsabilidades en agrupaciones y acompañan a su gente en los autocares y no están para pasearse por la “zona 2.0”. en especial el Presi de la sectorial, Carlos Guadian y Jéssica Fillol mi secretaria de organización, que por motivos profesionales no pudieron venir, o al amigo, inspirados y alma mater de la sectorial, Jose Antonio Donaire al que tengo muy abandonado ultimamente.

Pero sobretodo y sin dejar a un lado a los compañeros del PSC que he citado, quería acompañar en el mítin final al equipo que ha estado detrás de la campaña 2.0, gente como el David Donaire, Raquel Querol o Paco Aranda y el resto del equipillo de la social Zoone, y por supuesto a Jordina Freixanet que ha sido nuestra cicerone. Un reconocimiento para ellos desde el corazón, cuesta mucho que a los técnicos les reconozcan el trabajo. El equipo de ciberactivistas y el técnico 2.0 del PSC son como la guardia nocturna de Ankh Morkpot, ciudad imaginaria de Terry Pratchett en su libro “¡Guardias! ¿Guardias?”, quien haya leído el libro sabrá a que me estoy refiriendo.

Normalmente la campaña presencial ya estás viéndote con los compañeros en las mesas de campaña, y el retorno es inmediato, pero la campaña en la red y sobretodo el modelo que hemos practicado los ciberactivistas de enjambre o ejército de Pancho Villa donde cada uno tiraba por la vía que le gustaba más y defendía con sus propios argumentos las propuestas del PSC (que no ha tenido como en otros partidos actos de encuadramiento y adoctrinamiento presenciales) y no nos hemos visto, no ha habido ese retorno personal.

Sobre mi opinión del mitin en si… pues eso, un mitin, consigna, posicionamientos finales, largos discursos de los grandes dirigentes y masas enfervorecidas, no casa conmigo, no me gustan ni terminarán de gustarme, si no es por el aliciente humano que tenía este. La gracia es que pudimos llenar el Sant Jordi en contra de todo pronóstico, el PSC aún tiene la maquinaria en buen funcionamiento, y con una campaña con todo en contra aún puede movilizar su militancia para llenar un Sant Jordi. No es la parte de campaña que case conmigo.. fui secretario de organización de una agrupación hiperdinámica como Horta-Guinardó y supe vivir varias campañas electorales desde la organización de estas cosas y se de lo que hablo. Entiendo esa parte de la campaña pero no me gusta, no se vivir en la vida del mítin.

Pero en esta ocasión no sentí que mi presencia podría haber sido suplida por la de un muñeco inchable, el backstage humano del mítin me dio lo que muy pocas veces he conseguido conseguir de estos actos.

5 comentaris a “Una visión atípica, personal y ciberactivista del mítin del Sant Jordi, sí… llegué incluso a asistir en contra de mis convicciones sobre los mítines

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  2. Qué Bonito, Qué Bonito! Qué Emotivo, Qué Emotivo!

    No sabía que hubiera tantísima gente detrás del dospuntocerismo del PSC. Enhorabuena a todos (que son un montón) aunque yo vaya por otro lado siempre hay que aplaudir un trabajo bien hecho :) olé!

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  4. Hace dos meses teníamos que hacer huelga general y ahora apoyamos al partido que sustenta al gobierno que aprobó las medidas contra las que se convocó la huelga. ¡Viva la coherencia!

  5. Xavier:

    Igual que tú tienes dudas las tuvo en su momento el director de comunicación de CiU, Roc Fernández. Lo escribí en su momento:

    http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=3631

    Por otro lado tu argumento es un puro ad-hominem que no va mucho más allá, el típico al que estoy acostumbrado a ver por tu parte.

    PD: La ostia se la daré a los responsables de la RL. Y seguiré luchando contra la RL con una coherencia personal que supera con creces a la de tu sarcasmo, que es lo poco que has sabido aportar a la política.

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