Ascensión al Moixeró y a Penyas altas de Moixeró

Ubicación: Macizo del Moixeró
Dificultad: Fácil
Altitud: 2.279 metros.
Desnivel acumulado: 1.400 metros, 700 metros la primera jornada y 700 metros en la segunda.
Tipo de ruta: Estival.
Meteorología: Despejado

Aprovechando los últimos dias de vacaciones de verano unos cuantos incautos quedamos en realizar una ruta circular por el Moixeró (prepirineo) que incluía la ascensión a dos de los picos más emblemáticos de la sierra. A la aventura nos lanzamos Manolo, Javi, Bruno, Elena y yo mismo. Salimos de Barcelona y tiramos dirección Manresa, luego Berga y más tarde Puigcerdà, pero antes de llegar al túnel del Cadí salimos hacia Baga. Atravesamos el pueblo (no sin antes hacer la parada de rigor) por una pista que sale en dirección noroeste y que va a Gliscareny. Al llegar a un merendero (Pont de Sant Joan) abandonamos uno de los vehículos (el otro lo habíamos dejado previamente al noreste de Baga, unos pocos kilómetros en dirección al Coll de Pal creca de Greixer) y comenzamos a caminar por una pista que gana altura de forma muy suave y que abandona la otra pista más concurrida. Al cabo de unos pocos kilómetros (unos 15-20 minutos de caminata) llegamos a una masia con una fuente (Cal Cerdanyola) y nos adentramos por el camino de la derecha (marcado por una PR) dirección a los Empedrats. A partir de aquí el camino se vuelve una trocha de media montaña, bastante estrecha y que resigue un torrente que incluso en Agosto lleva agua.
penyes

El entorno es casi de ensueño, el camino va salvando metros y metros. Descubrimos pozas y cascadas, mientras nos adentramos en la Coma o valle que cada vez es más estrecha. Entre los 1.100 y 1.200 metros nos vemos rodeados por Els Empedrats, unas formaciones rocosas que flanquean el camino a izquierda y derecha (o eso creí entender). El camino se nos va haciendo más largo de lo esperado, la ascensión es más bella de lo esperado, pero también más larga. Superado este tramo el camino se vuelve un serpenteante camino de media montaña que gana altura entre bosques y prados hasta llegar al refugio de Sant Jordi (1565 m), bastante grande, donde confluyen varios caminos, a parte del PR que reseguíamos, hay que incluir el GR107, el camino que lleva al Coll de Pendis punto de separación entre las sierras del Cadí y la del Moixeró, o el camino que lleva hacia las lomas del Moixeró y su cima.

Pernoctamos en el refugio ya que la opción de vivac no era buena ya que la noche iba a ser especialmente fría y en el entorno no había muchos prados secos donde estender los sacos. A la mañana siguiente cogemos un camino no excesivamente marcado dirección noreste. Grácias a la intuición orientativa de Javi que era el que había propuesto la ruta no nos perdemos, y comenzamos a ganar altura por un bosque de pináceas que poco a poco va siendo sustituido por prados alpinos. En un tiempo razonable para el desnivel y el terreno llegamos al Coll de Moixeró (1972 m) que cambia abrúptamente la visión y la tipología de la montaña. Pasamos de la cara sur del Moixeró a la norte, mucho más suave a esta altitud que el paredón de la cara sur que se ve camino al Túnel del Cadí. Aquí enganchamos con una variante de la GR 150 (la GR 150-1) que resigue toda la carena del Moixeró. El paisaje como he dicho antes pasa de ser mayoritariamente bosques de pinos a ser prados alpinos, como si fuera una cifra mágica los 2.000 metros nos ofrecen ya la vegetación de alta montaña, y más aún en la cara norte.

Ya desde el coll vemos claramente la cima del Moixeró (2.091 m), de la que nos separan una pala de hierba y 100 metros de desnivel que salvamos perdiendo resuello pero sin problemas. Foto en la cima desde la que se ve ya gran parte de la Cerdanya y el Pirineo al norte y hacia el sur el Berguedà con todas sus montañas. Tomamos cuatro fotos y comemos un poco, volvemos a bajar y seguimos dirección este por la carena, hasta llegar al collado dels clots dels amorriadors, perdiendo nuevamente los 100 metros que habíamos ganado desde el coll del Moixeró, seguimos por la GR-150.1 que resigue la carena un poco por debajo en la cara norte y nos adentramos nuevamente en un bosquecillo que enseguida dejamos atrás en el Collet de Raset (2.070m) punto que luego tomaríamos para bajar. En este punto el camino comienza a ganar altura de forma más clara hasta adentrarnos en lo que serían las “Penyas”. En sí atravesar los grandes bloques de piedra e ir ganando altura no tienen dificultad técnica, comienza con un punto donde hay que poner las manos pero donde no hay ninguna sensación de altura y salvas unos 4 o 5 metros, de ahí comienzas a ganar altura de forma evidente y pasas de una vertiente a otra siguiendo las marcas de la GR, en algún punto las vistas son fantásticas pero la sensación vertiginosa no es muy marcada. Se llega por último a una loma suave que en 30 o 40 metros termina llevando a la cima. Las Penyas altas de Moixeró (2.279 m) es una cima con mucha dominancia sobre su cara sur, en sí es un peñasco enorme que sobresale de la carena del Moixeró, y en su cara sur se puede ver una caída de unos 1.100 metros hasta el valle, por donde se entra al Túnel del Cadí.

La cima tiene un indicador de frontera de provincia y de comarcas, a parte de las banderolas tibetanas (por aquél entonces estaban celebrándose los juegos olímpicos de Pekin). Separa las comarcas de la Cerdanya y el Berguerdá, pero también separa la provincia de Barcelona, de Girona y de Lleida. Siguiendo la carena hacia el este unos pocos metros había otra elevación que permite un mirador perfecto hacia la Tosa d’Alp y todo el Serrat Gran de la Tosa. Buenas vistas y un buen día que además permitía Es cuando teníamos previsto bajar que nos encontramos con una pareja de la Guardia Civil de montaña, casi los únicos junto a los de areopuertos y fronteras que quedan en Catalunya ya que casi todas las funciones policiales las ejercen los Mossos. “Confraternizamos” a pesar de las ideas preconcevidas sobre los Guardia Civiles (hasta Manolo se hizo una foto con ellos).

El descenso de las Penyas lo realizamos por el mismo punto que subimos hasta el último collado, un descenso de los 2.270 a los 2.000 metros muy interesante ya que volvemos a hacer los cambios de vertiente, hasta llegar al punto donde había que poner un poco las manos. Aquí me he deshacer de parte de la mochila, estaba llevando la esterilla de Manolo (él no podía ponerla en su mochila de ninguna manera y estaba llevándola en la mano cuando decidí quitársela y colgarla de través en mi mochila) y esta se me iba a enganchar en ese pequeño punto, pero a parte de quitarme la esterilla porqué se enganchaba no tenía ningún problema.

Al llegar al coll de Raset bajamos por el bosque que hay en su cara sur bastante “a piñón” buscando perder altura y enganchar el camino (que se podía coger de forma más civilizada en el siguiente collado) que desciende por la canal de la Serp, una canal bastante empinada pero muy boscosa (lo cuál hace que no se tenga esa percepción de verticalidad) que se va bajando por un camino muy serpenteante (de ahí debe venir el nombre) y especialmente bello. Antes de enganchar claramente la canal, pasamos por debajo de las Penyas Altas, si la vista desde arriba eran impresionantes, desde abajo las Penyas tienen una visión muy interesante, llegando a ver un puente de piedra formado por la erosión. Bajamos por la canal de la serp donde paramos a comer un poco. Aquí Manolo sufrió un pequeño accidente, se resvaló, al no llevar bastones de travesía, y se golpeó contra un árbol que le frenó la caída. No pasó de un susto, pero a partir de entonces todos fuimos con algo de más cuidado, íbamos demasiado rápido (Manolo tenía intención de poder ver el partido de baloncesto entre España y EEUU de las olimpiadas), hasta el punto que el grupo se atomizó al salir de la canal de la serp, Bruno y Elena cerrando el grupo, Manolo iba algo por delante y Javi marcaba en cabeza un ritmo de descenso bastante frenético, yo intentaba seguir su ritmo hasta que decidí esperar a Manolo y bajar con él.

Después de mucho serpentear salimos de la canal donde el bosque se abre un poco y pasamos a un entorno algo más rocoso que poco a poco nos hace perder altura, hasta pasar por una pequeña agrupación de masías que ya enganchaba con la pista de Greixer, la cuál tras recorrerla unos pocos minutos llevaba hasta el coche dejado el día anterior en la carretera hacia el coll de Pal, y en Bagà tomamos la cervecita final de las dos jornadas.

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