Planificando el riesgo en montaña II: Algunos de los peligros de la alta montaña – caídas y desprendimientos

En el primer artículo de esta serie establecía una descripción del proceso intuitivo que realizamos para valorar el riesgo en montaña, pero para ello hay que conocer un poco los riesgos concretos a los cuales nos enfrentamos. En este y los siguientes artículos de esta serie expongo algunos de los riesgos parciales que me he acostumbrado a contemplar en la alta montaña. No pretende ser una lista exhaustiva, ni tampoco intenta exponer la alta montaña como una actividad heroica. Muchos de estos riesgos tienen una probabilidad muy pequeña de producirse o los peligros tienen consecuencias menores (una hipoglucemia se puede resolver parando y comiendo un poco), incluso algunos no existen en muchas de las ascensiones (si no cruzamos un glaciar dificilmente podemos caer por una grieta de un glaciar), por tanto los riesgos se han de ponderar. No sólo eso, los riesgos evolucionan de forma dinámica por las circunstancias orográficas, Continua llegint

Planificando el riesgo en montaña I: la horquilla de riesgo aceptable

El montañismo y el alpinismo, incluso el de nivel sencillo que yo practico, es una actividad de riesgo que contiene numerosas incógnitas alrededor de los peligros que se afrontan. No existe montañismo sin un cierto nivel de peligro y exposición.  Lo que en la vida urbana y civilizada puede ser una pequeña molestia (por ejemplo una pequeña deshidratación) que se soluciona en el bar más cercano o yendo a la cocina a llenar un baso de agua, se puede convertir en un problema de vida y muerte en alta montaña. Incluso cuando estamos realizando una actividad con la ayuda de personas más experimentadas tenemos que hacer nuestro propio cálculo de riesgos aceptables. Dentro del montañismo es clave saber asumir riesgos, si no los asumes te quedarías en casa, jamás ascenderías una cima, ni podrías superarte. La clave no es en buscar el riesgo cero, sinó en quedarse dentro de los Continua llegint

Grácias al miedo me he evitado problemas serios en alta montaña

Hace unos días hablaba del miedo en la montaña y la influencia que tiene en nuestras decisiones, en ocasiones le miedo puede ser un enemigo y en otras un aliado, pero en general el miedo es una emoción bastante denostada. Cualquier libro de supervivencia alerta de que el miedo puede dominar nuestras decisiones y limitar nuestra capacidad de decidir, y en general es una emoción que se considera enemiga de la supervivencia. Quien no tiene la cabeza fría tiene todos los puntos para que le pase algo. El paso comprometido del Diente de Llardana, visto desde arriba, se puede ver la pared de ascensión y el flanqueo expuesto. A pesar de ello, lo vuelvo a decir, una emoción que está en nuestro bagaje genético con esta fuerza, presencia y universalidad, no es una emoción que sea negativa para la supervivencia en su conjunto. Un ejemplo de ello lo he tenido Continua llegint

Un año de intensa actividad alpinística

Aprovecho el fin prácticamente de la temporada invernal pirineística (excepto para ya los tresmiles más altos del Pirineo), para hacer un pequeño balance del que es posiblemente el año más productivo en la consecución personal de hitos alpinísticos. Es un año donde he realizado más montaña invernal que en toda mi vida y he afrontado bastantes retos personales. He aprendido las técnicas alpinas básicas y las he aplicado, he subido picos que en invierno tienen cierta dificultad y he afrontado la rista de tresmiles más larga de toda mi vida, algunos de ellos que ni imaginaba que podría afrontar, pero sobretodo he conocido gente en la montaña que vale mucho. Me “he soltado el pelo” grácias a ellos, me he liberado de muchos miedos y condicionamientos que me han permitido dar un salto personal bastante importante. Sin la gente a la que me sumo en las actividades de pirineismo bastante Continua llegint