¿Un capitalismo sin pelotazos es posible?

La crisis del capitalismo no llevará al fin del capitalismo, seguirá existiendo capitalismo después de la crisis económica. Lo que sí es posible es que las tesis más ultraliberales queden un poco apartadas del mainstream del pensamiento económico y volvamos a recuperar el modelo económico que más civiliza al capitalismo: algo parecido a un keynesianismo que establezca unos controles y ponga coto a los pelotazos y las burbujas especulativas (o al menos esté preparado para evitar sus peores efectos).

Y es que la cultura del pelotazo es lo que ha marcado el capitalismo de inicios de este milenio: una cultura que favorecía el “enriquécete rápido y sin esfuerzo”, y que parecía que las tesis ultraliberales nos vendían. Una cultura de la empresa corporativa donde los tipos de éxito no eran emprendedores que arriesgaban sus carreras profesionales o sus dineros para generar riqueza, empleos y beneficios a la sociedad, sinó unos directivos cuya función era más bien engordar unos activos financieros, unas acciones en base a la especulación y sobretodo engordar sus nóminas aunque dejaran desempleados a miles de personas o dejaran la empresa por la que pasaban en situación de riesgo financiero o directamente en bancarota.

Cuando esta cultura ha sido tan generalizada que desde la banca mundial hasta el ciudadano privado con ánimo de meterse un pelotazo ha entrado en la espiral especulativa y alguno ha comenzado a pensar que tal vez los pisos realmente no valen tanto, las hipotecas basura son demasiado arriesgadas y que la riqueza no se genera en los árboles de la economía especulativa sinó que se gana con la economía real, al final, como no, se ha iniciado la crisis. Una crisis que terminamos pagando todos, los que no nos hemos enriquecido especulando los que más. Una crisis que está afectando a miles de trabajadores cuyas empresas están haciendo expedientes de regulación y que al no haber dinero para créditos no pueden encontrar un nuevo trabajo ya que no hay empresas que se creen suficientes para absorver esos trabajadores.

Pero si las graves crisis del capitalismo han golpeado duramente a las clases trabajadoras, también han servido para introducir medidas de control y que lo civilizan. Hoy hay estados del bienestar en muchos países que evitan que alguien que va al desempleo deje de tener un tratamiento contra sus enfermedades, o que sus hijos puedan seguir estudiando, o que sencillamente no se mueran de hambre porqué hay un seguro de desempleo obligatorio. Esta nueva crisis ha de llevar a un grado más de control y civilización del capitalismo.

O eso es lo que queremos algunos. Jose Antonio Donaire, nos propone debatir “Un nuevo capitalismo es posible”: un capitalismo regulado, un capitalismo limitado, un capitalismo redistributivo y una novedad: un capitalismo participativo. Por eso ha abierto un grupo en Facebook para que debatamos sobre el tema. Donaire (y creo que muchos) creemos que un capitalismo pensado y refundado sólo por los poderosos va a intentar adaptarse y obviar las lecciones de las crisis para preservar la situación de privilegio de los poderosos. Cuando en la forma que ha de adaptar el capitalismo no son 20 dirigentes mundiales y unos cuantos de cientos de directivos de las empresas más relevantes los que deciden “el rumbo” y las medidas que se han de aplicar sinó somos millones los que tomamos un compromiso sobre que medidas de control exigimos a nuestros gobiernos, que tipo de consumo potenciamos (y por tanto a que tipo de empresas castigamos y seleccionamos) o que tipo de relaciones laborales como ciudadanos queremos y que formas de redistribución exigimos el capitalismo adopta una forma que beneficia más a todos.

Por eso el llamamiento de Donaire creo que tiene la virtud de conscienciarnos que todos somos actores dentro del capitalismo y que todos tenemos que tomar posicionamientos, asumir responsabilidad en lo público que no sólo es cómo funcionan los estados, sinó también como actuamos como consumidores y ciudadanos y trabajadores.

El año pasado los expertos nos vendían la economía como si fueran el personaje del siguiente video y algunos vivían por encima de sus posibilidades porqué les habían hecho creer que el capitalismo del pelotazo era sostenible. Hoy todos son lamentos… aprovechemos para que ahora que se ha demostrado que las tesis más ultraliberales y que fomentaban los pelotazos son un bluf para refundar el capitalismo y asumir todos una responsabilidad en ello.

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