Mediocracia de los partidos III: respuesta a las críticas al modelo mediócrata

No imaginé que mis dos primeros artículos generarían ciertas réplicas, tanto en comentarios como en algún post. En esta tercera entrega, antes de proseguir profundizando entraré a responder algunas de las críticas.

Las primeras que afronto son las que se hicieron en comentarios en mi blog. Roberto C. y Daniel me deja algunas objecciones que pueden alinearse en estos bloques:

 

  • El análisis no corresponde a todas las realidades de los partidos. Entrando al detalle se vé que no siempre se cumple.

 

Quiero dejar claro que el análisis es de “sal gruesa”, no existe ningún partido que se acomode al modelo mediócrata si se analiza al detalle. Hay talento que aflora por muchos motivos y personas que realizan labores más que encomiables. Pero a grandes rasgos, los mediócratas tendrán mayores posibilidades de prosperar que los “talentosos”, en contra de lo que el sentido común parecería indicar. Que haya mayores posibilidades no indica que “siempre” o “en todas las circunstancias”. Si no, no tendríamos Solbes, Castells, Maragalls, Pimenteles y demás personajes que despuntan con cierto éxito. De hecho, el modelo es más bien para intentar explicar como personajes (que todos conocemos y que no hace falta nombrar) han logrado medrar hasta posiciones medianamente significadas, algunos incluso hasta ministros, consellers o alcaldes, sin tener un especial talento.

 

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No entro en contradicción afirmando que el modelo “partido mediócrata” es útil en una primera aproximación en cambio cuando intenta describir la realidad de los partidos con más detalle deja de ser útil. Los modelos son eso… modelos. Tanto en ciencias sociales como en ciencias experimentales cada modelo es “útil” en un rango determinado de detalle; la gravitación universal puede servir muy bien para describir la orbitación general de los planetas, pero cuando entramos en detalle, como por ejemplo, en la órbita de Mercurio hay pequeñas variaciones que requieren un modelo más complejo: la relatividad general. Eso no invalida la gravitación universal como un modelo útil; hoy en día seguimos lanzando las sondas y calculando los eclipses en base a ese modelo. El modelo de “partido mediócrata” sirve para entender un par de fenómenos.. ¿porqué el talento no prospera como cabría esperar en las estructuras de los partidos? Y ¿porqué los partidos son bastante refractarios a los cambios en su cultura interna?.

 

 

  • Se me acusa de proponer la sustitución de unos cuadros mediócratas por otros bloguerso.

 

 

 

No he planteado esto. He indicado que uno de los pocos ejemplos de “talento” escapando los flancos de la estructura informal de los partidos es la blogosfera política, donde los mediócratas se atreven (o nos atrevemos) a escribir, y a algunos se les detecta cierto talento. En cierta manera un cuadro que escribe un blog es mediócrata mientras trabaja y medra en la estructura y en cambio no actúa bajo las mismas premisas cuando hace un blog. Tampoco planteo una sustitución de un grupo de cuadros por otro. Ya adelanto que las estructuras de “partido meritocrático” son más ineficaces que las de “partido mediocrático”.

  • Veo una objección generalizada en que eludo el “sentimiento” en la política, la emoción.

 

Aunque es importante las emociones a la hora de tomar decisiones (hay quien llega al extremo de afirmar que primero las emociones nos hacen escoger y luego la razón justifica la elección), esto no invalida el modelo. El mediócrata y el talentoso pueden tener el mismo impulso emocional en querer mejorar la vida de sus conciudadanos, o en medrar y prosperar, o en ayudar o en querer destacar. Ambos son humanos y son impulsados por emociones. Ahora bien, el mediócrata tendrá más posibilidades de prosperar que el puramente talentoso. Puede que alguien talentoso con mayor implicación emocional destine más energías y esfuerzos en la lucha política y prospere por encima de un mediócrata con menos implicación emocional… Pero de media las personas que se adaptan a la estructura mediócrata tendrán la misma implicación emocional que las personas que intentan jugar tan sólo a la carta del talento. Ambos pueden sentir “el socialismo” o “la lucha por la libertad” de igual manera, y querer gastar el mismo nivel de energías por satisfacer ese impulso. Ambos pueden en su fuero interno creer que lo hacen por el bien de los demás. Lo que motiva a cada uno no entra en el modelo, se presupone que está ahí y en más o menos la misma medida. Lo que comparo es que tipo de actitud, habilidades y capacidades potencia la cultura colectiva de los partidos.

 

 

Pero la crítica más demoledora me la hace Egócrata en unos cuantos puntos, en un artículo que republicamos hoy mismo en socialdemocracia.org. Su crítica se basa en los siguientes ejes.

 

  1. Egócrata plantea que yo me centro demasiado en las estructuras intermedias y básicas de los partidos cuando los que ganan las elecciones son las cúpulas y las tecnocracias. Los partidos han cambiado en su estructura a ser unas tecnocracias profesionalizadas muy pequeñas y los militantes tienen una función limitada que no corresponde al de partidos de masas.

  2. Los partidos han cambiado a diferencia de lo que yo digo, se han adaptado a los nuevos tiempos y son “partidos cartel” y no partidos de masas, estructuras menos burocratizadas y eficientes.

 

En esto es cierto, pero Antonio Linde ya le responde que para ocupar el poder los partidos necesitan mediócratas… No todos los puestos de confianza y de poder lo pueden ocupar las élites y para ello necesitas cuadros intermedios y mediócratas. Yo voy más allá… El mismo Roger plantea que los partidos han de mantener un cierto juego interno en las agrupaciones y de interacción con el militante. Por ello, independientemente que las elecciones las gane la dirección, las bases o un grupo de publicistas a sueldo de los candidatos, los partidos requieren de interaccionar con sus bases y mantenerlas contentas, por tanto la mediocracia es esencial en los partidos.

 

 

Aquí el error de Egócrata creo que radica en que cree que me estoy refiriendo a la estructura operativa o a los programas. Ya afirmé que los partidos se han adaptado perfectamente a nuevas propuestas programáticas a medida que el electorado veía en ellas algo interesante. Me refiero a la “cultura política” interna, que en el fondo, como remarca Antonio Linde, afecta a como se ocupa el poder intermedio. La tecnocracia de la élite no pueden ocupar todos los puestos de regidores, gerentes, jefes de gabinete, subsecretarios, etc… y requieren precisamente de una mediocracia seleccionada para subsistir en la vida interna del partido y mantener la paz… seleccionada para no dar demasiados problemas y fomentar la estabilidad.

2 comentaris a “Mediocracia de los partidos III: respuesta a las críticas al modelo mediócrata

  1. La cuestión es que los cargos que nombras no son todos iguales. Los regidores son mediocratas, totalmente irrelevantes en el partido a nivel nacional. Gerentes, con contadas excepciones, lo mismo; son cargos técnicos, apartados de la luz pública y que se rellenan según lo que decidan los líderes de turno. Los subsecretarios en España son casi siempre funcionarios ascendidos; aún siendo de libre designación los partidos no acostumbran a llenar esos espacios.

    Los jefes de gabinete, sin embargo, son el ejemplo número uno de élites de partido; tecnócrata a la derecha del líder, repartiendo estopa a otros notables rebeldes, hablando con la prensa e ignorando a las bases olímpicamente.

    ¿Qué sucedería si los mediócratas no estuvieran allí? Que la administración pública en España sería como la del Reino Unido. Un ministro, un jefe de gabinete, y todo el resto de la administración compuesta por funcionarios, sin más problema. El partido podría seguir gobernando igual, con un pequeño equipo de élites para cada cargo que se vote y militantes en plan reliquia aplaudiendo y pegando carteles. No mucho más que eso.

  2. Hola Egócrata:

    ->Jefes de gabinete hay de todo tipo.. la mayoría son puestos (importantes) pero poco relevantes, de ruido de fondo. El jefe de gabinete de un regidor, o de un segunda fila… etc… todo estos son mediócratas y no élite. Es verdad que hay jefes de gabinete que mandan un huevo cuando su jefe es alguien que manda mogollón.

    -> Sería fantástico si los mediócratas no ocuparan el espacio. Lo jodido es que la administración española tiene esa estructura desprofesionalizada y la de la mayoría de administraciones ya que estamos. Igualmente, como se sostienen los rituales de los partidos, y la estructura local sigue existiendo, se requieren mediócratas para sostener la estructura interna.

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