Ciberactivistas y organizaciones políticas (I)

Comienzo con una serie (corta) de artículos sobre el ciberactivismo y organizaciones políticas basada principalmente en el debate que se realizó en las jornadas que Lourdes Muñoz dirigió sobre política 2.0, las intervenciones de mis compañeros de mesa (Aintzane, Carme, la propia Lourdes, Marc Murtra y J.A. Donaire) y por supuesto a la reflexión de Antoni Gutiérrez-Rubí en su artículo del País.

Una previa, compro lo que dice Antoni en el artículo antes mencionado, prefiero llamarles ciberactivistas a cibermilitantes por las connotaciones que esto lleva.

Hoy en esta parte entraré en dos comentarios que se realizaron en el debate y que me gustaría complementar:

“El cambio tecnológico no ha sido tanto como el que se intenta aparentar”

En este aspecto he de darle la razón al compañero que lanzó esta reflexión. Es verdad, arrejuntar unas cuantas funcionalidades en algo llamado AJAX mola, lo mismo que diseñar programas que se instalan muy fácilmente en un servidor y que además permiten la gestión de contenidos de forma fácil (los CMS), pero no es lo mismo que crear el protocolo http o inventar una cosa llamada “e-mail”, o inventar un procesador que gestiona las comunicaciones entre dos máquinas llamado módem. Es verdad, el salto tecnológico de lo 2.0 es pequeño si comparamos con la implementación del protocolo http o la creación de servicios de internet segura, y mucho menos con los cambios que llevaron asociados a la invención y distribución de la imprenta.

Ahora bien, muchos cambios de paradigma social no se producen sólo por cambios tecnológicos significativamente importantes. Hablaré de un ejemplo clave que nos ayuda a entender esto de “por donde nacen los cambios asociados a la web 2.0”, y me iré unos pocos milenios atrás (3 aproximadamente), cuando en Europa la tecnología clave era el cobre, en el calcolítico las sociedades europeas eran poco diferentes a las que se habían dado en el neolítico y las que nacen de la extensión de la agricultura y la ganadería. El comercio era como mucho regional, poco intensivo en comparación al que se dió en épocas posteriores. Cuando el bronce se convierte en el metal de valor, en el metal clave para distinguir la tecnología de lo que llamamos sociedades del horizonte tecnológico del bronce, la sociedades europeas cambiaron bastante. Y eso que la tecnología del cobre al bronce no son muy diferentes, hacer una aleación es más difícil que obtener un arma o una herramienta de un sólo metal, los hornos son distintos, pero es un salto tecnológico más significativo el construir un arma de metal que hacerlo de hueso, madera, piedra u otro material. El salto tecnológico del neolítico al calcolítico es más significativo que el del calcolítico a la edad del bronce, pero en cambio en las sociedades europeas el cambio fué más significativo. ¿Porqué?, por algo asociado al bronce, la necesidad de dos metales que no se encontraban normalmente juntos y obligaba al comercio de estaño y cobre. Una sociedad calcolítica sólo necesitba de metal el cobre (y tal vez el oro u otros metales nobles, pero no en tan gran medida) para tener sus necesidades de metal cubierta. Pero esa sociedad calcolítica necestiaría encontrar estaño y si no lo tenía en su zona lo debía comerciar. Ya no sólo había algunos centros exportadores de cobre, sinó que estos a su vez eran importadores de estaño y viceversa. Con ello el comercio comenzó a ser mucho más importante y significativo. No había casi ninguna sociedad europea del bronce que no necesitara comerciar, y por tanto se crearon unas redes comerciales inmensas del báltico al mediterráneo del atlántico al Mar Negro, redes comerciales jamás observadas con esa intensidad y dimensión en Europa.

Por tanto la clave de internet 2.0 frente a la 1.0 (y la 1.5) no es sólo el ligero cambio tecnológico que ha ido acompañando (de forma contínua más que a saltos) internet, no es sólo los estándares XML, ni la generación de RSS, ni que los CMS sean más fáciles de manejar que un editor de texto corriente, ni la difusión del vídeo por internet, ni el streaming en directo, ni las redes de intercambio de programas, ni el programario libre disponible para ser toqueteado por todo cristo, etc… Eso es la base tecnológica e incluso el fruto tecnológico de la propia internet 2.0 (como los saltos que han ido dando los programas de código abierto y la superación de los CMS basados en este tipo de código a los CMS propietarios (como ASPNET)).

La gran clave de internet 2.0 está más en su uso social… en “el que hace la gente y cómo lo vive” y cómo eso se propaga en la sociedad. Hacer una web era sencillo, pero engorroso en la internet 1.0 de Geocities… hoy en día abrir un blog se hace en 2 minutos, cambiar la plantilla en 1 y en menos de 3 lo tienes montado al color que tú quieres en wordpress.com o en blogger.com, y si quieres hacer algo más pijotero tardarás un par de horas para hacer algo que antes tenías que dedicar como mínimo el doble y con mucho más trabajo de programación y maquetación en html de por medio, y con una (poca) facilidad de actualización horrible.

Bien, hoy en día el que hasta personas sin formación técnica se abran un blog permite que personas que no están sometidas a la cultura “geek” o a los pre-requisitos de conocer algo de programación o de conocer un informático que les ayude puedan aportar a la red bastantes cosas… Se ha pasado de una red donde el que generaba el contenido era alguien que o bien sabía mucho a nivel técnico o bien tenía pasta para pagar a alguien que tuviera esos conocimientos a que los contenidos los genera todo hijo de vecino. Pero es más, eso se ha retroalimentado, ha provocado que los que generaban contenidos de forma tímida lo hagan con más osadía, y ha generado lo que los antropólogos denominan su propio código social. A nivel político eso ha abierto una brecha participativa.. un espacio, un ágora que no está sometido a las lógicas mediáticas o de poder.

Y aquí está el cambio, si hablar en una agrupación puede dar canguele sobretodo si se discrepa en internet el campo está abonado, incluso la discrepancia premiada (más lectores, más comentarios, más visitas y más incentivos a continuar opinando de forma crítica) dentro de otra escala de valores. Luego entraré en todo esto… pero lo importante es que a pesar de que el cambio tecnológico pueda parecer insuficiente para hablar de un cambio, es el uso social lo que realmente permite hablar de otra forma de entender internet.

Por poner un ejemplo de que la tecnología (básica y necesaria) tiene un valor secundario (igual que la producción, básica y necesaria, tiene un valor secundario enfrente el consumo [y a los sociólogos y economistas me remito: Stiglitz, Galbraith, Bauman, Sping-Andersen et. al.] en la actual modernidad líquida (o sociedad de consumo para los amigos), yo he aportado mucho menos al cibersindicalismo que mi jefe a pesar que mis conocimientos tecnológicos y técnicos le superan con creces (algo de programar programo, incluso me atrevo a hacer aportaciones a la comunidad de desarrolladores de algunos CMS’s y hago “chapucillas” de programación cuando las necesito partiendo de 0), es más mi conocimiento de la red también son mejores, ahora bien, él tiene muy buenas ideas.. y a lo largo de los años ha logrado enfocarlas de forma que comunicativamente y estrategicamente se pueden implementar. Como sé que no leerá mi blog no gano ni pierdo en decirlo.. pero él ha aportado más que yo a todo esto del cibersindicalismo, sin conocer ni una coma de programación. La tecnología es necesaria, imprescindible, pero lo importante son las ideas de cómo utilizarla.

Los ciberactivistas quieren ser un lobbye

Otra de las objecciones que se hizo en la jornada que organizó el PSC. Una compañera de Tarragona lo soltó cuando comenté que una versión más “light” de la famosa enmienda de Facebook del PSOE fué rechazada por la federación de Barcelona del PSC y que eso implicaba que había reticencias dentro de la organización, precisamente por gente joven. El argumento era “que queríamos ser un lobbye”. Difícilmente yo quería organizar un lobbye, y menos uno en el que yo estaría fuera… Porqué la enmienda que se debatió era literalemente “que aquellos cibermilitantes sin encuadramiento en una agrupación local” tuvieran voz y voto. Yo tengo encuadramiento en una agrupación local, con bastante militancia de piedra picada y estando en la ejecutiva (llevando política municipal) y en el consejo de distrito (con la cartera de mantenimiento y movilidad), algo difícilmente compatible con vivir en el 2.0 y nada más. Y es más, quiero seguir militando en Horta-Guinardó y si se creara esa agrupación virtual no pasaría mi militancia allí.

Pero sí que es verdad que a pesar de lo que digan los estatutos del PSC (que ya incluyen la creación de esa agrupación virtual) el término cibermilitante genera reparos. No porqué se pretenda hacer un contrapoder a nadie (y si así fuera, antes tendríamos que mirar de que las sectoriales no tuvieran tampoco representación en los congresos… y sí la tienen y nadie pone excesivos peros), sinó porqué los cibermilitantes se identifican con frikies o rebotados y una agrupación de “talentos fallidos” siempre puede ser un serio problema para un stablishment intermedio que cree que lo mejor es dejar todo quietecito.

Y es verdad que las organizaciones necesitan tranquilidad y que tampoco se trata de crear “Ciutadans pel Càrrec 2.0” pero es que si a los activistas de una organización política que hacen su labor en internet no se les reconoce de alguna manera, entonces seguimos premiando la mediocridad y dejando de lado el talento. Y no hablo por mí, que me siento bien reconocido por mi agrupación y sé que lo que hago es valorado por más gente, hablo por las personas que igual que en una agrupación local entran en esto de la blogosfera con toda la ilusión se vuelcan en defender unas ideas de una forma bastante más difícil que la política de consigna y eslógan (aquí toca hacer relato político, algo más complicado) y que no se les pueda reconocer una vinculació a la organización me parece mal. Aún a riesgo que una agrupación virtual pueda ser refugio de rebotados (también lo pueden ser las agrupaciones locales y las sectoriales y nadie dice nada), la injusticia que hacemos es poco justificable.

Además, seamos realistas, si quieres tocar algo de poder, por el momento eso está en el 0.0 o sea en el off-line, fuera de todo esto del 2.0 donde luchamos por ideas y con ideas, donde la lógica de poder es secundaria… Si quieres medrar, pásate por el despacho de algún jefe de la organización, en directo, hazte amiguete de él y crea una red, pero de relaciones sociales… Por el momento el ciberactivismo conlleva, como el activismo presencial, más curro que beneficios… cosa de la cuál, por cierto, no me quejo.

En fín, que la posibilidad que “esto marche de las manos” es relativa y es ponerse una tirita antes de la herida, en algo que desde el año 2000 el PSC ya reconoce como herramienta a crear (la agrupación virtual), es además bastante poco provable, y por último no justifica ni la injusticia, ni algo peor para la lógica organizativa: la pérdida de efectivos reclutables (y no hablo por mí… leches, que yo ahora estoy muy contento como estoy) y de efectivos activistas (aún más escasos que los anteriores). Porqué hay una parte de la sociedad, pequeña, que su principal activismo lo hace en internet 2.0 no de forma presencial, ¿porqué no reconocer ese activismo también y darle un ámbito dentro del partido?. Eso o los partidos cada vez representarán formas de hacer política más minoritarias (el míting, el eslogan) porqué incluso sus cuadros de piedra picada (como este que les habla) pasamos cada vez más a hacer ciberactivismo porqué en algunos aspectos es más efectivo y fácil de hacer.

Seguimos en el siguiente post…

4 comentaris a “Ciberactivistas y organizaciones políticas (I)

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  2. Jose, res a objectar respecte al fons de la qüestió. Molt menys a dir sobre la qüestió de l’Agrupació virtual del PSC, que fa temps que ronda pels papers del Partit, però no acaba de posar-se en marxa. De fet, jo mateix, entre d’altres companys de Barcelona, hem proposat a diversos congressos de la JSC que les eines que ofereix la xarxa podien ser molt útils per a l’extensió territorial de l’organització, facilitant l’enquadrament orgànic de militants que altrament estarien molt aïllats al territori, i possibilitant les relacions amb altres companys en similars condicions i amb el conjunt de la organització, creant així sentiment de pertinença a la mateixa.

    En el Consell de Federació vaig votar en contra de l’esmena que defensaves per un únic motiu: en la meva opinió, i segons els usos habituals del Partit, el PSC no ha de presentar esmenes als congressos federals del PSOE que afectin a la seva estructura o organització, o que hagin de tenir repercussió en els seus Estatuts o Reglaments.

    Lamento que no haguem tingut ocasió de parlar-ne fins ara. Em sembla, per tant, que veus reticències a la innovació on no n’hi ha.

  3. Hola Ferran:

    M’alegro que tinguis la deferència d’explicar-me el teu vot (quan no tens cap obligació, es clar…) i entenc que l’objecció és formal respecte al PSOE, encara que t’haig de dir que aquesta esmena és la que en molts llocs d’espanya s’ha anat elaborant…

    El que més m’importa no és l’esmena en si mateix (una esmena de més o de menys no és rellevant), sinò la “por” a que la nostra federació sigui refractaria al ciberactivisme. Ja no als cibermilitants, sinò al ciberactivisme, aspecte que crec que no fem bé la feina, i caldrà que molts hi posem fil a l’agulla per a que el PSC de Barcelona tingui una bona política ciberactivista.

    M’alegro que el rebuig sigui per un formalisme i no de base, perquè caldrà molta feina en aquest sentit.

    Gràcies pel teu comentari.

  4. Hola Jose,

    També m’alegro de que tinguem ocasió de parlar-ne. Un matís, però: a mi la qüestió de forma em sembla important, perquè en ser el PSC i el PSOE dues organitzacions polítiques sobiranes, malgrat els acords i pactes existents des del 1978, ni el PSOE pot immmiscuir-se en qüestions organitzatives del PSC ni, per reciprocitat (com a mínim), pot el PSC entrar en temes organitzatius del PSOE. Dit això, si l’esmena la presenten agrupacions locals del PSOE, em sembla perfecte, perquè aleshores quedarà garantit que la qüestió sigui debatuda en el 37è Congrés Federal.

    Pel que fa a la segona part, jo no crec que hi hagi cap por específica. De fet, el PSC, tot i les mancances pròpies de qualsevol organització gran i consolidada, que triga més en adaptar-se, és un dels partits polítics catalans que més esforç està fent per obrir-se a formes de participació política innovadores. Segur que podrem tenir debats molt interessants sobre el tema en el nostre propi Congrés. Fins aviat!

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