Ganar las primarias, perder la ANC


Esta semana los socios de la ANC votan si la entidad se vuelca en la estrategia de primarias para forzar listas únicas en las municipales o no. Sobre la idoniedad de apostar por primarias o no, prefiero dejar el grueso de argumentos en este artículo de
Francesc Abad, yo me centraré en lo que significa que la ANC tome esta vía.

En un principio la ANC nació con un objetivo: hacer efectiva la independencia de Catalunya, con unos principios que rompían las dinámicas de confrontación que tradicionalmente habían condenado al independentismo a ser un movimiento minoritario. Otro de sus principios era alejarse de las estrategias partidistas, manteniendo un reglamento interno de incompatibilidades entre el ejercicio político y el ejercicio de cargos de responsabilidad interna.

Por su objetivo central, la ANC debería intentar ser la punta de lanza en varios aspectos: uno de ellos en no perder el sentido estratégico de los objetivos. Los partidos y otro tipo de entidades tienen multiples intereses y es bueno que haya una entidad que su objetivo sea mantenernos a todos en el objetivo final. Pero también más allá de esta función de no perder el objetivo final tener cierta visión estratégica. La ANC tiene más responsabilidad que otros en intentar hacer una lectura acertada de la realidad. Ver lo que ha impedido que la República sea real este otoño. Quedarse en la lectura simplista de que todo es culpa de los políticos que no se atrevieron a implementarle es demasiado pobre. Además sumarse al relato antipartidos que parece emanar recientemente, lo que la acerca es a un populismo contrario a sus propios principios.

La ANC tiene una responsabilidad en leer correctamente la realidad, asumirla y reconducir el movimiento independentista en base a esa lectura. Ser conscientes que no somos suficientes, que necesitamos más gente y analizar que es lo que ha hecho sumar, pero también que es lo que ha restado, debería ser clave. Mientras que creo que aciertan en su lectura de como mejorar la posición internacional, creo que su lectura de como es la sociedad catalana hace aguas completamente desde hace ya meses.

También tiene una responsabilidad en evitar ser el campo de batalla de las luchas partidistas. Darse cuenta cuando hay opciones que integran a todo el independentismo y cuales son las que solo responden a una visión parcial del movimiento. También no fomentar cierto pensamiento mágico donde se confunde los instrumentos con las finalidades o se da la virtud de ser el bálsamo de fierabrás a lo que no es más que un instrumento político como las primarias. Las primarias pueden ser útiles en según que sitios y totalmente contraproducente en otros, en eso estoy totalmente de acuerdo con Francesc Abad.

Además la ANC debería velar por no ponerse a si misma en una posición que contradiga sus principios fundacionales. Si gana el SÍ, ¿que ha de hacer la ANC? ¿Apoyar todo el proceso de primarias y las listas que de ella salen y dejar de apoyar, por ejemplo las candidaturas de la CUP en todo el territorio o las de ERC donde esta no se haya sumado al proceso de primarias?. Si hace eso, la ANC dejará de ser la entidad de todos los independentistas sino solo la de unos pocos independentistas y será difícil que no se la identifique como un brazo armado social de lo que surja de la refundación de postconvergencia. Y esa lectura no es que la hagan los indepes a los que expulsa de su relato, sino también a los no indepes a los que ella tiene la obligación de ayudar a sumar.

Uno de los principales problemas que han tenido otros movimientos independentistas como el del Quebec, después de una derrota, es volver a las esencias centrarse en una competencia interna para satisfacer las voces del núcleo más militante y crear una terrible fractura entre el movimiento y el resto de la sociedad. Porqué el gran problema del independentismo, más allá de luchar contra un estado de baja calidad democrática, es que apenas somos la mitad. Los mensajes que demos y la actitud que tomemos los próximos meses nos pueden dibujar como un movimiento que avanza y pretende sumar a más gente o que uno que va reculando, haciendo purgas internas o expulsando a sus miembros, y se dirija a un discurso para cada vez menos convencidos.

La ANC no se juega en esta votación si apoya las primarias o no, que no dejan de ser un instrumento imperfecto que puede mejorar en algún lugar la calidad de la oferta electoral independentista pero en otros no tener ese efecto deseado. La ANC se juega perderse a si misma y ser una mera sombra social de un sector nuclear independentista cada vez más alejado de la sociedad y del resto del movimiento independentista.

La ANC en el fondo se juega ganar las primarias a costa de perderse a si misma.

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