Escrache o el riesgo de desinstitucionalizar el conflicto

protesta
El escrache, o el tipo de manifestación en la que un grupo de activistas se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar, es una práctica que la PAH parece haber puesto en funcionamiento como fase de presión a los diputados del PP para que orienten su voto en el Congreso a favor de la ILP hipotecaria.

Tengo la suerte de que he estado a los dos lados de la línea de la acción política, tanto en movimientos sociales, como institucionalmente y esto permite cierta perspectiva, especialmente en la política municipal.

Los primeros 4 años en los que realicé mi labor como consejero de distrito fueron especialmente duros, uno de los conflictos más enconados se produjo por la implantación en la zona de la Vall d’Hebron, Montbau, Horta y Sant Genís de 3 equipamientos que no son agradables: una narcosala en el hospital de la Vall d’Hebron, un centro de personas sin techo en Horta y un centro de justicia juvenil en Montbau.

Esto provocó un conflicto, especialmente con una de las 4 asociaciones de vecinos, mientras otras dos daban el apoyo a la implantación de unos equipamientos necesarios para la ciudad (pero que nadie quiere al lado de su casa). Como podéis imaginar eso provocó un conflicto social que se canalizó de formas de todo tipo, desde manifestaciones (cortes de la Ronda cada Miércoles durante casi un año), protestas en plenarios, y reuniones donde se producía un fuerte desencuentro entre parte de los vecinos y los representantes municipales.

Además de las formas institucionales de protesta (manifestación, concentración, participación en las audiencias públicas y plenarios, presencia con pancartas y pitos en todo acto municipal digno de ese nombre) algunos de mis compañeros de gobierno del distrito sufrieron lo que hoy se llama escrache.

El compañero en concreto que recuerdo era conseller de distrito por ICV y portavoz del grupo municipal, le perseguían por el barrio, le acosaban en el colegio donde llevaba su retoño, le abucheaban y llegaron a romperle la moto.

Puede que cuando pensamos en un “malvado diputado del PP frente a un pobre desahuciado de su hogar” emocionalmente nos pongamos del lado del débil y creamos que esta forma de protesta está legitimada, pero en democracia tenemos que pensar que las acciones no se justifican por sus actores sino por la acción en si misma. Si está justificado en el caso de un diputado del PP también está justificado en el caso de mi compañero de ICV por parte de aquellos vecinos que no querían sin techo en el barrio. Tal vez podamos así valorar si el escrache está justificado o no.

Hay que tener mucho cuidado con defender algunas formas de protesta cuando además estas no tienen marco regulatorio, incluso una forma de protesta muy tensa como un piquete sindical un día de huelga está pautada y tiene unos límites, hay jurisprudencia y está reconocida como una forma legal (y por tanto institucionalizada) de protesta.

Sacar el conflicto de unos marcos y llevarlos a la vida privada de las personas puede que tenga más riesgos de los que realmente estamos dispuestos a aceptar y sea un mal antecedente. Hoy son unos poderosos diputados del PP, ayer fue un pobre mindundi amateur de la política con un cargo municipal de ICV, o miembros de las asociaciones de vecinos que apoyaban que se implantaran los equipamientos (alguno terminó con un ojo a la virulé por parte de esa masa enfurecida).

Por mucho que suene a postmoderno, el escrache, al igual que cuando a un piquete actúa fuera de los marcos que le permite la ley, genere más daño que beneficio a la causa de los activistas.

6 comentaris a “Escrache o el riesgo de desinstitucionalizar el conflicto

  1. Recuerdo, entre muchas cosas, a un vecino del 3º. diciendo en el ascensor “tu nos has traido la mierda al barrio” o a otros en el super gritando ” sois los culpables” … Cuanta paciencia se gastó y cuanta pedagogía se tuvo que hacer !!! Pero, el tiempo ha puesto todo en su lugar.

  2. Company, no he querido citarte el nombre directamente por salvaguardar tu “economato”, pero sí, realmente algunos lo pasásteis muy mal. Un saludo!

  3. No regulado no es lo mismo que ilegal. Si lo que hay que hacer es regularlo y señalar hasta donde se puede llegar que se haga.

  4. Existe un distanciamiento enorme entre el HACER política y el VIVIR la política. Que algo sea legal o posible, no quiere decir que esté bien hecho.

    Soy uno de los vecinos del barrio de la narcosala. El balance para el barrio es muy negativo después de estos años. La razón es simple, estas medidas deben acompañarse de otras complementarias que garanticen que no se crea desequilibrio, es decir, por favorecer a unos se penaliza a otros. La queja no es DONDE pones la narcosala. La queja es QUE GARANTÍAS se aportan para que no afecte al entorno. La realidad es que después de estos años las garantías SON INEXISTENTES.

    No dispongo de las estadísticas del ayuntamiento, pero si la experiencia vecinal. La inseguridad en el barrio ha aumentado. 3 ejemplos sencillos de entender:

    – El el caprabo de la avenida Jordan, se distribuye droga en la puerta. El mecanismo es sencillo. Hay dos personas, identificadas ya por todos, que aceptan los pedidos y una tercera que se acerca con los encargos.
    – Me han robado el coche y lo han estrellado en un robo con siniestro total.
    – En nuestro edificio tras robos en apartamentos, hemos tenido que contratar un servicio de seguridad con cámaras.

    Mientras, la presencia policial en el barrio no se ha intensificado. Ni por la presencia de la narcosala originalmente, ni por el incremento de delincuencia posterior. La situación es de INDEFENSIÓN TOTAL.

    Estamos hablando de un barrio obrero con una media de edad baja cuando comparado con otras zonas de barcelona. Sirva de prueba que hay 3 guarderías públicas, 2 colegios de primaria y 3 institutos. Hay varios parques y zonas ajardinadas en las cuales han aparecido jeringuillas y no tenemos un servicio especial de limpieza (los trabajadores normales ni las tocan, como es lógico).

    En el barrio hay un hospital psiquiátrico con una residencia de día, donde los pacientes pasean por el barrio acompañados de personal del hospital. Nadie se ha quejado, no supone un problema. Está bien gestionado y los pacientes no han provocado ningún incidente.

    Con la narcosala, se ha abandonado el barrio a su suerte. Y años después, esa suerte es nefasta.

    En política hay que tomar decisiones y algunas de ellas son de compromiso. Se entiende. Si NO HAY RECURSOS para garantizar la seguridad ciudadana, no debe haber narcosala. Es sencillo. Aunque tenga una visa, si no hay dinero en el banco, no la uses.

  5. Estimado anónimo:

    Tanto mi compañero de ICV como un servidor no hemos vivido de la política, ni entonces, ni ahora.

    Sobre lo que comentas, no niego que los vecinos tengan una legítima protesta y seguramente una parte de la razón (como también teníamos otra parte de la razón el gobierno municipal del distrito), lo que confronto en este artículo fueron las formas de acoso que sufrió parte del gobierno municipal.

    Respecto a lo que comentas, recordando como exconseller de mobilitat i seguretat durante dos mandatos, la presencia policial en el barrio aumentó, y no se detectó un aumento de la delincuencia en la zona, si AHORA hay menos presencia debería comentarlo con el actual gobierno que entre otras ha preferido priorizar la presencia policial en el suburbano que en superficie (algo que yo he considerado un error). También hay que indicar, y sin salvar la cara al actual gobierno municipal, es que en la ciudad, en general, ha aumentado el número de delitos debido a la crisis (aunque aún estamos, por suerte, en la zona norte del distrito, a un nivel inferior a la media de Barcelona).

  6. Thcorto:

    Me cuesta mucho imaginar como poner límites legales más allá de los existentes a la técnica del escrache, a diferencia de una huelga y los piquetes que están asociados a ellas, tiene un ámbito temporal y geográfico donde pueden actuar, y por tanto las FFSS pueden garantizar perfectamente (o mejor) que se apliquen las normas de juego, y los actores saben en que ámbito ocurrirá esa acción de protesta, en cambio un escrache puede hacerse en cualquier lugar y momento, y circunstancia.. por ejemplo, acompañando los niños al colegio, o llevando a un familiar incapacitado al médico. ¿El límite? por mi parte, es no hacer acciones de acoso personal en la vida privada de la gente.

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