La alternativa de izquierdas en Catalunya y Europa se construye desde la socialdemocracia, no desde Siriza

Los previsibles malos resultados del PSC hacen que se hable de la “Pasokización” y algún iluminado habla de que ICV puede ser la nueva Siriza catalana. Más allá que las espectativas electorales para ICV rondan los 15 diputados sobre un total de 135 (para ser Siriza deberían aspirar a 40-50), y de las distancias entre Grecia, un país desahuciado, donde las previsiones de recuperación están en el 2030, mientras que para España rondan el 2014, los cambios de políticas de la UE no los están produciendo las tesis ecosocialistas o postcapitalistas.

Los cambios de políticas europeas que comenzaron tímidamente a principios de año pero que han adquirido un carácter más oficial desde las declaraciones de Olli Rehn el 14 de noviembre durante la huelga general europea, son claramente socialdemócratas.

Tengo un cierto cansancio que los ecosocialistas cuando tienen poder aplican claramente el programa económico socialdemócrata, pero no lo reconocen como tal. También es cierto que el PSOE no supo plantear una alternativa socialdemócrata a la crisis, sobretodo algo que a ICV no le gusta mucho hablar porqué es poco populista, pero otra devaluación interna que no se centrara sobretodo en parados.

ICV y también Siriza tienen un discurso económico poco realista, podemos leer a  Stiglitz y soliviantarnos, creer que no rescatar a bancos (otra cosa es que el rescate puede hacerse de otras maneras y con consecuencias legales y económicas para los directivos de estos bancos) y no asumir la deuda pública y privada que tiene España, sus bancos y sus ciudadanos debería revisarse bajo criterios morales y no económicos. Pero eso es cazar unicornios en los prados de Isgaard. Nada relacionado con la realidad, cruda realidad económica.

El escenario del próximo año y medio es el siguiente: a España se le deja de exigir niveles de déficit imposibles, se le da un año y medio para no continuar recortes. Esto se va a propagar a las autonomías. Todo este logro viene de manos de dirigentes socialdemócratas como Hollande pero también a una presión muy socialdemócrata del movimiento sindical clásico de los países del sur.

De hecho el Banco de España ya alerta de que en el 2014 se habrá acabado la devaluación interna en la economía española que necesitábamos para ser competitivos (otra cosa es que esta devaluación ha sido asimétrica, injusta y sobretodo ha cargado contra los desempleados y los jóvenes).

Aunque parece todo lo contrario, el 2013 al 2014 es el tiempo de reformas de calado y algunas puestas a punto de eficiencia del estado del bienestar (que no recortes). El PP es el partido ideal para no tocar las cosas o hacer el cafre como con la reforma laboral, la izquierda alternativa como ICV o IU tienen una cartera de reformas más inmovilistas que la de la CNT (o basadas en una supuesta reforma fiscal que lo arregla todo). El 2014 si se produce el escenario de recuperación previsto tendremos que aplicar la muy socialdemócrata y keynesiana política de reducción del déficit (no antes de que crezcamos). Algo que no está en la agenda de ICV o de IU.

Es cierto que aunque la socialdemocracia está desacreditada, no es por su falta de proyecto, sino precisamente por no haber sabido hacer una agenda de reformas de centroizquierda, más allá de la reforma de las pensiones de finales del 2010.

A pesar de la extraña deriva del PSOE y del PSC, en el fondo, donde hay la capacidad para impulsar reformas socialdemócratas de recuperación económica y de puesta a punto del mercado laboral, el sistema financiero y del estado del bienestar, está en el centro-izquierda.

Por ello tengo claro que la recuperación económica, el refortalecimiento del estado del bienestar, su viabilidad futura pasan por una socialdemocracia fuerte, también electoralmente.

Aunque desde el PSC nos esforcemos por suicidarnos electoralmente, seguimos siendo, independientemente del resultado del 25N, la fuerza política que puede impulsar las reformas de izquierdas necesarias y realizar las propuestas socialdemócratas de oposición a una derecha hegemónica en España y Catalunya pero en retroceso en Europa.

La socialdemocracia es más necesaria que nunca.

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