Lo que les cuesta entender a los diputados socialistas

Yo soy de los que cree que el texto que se pretende introducir en la Constitución puede traer aspectos positivos. El imponer un keynesianismo razonable en épocas de bonanza que impida adquirir demasiado déficit (y yo hasta firmaría que obligando a un superávit), es teniendo en cuenta ciertos detalles algo extraordinariamente positivo.

Ahora bien, lo que hay algo que les cuesta entender a algunos gestores políticos que una medida positiva puede adquirir formas negativas. Mientras decenas de diputados socialistas creen que el problema está en explicar los aspectos positivos del control del gasto público para evitar déficit estructural. Sí, esta reforma no es la reforma neoliberal que nos temíamos. Sí, esta reforma es positiva, pero insignificante en este momento (reformas que comenzarán a aplicarse en el 2020 es politicamente como si dijeran que la aplican en el 2500). El texto está mejor de lo que esperábamos algunos.

Señores diputados, NO, el problema no está en el texto de la reforma, sino en el mero hecho de reformar la Constitución y la forma en que se pretende hacer.

Si hemos “sacralizado” la Constitución sobretodo por parte, precisamente de los propios diputados y las cámaras, hasta el punto que encajes muy importantes como la financiación autonómica o la construcción del estado de bienestar (para, por ejemplo, porder garantizar la financiación de los mismos servicios de salud en todos los territorios) no hemos querido tocar la constitución, para este tema sí lo hagamos y con un mero acuerdo de los dos principales partiddos, es algo que termina encabronando a una parte importante de la sociedad.

El mensaje que van a dar los diputados este Viernes es sencillo: “Para los mercados tocamos hasta la constitución, para los derechos básicos sociales no”.

Lo pinten como lo pinten, lo hagan como lo hagan, lo intenten vender como lo intenten vender, ni ellos mismos se lo creen. El mensaje que está dando es precisamente este y la manera de terminar lastrar la poca credibilidad en la política es gracias a este acto.

El mismo problema podría ventilarse de dos maneras bien distintas:

Si el PSOE quiere introducir el control del déficit que lo ponga en el programa y lo prometa, tal y como ha prometido otras cosas molonas (como aumentar los impuestos a los ricos) pero no las aplica ahora de “bulla y corriendo” a última hora. Si la gente le vota, adelante, que haga una ley orgánica que establezca los límites y adelante. Este sería uno de los motivos que tal vez permitan que les vuelva a votar.

Si realmente es algo que se pretende acordar y que los dos principales partidos encuentran positivo y es un gesto que pretendemos ser creibles a los mercados. Hagamos una ley orgánica YA y que tenga de aplicación inmediata para cuando el PIB de España comience a crecer. Un compromiso de aplicación al 2013, 2014 o 2015, cuando comienzan a vencer un número importante de deuda pública, no en el 2020 donde solo vence la de más largo plazo que es la que además se mueve con menos pánicos que las de vencimiento a corto.

En todo caso, no le hurtamos a los ciudadanos con una reforma de la Constitución, todo lo legal y formal que queramos, pero con una legitimidad más que cuestionable, y aplicamos las medidas políticas económicas que se creen positivas.

Pero a estas alturas, exigirles a los diputados que esto lo entiendan y salgan de su burbuja, es posible que sea exigirles demasiado, o no que alguna excepción hay en la bancada socialista (¿aplicarán como Antonio Gutiérrez su criterio mediante un voto diferenciado?). Luego nos quejaremos que en las elecciones de noviembre, el PP gane por mayoría absoluta aplastante.

6 comentaris a “Lo que les cuesta entender a los diputados socialistas

  1. El problema no es tanto el fijar un techo de gasto, que como bien dice puede hacerse en una ley orgánica de aplicación inmediata, que también. Y no solo las formas como pretende usted hacer ver, que también. El problema es que la reforma establece como prioritario sobre cualquier otro concepto de gasto el pago de la deuda. Y se pone en la constitución de forma que pueda impedir cualquier acción legítima de cualquier posible futuro gobierno que decida revisar el estado de la deuda (su origen y legitimidad).

    Porque no nos engañemos, que acabamos de gastar 5000 millones de € de fondos públicos para tapar el agujero de las cajas privadas. Que desde 2007 se está llenando de liquidez a los mercados financieros a costa de las arcas públicas, dando dinerito que es de todos, sí de usted también, a nuestros amigos banqueros al 1% para que ellos nos lo re-preseten al 3%, al 4% al 5% o a lo que quieran.

    Porque al final de lo que se trata es de cuidar bien a los ricos.

    Sabe usted tan bien como yo que ni el déficit es tan excesivo, ni la deuda pública tan grande (sí lo es la privada) ni la salida de la crisis pasa por la contención del gasto, sino por el control de los mercados especulativos. Lo sabe y no lo dice. Sabe que es cuestión de voluntad política. De dignidad y, por supuesto, de ideología. Búsquenla ustedes señores socialistas. Con un poco de suerte para todos, si la encuentran, recuperaremos este país. Empiece usted y abandone ya ese partido tan podrido.

    Que el PP gane las elecciones no será problema. ¿Acaso cree que se hubieran atrevido a hacer lo que el PSOE está haciendo? Lo dije el día en que Zapatero salió reelegido: con la que se nos viene encima, mejor que hubiera gobernado la derecha. Habrían tenido una dura oposición y, con lo caguetas que son, al primer huelgazo se hubieran quedado quietecitos. Cuanto me jode haber tenido razón.

    Le animo a segui escribiendo en su blog. Es interesante.

  2. Le pido una cosa, hágame responsable de aquello de lo que soy responsable. Teniendo en cuenta que es muy posible que ni vote al partido en el que milito exíjame en su justa medida.

    Sobre el tema de priorizar el pagar la deuda. Y tanto!. Eso es keynesianismo puro y duro, no podemos ser un país fiable y por tanto que acceda a los mercados internacionales de inversiones si no garantizamos el pago de nuestra deuda. Eso lo hacen todos los estados excepto cuando hacen fallida y tienen que ser intervenidos.

    Por eso es tan importante no endeudarse hasta las trancas.

    Sobre el problema de la crisis, NO, no es de deuda pública, es de caída de ingresos asociados a la caída de la actividad, y si el sector público se retrayera ahora aún más retrasaría aún más la salida de la crisis.

  3. El fondo es todo un seminario de economia politica y si nos lo creemos de acuerdos de la UE (que en estos aspectos esta por hacer. La forma es impresentable y arroja al desastre mas aun de lo que se auguraba. Es necesario mostrar nuestra disconformidad en todos los foros para que no se confundan, por lo menos los que nos conocen.

  4. No es responsabilidad es coherencia. Si el partido está podrido, si ni si quiera cree usted que sea digno votarle en unas elecciones (no a usted, sino al partido en el que milita), ¿no sería más coherente abandonarlo? Pero allá usted con sus decisiones. Sus motivos tendrá y los podrá o no explicar. Yo solo expongo lo que se ve desde fuera. Crítica entre velada y tenue de muchos afiliados pero poca acción.

    Por muy Keynesiano que sea, priorizar el pago de la deuda supone dar garantías a los especuladores por encima de darlas a los ciudadanos. Entendamos varias cosas:

    1. La caída de ingresos debido a la propia caída de la actividad económica es lógica y se entiende. Pero no es solo eso. La fiscalidad es muy baja en nuestro país y se ha ido reduciendo sobretodo para las rentas más altas, gobernara el que gobernara. Sin ir más lejos, en plena vorágine de recortes, CiU se carga el impuesto de sucesiones y ZP es incapaz de plantear una mínima subida de impuestos a las rentas altas (eso sí, indirectos los que usted quiera). Todo esto es de una carga ideológica desmesurada, indefendible. Una salvajada.
    2. Keynes está muy bien si no se vicia. Resulta que gran parte del déficit no tiene tanto su origen en los gastos corrientes del estado ni en la ejecución de soluciones keynesianas, sino en la asunción del estado de la deuda privada (véase ayudas a los bancos, salvamientos de cajas). Si el estado inyecta liquidez a intereses ínfimos a los bancos, estos no cumplen lo pactado y no trasladan esos créditos a la economía real sino que compran deuda pública a intereses mayores ¿cómo llamaría usted a esto? Además, cuando la situación de una entidad determinada es tan grave que requiere de fondos públicos para garantizar su solvencia (se le dan miles de millones mientras los gestores que la llevaron a la ruina se van de rositas) es el estado quien acaba asumiendo como suya la deuda privada de otros (ver el caso de Irlanda). Vamos, que ya pudimos haber hecho bien los deberes en los momentos de vacas gordas que al final los conceptos económicos se pierden en la basta corrupción de este capitalismo de amiguetes.
    3. Lo que sufrimos ahora no es una crisis cíclica, es la consecuencia de la aplicación “a piñón” de unas políticas económicas fuertemente ideologizadas que tienen la finalidad determinada de asegurar el poder a unas élites concretas. A través de un ataque especulativo en toda regla, facilitado por una desregulación de los mercados financieros hasta el límite, se pretende justificar el desmantelamiento de lo que veníamos llamando “estado de bienestar”.
    4. Priorizar el pago de la deuda es una burrada. Un recorte drástico de la soberanía. Los “mercados” ya cobran unos intereses determinados en función del riesgo. Priorizar esto en la constitución supone que cualquier gobierno estará limitado a cumplir con el pago en cualquier caso. Si la deuda tiene un origen tan ilegítimo como el rescate de entidades financieras privadas, ¿por qué no podríamos dejar de pagarlo? ¿Es que los especuladores nunca pierden? Por supuesto, dejar de pagar tiene unas consecuencias pero no olvidemos que no sería nada nuevo. De hecho otros países lo han hecho cuando las exigencias de los “mercados” se han vuelto insostenibles. Son los casos que no nos ponen por la tele (Argentina, Perú, Rusia). Le recomiendo a usted leer a Stiglitz (quien tampoco es un “rojo” precisamente).
    5. Todo lo que nos pasa, como estado, está motivado por ejercer de garante frente al agujero brutal de la burbuja financiera e inmoviliraria. Un gobierno responsable hubiera reclamado transparencia. De intervenir lo hubiera hecho con garantías sobre el destino final de los créditos blandos (la financiación de la economía real y no la especulación) de forma que hubiera podido evitar la brutal caída de la actividad económica. Otros países lo hicieron. Depurar responsabilidades y dejar la deuda privada en manos privadas. Justamente para lo que usted dice, no endeudarse brutalmente.

    Un saludo.

  5. “Si el partido está podrido, si ni si quiera cree usted que sea digno votarle en unas elecciones”

    No he llegado a decir eso. Digo que el PSOE ha tomado en el gobierno una serie de decisiones con las que discrepo de plano. Igualmente sigo siendo socialdemócrata y quiero participar en la política representativa partitocrática, por ende, no tengo más remedio que apostar por un partido con representatividad que se acerque a mis ideas.

    Y sí, los últimos años de ZP y su gobierno no han sido muy socialdemócratas, y la baja fiscalidad, mantenida por PP y PSOE tampoco.

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