Borrell el procesista

Josep Borrell lo ha tenido todo para construir una trayectoria aparentemente exitosa. Fue el ministro estrella de la época de González, uno de los ministros aparentemente más dinámicos y capacitados, fue el ganador de las primarias del PSOE (las primeras que se hicieron dentro de un partido grande). También ha sido Presidente del Parlamento Europeo y ha vuelto nuevamente al gobierno como flamante ministro de exteriores del gobierno de Pedro Sánchez. Aparentemente Borrell tiene una trayectoria de éxitos y puede parecer alguien que lo ha hecho casi todo en política.

Este historial aparentemente brillante esconde lo que realmente es, un líder fracasado. Ganó las primarias, pero sus errores como ministro y la falta de capacidad de hacerse con el control del aparato del PSOE una vez ganada las primarias le condenó a retirarse. En Europa impulsó la Constitución Europea, que ha sido uno de los más grandes fracasos de la historia de la UE. Su trayectoria por Abengoa es más que cuestionable y su comportamiento ético en el Instituto Universitario Europeo ha sido francamente mejorable. Además es famoso por haber recomendado inversiones fracasadas o dejarse estafar cantidades bastante grandes de dinero.

¿Porqué un líder fracasado como es Borrell, con 71 años y sin ningún éxito real a las espaldas vuelve a la esfera política? Simplemente, porqué existe el proceso independentista catalán y hay quien cree, erroneamente, que Borrell puede ser una pieza para hacerlo fracasar.

Durante los últimos años Borrell ha tenido una función. Intentar de dotar contenido ideológico al movimiento unionista español en Catalunya y ser uno de los azotes del independentismo. En ello no ha dudado en mentir. Su libro “los cuentos y las cuentas” está tan lleno de falsedades numéricas como la ficción contable de Abengoa. Y no duda en seguir mintiendo. Su participación en Societat Civil Catalana, o en diversas tertulias y foros se ha traducido siempre por un abuso de las formas más demagógicas y también bastante desafortunadas.

El burlarse de los presos políticos posiblemente no sea lo de menos. Debe ser uno de los ministro de exteriores que ha acumulado más deslices. Su afirmación ridícula sobre la supuesta debilidad del inmenso aparato diplomático español respecto a la pequeñísima estructura y más bien basada en voluntarios, de la política exterior catalana, no muestra un ministro de un estado, sino un hooligang mentiroso compulsivo. Recientemente banalizaba sobre la colonización y genocidio de la américa del norte américa afirmando que creó naciones homogéneas porqué en el fondo solo tuvieron que matar 4 indios. Esta afirmación no solo blanquea el genocidio que redujo la población de 12 millones de nativos norteamericanos a 250.000 sino que muestra una enorme ignorancia de la historia de norteamérica. Es tan ofensiva para los nativos americanos como para los propios ciudadanos de los estados de Canadá y Estados Unidos.

Borrell, promesa de la etapa González, si sigue activo en política es porqué vive del proceso independentista. Es un procesista del bando unionista. Es el hooligang del unionismo en Catalunya, es quien dice que viene a desinfectar Catalunya de independentista, en definitiva es el López Tena del bando unionista. Es un pobre ministro que de la misma manera que tergiversa las balanzas fiscales o la historia de norteamérica se inventa escupitajos. Si no fuera por el proceso independentista estaría en un cementerio de elefantes o en alguna empresa del IBEX35 recogido en algún lugar donde no pudiera causar daño alguno.

En el reciente rifirafe que Borrell tuvo con Rufián se mostró la baja calidad del ahora ministro de exteriores. Tal vez Gabriel Rufián ha acabado atrapado por su propiopersonaje, pero en todo caso es alguien que ejerce su papel con toda comodidad y las estridencias seguramente están dentro de un margen de coherencia, y logra su objetivo, desgastar al tripartito de PP, Ciudadanos y PSOE. En cambio Borrell, que en este caso ejercía la posición de poder (ministro vs. diputado) lo hacía con tal exceso que incluso superaba en teatralidad la dialéctica quevediana de Rufián. Al final aderezó el rifi rafe con la fabulación de un escupitajo que nunca ocurrió.

Podría ahondar en el perfil psicológico de alguien que es fabulador y mentiroso compulsivo en la esfera pública, de alguien que carece de la más mínima empatía humana y de alguien que fracasa estrepitósamente cuando está a las puertas de triunfar y se deja engañar tan facilmente, pero no soy psicólogo todo y que las pistas apuntan a cierto perfil bastante tóxico. Lo que si está claro es que es ministro de exteriores con el único propósito de intentar compensar la labor de la diplomacia de voluntarios catalana. Si aún sigue activo en política es porqué el proceso independentista sigue vivo. Borrell, en el fondo es más procesista que los propios independentistas. Y creo que quien apuesta por él como freno para el independentismo, se equivoca.

Un comentari a “Borrell el procesista

  1. Borrell té un cert refinament en les formes capaç d’embolicar a persones suggestibles (la mamà a la búsqueda d’un promés acceptable per a la seva filla) però sembla com si arrossegués un pes. És com si després d’esforçar-se de valent en haver-se cenyit molt a les normes (socials, acadèmiques, polítiques…) la seva llibertat més íntima consistís bàsicament en fer estirabots (com això dels quatre indis, el twitter sobre Ciceró i Catilina) o el deixar-se anar, tot abandonat-se completament a percepcions i indicis que després resulten equivocats (falsedats numèriques o escopinades inexistents entre d’altres)
    Com a resultat de tot això tendríem una sogra totalment decebuda capaç de defensar el seu gendre només per les aparences i el què diran.
    O sigui tenim al PSC-PSOE.

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