Política

En Grecia no hay héroes, ni es el momento de heroicidades.


La tradición griega de la época heroica es muy gloriosa, es la que popularizó Homero. Pero esta realmente queda ensombrecida por la tradición clásica y helénica. El campeón tribal germánico de los que los griegos son herederos en su tradición heroica, montado en un carro y que se enfrenta en combate singular contra el enemigo (el resto de tropas son los comparsas y acompañantes de los héroes que ofrecen la carne de cañón), es la imagen que nos ha llegado a través de los mitos.

Pero la Grecia histórica, la que consiguió las mayores glorias en el campo de batalla no lo hizo montada en carros de guerra, liderada por héroes. Sino de la que Perez-Reverte llama la “leal infantería“, sin gloria, la de las filas de hoplitas que formaban un muro humano, de escudos y lanzas contra el enemigo. En la Grecia clásica no había héroes, sino strategos, generales. Ni siquiera Leónidas por si solo era nadie, sin los más de 5000 griegos que comandó en las Termópilas y sin la flota ateniense no hubiera llegado a la historia. Simplemente un hombre solo no era capaz de sostener la línea en el paso, se necesitaba una falange entera de hoplitas.

Tampoco Alejandro era un héroe en el estilo arcaico del término. Las victorias que él y anteriormente su padre habían conseguido se basaban en el uso de grandes ejércitos. La unidad básica de infantería macedónica, el sintagma, era un cuadro formado por más de 250 hombres, con enormes picas (las sarisas) que eran capaz de arrollar cualquier otra formación, de infantería, de caballería o incluso de carros y elefantes, en un ataque frontal, ese era el yunque contra el que la otra gran innovación macedónica, la caballería de élite (llamada por Alejandro de “compañeros”) hacía que el ejército enemigo se aplastara (siendo el martillo), sin la falange macedónica y sin la caballería de compañeros, Alejandro hoy hubiera sido un triste monarca de segunda en la historia de Macedonia. Los 10.000 hoplitas que lograron escapar de Persia y que su dramática historia se relata en la Anabasis, no tenían héroes, sus líderes fueron asesinados a traición por los persas y tuvieron que improvisar nuevos dirigentes.

En todos los casos las glorias reales de la Grecia antigua y de las culturas helénicas se han conseguido con heroicidades individuales.

Todo esto viene porqué Papandreus se ha decidido embutir en el papel del héroe popular que viene a salvar a Grecia de los rescates, de la malvada Merkel y de los mercados internacionales de crédito.

Desde España se leen numerosos aplausos, incluso ingeniosas explicaciones alrededor de que es una nueva baza de negociación de los griegos. Todos los quieren incluir entre las naciones gloriosas que no se han rendido a los mercados como Islandia.

Hay que aclarar algunas cosas:

  • En Islandia han tomado decisiones distintas a las que están aplicando en Grecia, ahora bien, Islandia y sus ciudadanos han pagado y han sido responsables con la decisión de repudiar la deuda, cargarse su propio sistema financiero y tener que reconstruirlo de cero. Devaluar la moneda no es gratis y aunque ahora están volviendo a crecer, su situación de partida hoy es infinitamente peor que la de antes de la crisis. Los griegos aún no han asumido las consecuencias de las decisiones de su gobierno durante 30 años de despilfarro, fraude contable y bajos impuestos.
  • Lo que propone Papandreu es literalmente un suicidio nacional y un motivo más que claro para que los saquemos del euro a patadas y dejando que la quita la asuman ellos solos lo cuál significa el fin de su sistema bancario, la incapacidad de acceder a los mercados financieros internacionales y por tanto bastante más sufrimiento que el draconiano sistema de recortes y austeridad que le exige la UE. Podemos aplaudir hasta con las orejas, llamarles machotes, pero nuestra admiración por su exceso de testosterona no va a pagar las pensiones de los ciudadanos griegos.
  • Papandreu ahora decide hacerse “el machote” y el héroe, pero hasta ahora ningún dirigente europeo ha decidido afrontar al dúo Merkel-Sarkozy y presentar un frente común de los países periféricos. No ha salido ningún héroe griego, español o portugués a cantarle las cuarenta a Merkel para hacer que el BCE actúe realmente como un banco europeo y no como el Bundesbank.
  • Si los griegos asumen que el problema de su deuda es un problema europeo, de ahí que soliciten que la quita no se la coman ellos solos, al menos asuman que la solución es europea. Lo que no pueden actuar es con esta unilateralidad tan alegre.
Algunos aspectos sobre la democracia de la propuesta de Papandreus:
  • Han habido decenas de elecciones en este período de 20 o 30 años en Grecia, todas ellas bien democráticas, en la que los ciudadanos griegos han votado políticos que han decidido que un país pobre de la UE podría vivir con un nivel de gasto público a la europea con impuestos a la africana, con unas tasas de empleo público que ensombrecen a los suecos y con unas prestaciones públicas que compiten con la socialdemocracia noreuropea.
  • Los griegos democraticamente han decidido meterse en pagar fastos como los juegos olímpicos de 2.004, o rearmarse por un posible conflicto en Chipre con Turquía.
  • Los griegos democráticamente decidieron que era bueno entrar en la UE y meterse en el euro.
  • Los griegos democráticamente han decidido mantener un sistema público que era insostenible a largo plazo aunque no hubiera habido crisis, pretendiendo uno de los sistemas impositivos más bajos de la UE.
  • Los griegos democráticamente han decidido que reformar la empresa pública de transporte ferroviario no molaba, de ahí doscientas mil ineficiencias en empresa públicas griegas que se han ido enquistando.
Sí, un referéndum es algo democrático, pero en democracia también tenemos que ser responsables con las decisiones que tomamos o con las que evitamos tomar. Es verdad que el sistema de ajuste que se le exige a Grecia es draconiano y que un frente de los países periféricos podría presionar para que el BCE hiciera su trabajo. Pero es que ni con la UE más generosa del mundo se podía evitar que Grecia pasara un montón de reformas y ajustes salvajes. Su sistema público es simplemente insostenible ni siquiera en momentos de crecimiento pasmoso. Podemos ayudar como UE en pagar parte de la deuda, pero no podemos seguir aceptando que ellos tengan un sistema tan insostenible. Y eso a corto son ajustes, incrementos de impuestos y reformas del sistema público que van muy a fondo y afectarán prestaciones, empleo público, titularidad de empresas públicas, etc..
En serio, hoy en Grecia no hay héroes. No son los villanos que nos intentan pintar algunos ideólogos neoliberales, pero no, no son héroes. Ni tampoco Grecia ha triunfado excesivamente cuando han dependido de los héroes. La tragedia se profundiza.

Soc coordinador de la revista electrònica i xarxa de bloggers www.socialdemocracia.org, webmaster de la UGT de Catalunya i militant del PSC.

3 thoughts on “En Grecia no hay héroes, ni es el momento de heroicidades.

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