No se asuste ciudadano, estamos arreglando este desaguisado de estructura de estado, prometemos no molestarle demasiado

Una de las cosas más frustrantes que siento cuando discuto con algunas personas unionistas del resto del estado es la anteposición de prejuicios que realizan cuando les expongo mis argumentos sobre las razones por las que defiendo la independencia de Catalunya. Mi interlocutor ya presupone que soy nacionalista y que me baso en creer que los catalanes somos unos tipos tocados por una cierta virtud divina y que por ello merecemos más que cualquier otro ciudadano del estado español. A partir de ahí es imposible el debate. Yo no pido que acepten mis argumentos o me den la razón. Ni siquiera convencerles de la idoniedad de nuestra lucha, o de la virtud de esta. No quiero cambiarle su forma de pensar. Solo pido que acepte que mis argumentos son tan racionales, tan honestos y tan sustentados en elementos racionales, democráticos y de justicia como los suyos. Me basta con que Continua llegint