¿Paleolítico en Horta y La Clota?

En varios artículos publicados en la revista “La Vall d’Horta i el Guinardó” firmados por Varela y Ramírez se presentan algunas pruebas de la presencia del paleolítico en la zona de Horta y la Clota. Tal y como son presentadas parecen considerar que estas son pruebas firmes e irrefutables de que en Horta y la Clota existió una presencia humana en el paleolítico con muestras de la cultura acheliense. De ser esto cierto estaríamos ante un hallazgo arqueológico relevante ya que no existen muestras de paleolítico en Barcelona.

El valle de Horta y la Clota es una cuenca sedimentaria del Pleistoceno (el período geológico que va desde hace 2,5 millones de años hasta el final del último período glaciar hace 12.000 años), con algunas intrusiones de pizarras más antiguas (Ordoviciano) y granitos alcalinos del Pérmico y del Carbonífero que nada tienen que ver con el período de presencia humana.

El hecho de que la valle (como casi toda Barcelona) sean geológicamente sedimentos pleistocénicos es algo interesante a la hora de encontrar restos humanos paleolíticos.

Geológicamente es un terreno interesante para encontrar restos. Hay numerosas rieras, actuales y antiguas que han ido depositando capa tras capa de sedimentos, incluyendo los sedimentos arcillosos que configuran la zona de la Clota. Aún así, gran parte de los estratos que se pueden encontrar tienen intrusiones de rocas arrastradas desde la sierra de Collserolla a través de estas rieras y que hacen que la presencia de “cantos rodados” en los estratos sea bastante frecuente. Cantos que también golpean entre ellos, se descascarillan, generan piezas que podrían enmascarar piezas paleolíticas legítimas.

Hace unos 4 años estuve, a petición de uno de los autores de estos artículos y del miembro de la AAVV de la Clota, Antonio Garrido, estudiando con ellos algunas piezas encontradas en la Clota y examinando los puntos de extración de estas en la propia Clota. Dos de ellos bastante interesantes, uno era un estrato de arcilla que nadie discute que son pleistocénicos y otro de un estrato de loess también de esta misma era geológica.

Mapa geológico de la zona de Horta, Clota y entornos, la capa gris del fondo son arcillas y sedimentos pleistocénicos, las capas ÇOrp y Ggd corresponden a estratos con pizarras y granitos del carbonífero y del ordovíceo. El resto de estratos quedan fuera de la zona de La Clota. El gráfico puede obtenerse del Institut Cartogràfic de Catalunya.

Varela es un gran apasionado del paleolítico. Sin ser una autoridad (y como autoridad me refiero a alguien que publique artículos e investigaciones en revistas indexadas de la especialidad), es una persona con gran conocimiento del paleolítico y sobretodo de la práctica de encontrar restos de la cultura acheliense. Él tiene certificadas algunas piezas encontradas por la geografía catalana que nadie discute que son piezas del acheliense.

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Su pasión (que no está exenta del todo de rigor) se contagia a la búsqueda de piezas en la Clota y a cualquiera con el que hable. Con esa pasión y esa seguridad en sus conclusiones me contagió para conseguir que me implicara como conseller de districte por si existía realmente la posibilidad de la existencia de unos restos arqueológicos achelienses en Horta. Expertos en el paleolítico en Catalunya hay pocos, en general los que se pueden encontrar en el Institut Arqueològic son expertos en épocas posteriores. Así que recurrimos a Rafael Mora y a gente de su equipo. Rafael Mora de la facultad de historia de la UAB es un reputado experto en arqueología del paleolítico, que amablemente se desplazó a Horta para examinar las piezas y también los puntos de extracción. Mora y su equipo las examinaron y examinaron los puntos de extracción y aunque vieron que las piezas a priori eran interesantes, tanto su contexto de extracción como lo rudimentario de las piezas las hacían que fueran probablemente cantos rodados y no núcleos de extracción o piezas talladas.

Posteriormente Varela consiguió cerrar una reunión con Eduald Carbonell, codirector de Atapuerca, un reputadísimo experto y autoridad en el paleolítico. En especial tiene una gran experiencia en el estudio de restos y herramientas del acheliense (no por menos se dedicó durante años a analizar piezas talladas por el hombre de Neardenthal en el abric romaní). Eduald Carbonell analizó las piezas extraídas de la Clota, y excepto un resto de hueso (luego hablaré de él), ante todas tenía una explicación razonable y descartaba que fueran de elaboración humana. Nadie discutía que las piezas extraídas de la arcilla de la Clota fueran del período de tiempo en el que podrían ser achelienses, sinó que estas fueran realmente piezas elaboradas por el ser humano.

A pesar de ello Varela no ha cejado su empeño y sigue defendiendo que estas piezas son realmente piezas del acheliense y no “cantos rodados”. Los expertos con los que tuve la suerte de hablar (Mora y Carbonell) no consideran interesantes las piedras y por el momento la opinión de los expertos es la que debe prevalecer, por mucho que en los artículos publicados en “La Vall d’Horta i el Guinardó” se diga lo contrario.

Aún así, el trabajo de Varela no ha de caer en saco roto. Existen algunas lagunas que abren la puerta a indicios de la presencia humana en el pleistoceno en la Vall d’Horta. La primera es un hueso fósil que encontró Varela a nivel de superficie en La Clota. Este hueso, seguramente arrastrado por alguna riera y removido en algún movimiento de tierras por el agua o en alguna actividad humana reciente, tiene claras muestras de haber sido cortado transversalmente con una herramienta. Ni Carbonell ni nadie que lo ha examinado pone en duda el tratamiento humano. El estado de fosilización era bastante avanzado, la pieza era casi toda mineral, lo cuál indica que tiene cierta antigüedad (estos procesos son distintos para cada pieza y calcular la antigüedad exacta sin una prueba de la relación isotópica es bastante difícil). Carbonell especuló que el hueso pudiera ser medieval, pero ya sonaba bastante raro, en menos de 1000 años esa mineralización es bastante improbable. A los expertos en geología a los que Varela se ha dirigido (algunos con bastantes conocimientos en el análisis de fósiles pleistocénicos) indican que han de tener unos cuantos miles de años más. A mí me parece plausible que este hueso, encontrado fuera de contexto (y por tanto podría alegarse que al no salir de un estrato sedimentario podría pertenecer a tierras desplazadas de otra zona), sea realmente un hueso humanizado. A parte de esta costilla, Varela tiene un trozo de fémur, también con un avanzado estado de mineralización y claramente cortado y con algunas muescas que por el momento nadie discute que hayan sido realizadas por una herramienta, que pareció pertenecer a algún tipo de cabra (animal que ya estaba presente en el Pleistoceno en la zona de Barcelona). Estas dos piezas encontradas fuera de contexto son un indicio (leve) de que podría haber habido presencia humana paleolítica en la zona.

Otra pieza interesante es un enorme bloque que fue hallado en un estrato de loess. Encontrar una gran roca en el loess es raro. El loess no se produce por deposición de agua que es capaz de arrastrar grandes rocas, sinó que son deposiciones de pequeñas partículas arrastradas por el viento en zonas áridas. Cuando se encuentra un estrato de loess no se espera encontrar nada pesado, no se esperan elementos que vayan más allá de piezas ligeras que arrastre el viento, ni tan siquiera demasiados restos orgánicos, ni fósiles. Si hay alguna pieza grande la explicación más plausible es que fue llevada por un animal. Si fuera unos huesos y que por casualidad hubieran fosilizado podría haber sido un animal, pero una gran roca los animales del Pleistoceno no las arrastraban. ¿Podría ser una piedra arrastrada por humanos? ¿una herramienta? Es posible y es un indicio de un probable paso del ser humano en el paleolítico por la Vall d’Horta.

Un par de piezas no hacen un yacimiento, si se encontrara en la Vall d’Horta o en cualquier otro rincón de Barcelona el basurero de unos tallistas del acheliense sería todo un argumento irrefutable a la presencia humana en el Paleolítico en Barcelona, e incluso daría un contexto a estas piezas sueltas encontradas en la Clota. Pero esto no es así, las piezas son un pequeño muestrario de lo que necesitamos encontrar, pero insuficientes. Al menos para los criterios de los expertos que son los que han de arriesgarse en hacer la afirmación de “hay una cultura paleolítica en la Vall d’Horta” y no la opinión que tanto Varela o yo podamos tener, por mucha formación y experiencia que tenga Varela. Y es que en ciencia se ha de seguir el dictado del Peer-Review, o la revisión por pares que se realiza en las revistas indexadas. Carbonell o Mora podrían estar encantados en poder afirmar que en Barcelona hay un yacimiento de la cultura acheliense, pero para ello lo han de demostrar de una forma más irrefutable que con unas piezas dudosas y sin tener un contexto con el que unirlas. Puede parecernos injusto, sobretodo para personas como Varela que dedican horas y esfuerzos por conseguir evidencias, pero la ciencia actúa con esta dictadura que obliga a que las afirmaciones tengan cierto sustento.

Yo no dudo que la Vall d’Horta tuvo presencia humana en el paleolítico inferior y que seguramente como mínimo el Homo Neardenthal pululó por nuestros andurriales, en todo el período en que esta especie humana estuvo presente en la Península Ibérica la Vall d’Horta no siempre fué hostil a la vida, y los grupos humanos nómadas o semiestables llegaron a ocupar todos los rincones. No hay motivos para argumentar que en ningún momento de la prehistoria de la Vall d’Horta no hubo presencia humana. En cambio, para poder decir con seguridad que la hubo, hay que tener muestras más claras. Es duro porqué las piezas desehechadas y los núcleos de donde los tallistas del acheliense sacaban las lascas para fabricar herramientas quedaban abandonados, algunas veces en el mismo sitio, pero es muy difícil encontrar un núcleo de lascas que sería una prueba irrefutable de presencia humana que además no haya sido dañado por el choque con otras piedras o por el efecto de la erosión. Tal vez de cada centenar de miles de herramientas fabricadas en el paleolítico podamos recuperar sólo una, y tal vez una presencia activa de grupos seminómadas en el paleolítico no dejara huellas que podamos interpretar como irrefutables, tan sólo unos indicios, muy ténues. O tal vez estos depósitos de lascas si existan y no los hayamos descubierto, o tal vez en épocas posteriores se encontraran y se deshecharan (la Vall d’Horta ha tenido presencia humana confirmada desde la edad del hierro en adelante de forma que podríamos considerar ininterrumpida).

Seguramente el incansable, serio e intenso trabajo de Varela termine hayándolo, al menos en mi caso ha terminado dándome la sensibilidad suficiente para mirarme todo agujero, zanja o obra que se haga en la zona de Horta con ojos que buscan lo que pudiera ser una pieza asomando en un estrato de arcilla. Estoy seguro que más tarde o temprano los indicios que los expertos como Carbonell o Mora necesitan para poder confirmar un hayazgo paleolítico, gente como Varela lo terminarán encontrando.

6 comentaris a “¿Paleolítico en Horta y La Clota?

  1. 12-XII-2008

    Att. Sr. D. José Rodríguez
    De: Varela

    Muy Distinguido Señor:

    He tenido noticias de este “blog” suyo, a partir de que de su existencia me ha informado Dª Sònia Murillo, de “La Vall d’Horta i el Guinardó”; publicación, ésta, en la que aparecen la gran mayoría de los artículos que, de autoría de Ramírez y mía, hacen referencia a esos hallazgos, realizados por dichos dos autores, de materiales paleolíticos en Horta (y algo más allá). He leído lo que Vd explica sobre el particular, y, con el máximo respeto, quisiera hacerle llegar algún comentario; en la confianza de que ello no será motivo de ninguna clase de enfrentamiento, ni cosa similar.

    Efectivamente, consideramos que las nuestras son pruebas firmes e irrefutables de la presencia paleolítica en cuestión.

    El terreno del Valle de Horta se formó, hegemónicamente, en el Pleistoceno, desde luego. Tal terreno se ha generado, fundamentalmente, a expensas de la erosión de la vecina Sierra de Collserola; incluyendo los fragmentos de roca (de formación original paleozoica) a los que Vd alude. Atendiendo al origen tan próximo de esas rocas, hoy insertas en Pleistoceno, éstas habrían de ser, básicamente, fragmentos angulares no demasiado rodados ni demasiado rotos a golpes; y tales rocas habrían de ser también, en su gran mayoría, de naturaleza pizarrosa. Las pizarrosas habrían de mostrar, más bien, morfologías tabulares (formas de tabla, de libro…), las silíceas (cuarzo de mala calidad, sobre todo), por su parte, habrían de mostrar, en general, escaso rodamiento, habida cuenta su mayor resistencia general al desgaste que las pizarrosas. Todo ello salvo antropismo, que lo hay. Desde luego, el hallar una pieza de cuarzo (un Hendedor; o tal vez un Pico-Hendedor), de notable tamaño, inserto en un sedimento eólico fino, como sucedió en el Valle de Horta, tiene difícil explicación geológica. Bueno, en realidad, no tiene ninguna explicación geológica: El viento no puede llevar, en volandas, semejante piedra; y, de haber podido, habría muchas más piedras allí, que no hay. Por otra parte, en el Valle de Horta también apareció un Bifaz de grauvaca. La grauvaca es una arenisca que se da en algún lugar de la formación montañosa conocida, en términos generales, como El Carmelo; pero no la hay (y, si la hay, nunca nadie la vio) en la porción de la Sierra de Collserola de la que procede la sedimentación pleistocena del Valle de Horta. Las rocas desprendidas, en el Pleistoceno, de esa formación conocida como El Carmelo no habrían pasado de la Riera de Horta; mientras que ese Bifaz apareció en la Riera de Marcelino. También apareció, en Horta, otro Bifaz; éste de gneis azul. Es, esta última, una pieza que despertó gran admiración en mi amigo Antoni Mañé, arqueólogo de Sarría. El genis es una especie de granito; pero en láminas, en lugar de en granos (por decirlo así). No tengo ni la menor idea de dónde pudo salir semejante tipo de roca. No de por allí, en cualquier caso. Esos materiales constituivos foráneos han sido hallados conformando, como he indicado, piezas paleolíticas; y no de otro modo. Jamás vi (ni yo, ni nadie que yo sepa) ni grauvaca ni gneis en Horta; salvo los casos comentados. Además, inserto (estratificado) en la sedimentación pleistocena del Barranco del Camino de Sant Genís a Horta, apareció un fragmentito de sílex, el más publicitado material paleolítico que, sin embargo, tampoco existe en Horta. Por otra parte, piezas paleolíticas del Valle de Horta (éstas de materiales constitutivos comunes en el valle de Horta) fueron mostradas a los Sres. Gallemí (paleontólogo del Museo de Geología de Barcelona), y Granados (arqueólogo, que fue director del Museo de Historia de la Ciudad). El primero es de formación geológica titulada (en la UAB, como Vd), y ha escarbado muchos fósiles por ahí, y vive en Horta de toda la vida. El segundo excavó, en el Valle de Horta, la villa romana de Can Cortada, e hizo su tesis doctoral sobre el poblado íbero del Turó de la Rovira. Ambos conocen bien Horta, aunque, ciertamente, no son especialistas en piezas paleolíticas. Pero ninguno de ellos vio antes, en Horta, morfologías pétreas como las que les mostré. Ambos afirmaron que, desde luego, no les parecen formas naturales. Por cierto, en alguna parte del presente párrafo, yo debería haber especificado que las piezas más características del Achelense son el Bifaz, el Hendedor, y el Pico. Creo que ésto no lo va a poner nadie en cuestión, a estas alturas del conocimiento del Paleolítico; pero vaya Vd a saber.

    También mostré piezas de Horta a otro especialista: D. Antoni Freixas. Bueno, tal vez no considerase Vd a éste Señor un especialista, porque, que yo sepa, no tiene formación universitaria; pero él ha realizado abundantes hallazgos, admitidos, de piezas paleolíticas en el Penedés. Creo, personalmente, que el concepto de “experto” que tiene Vd está excesivamente ligado a una cierta formación titulada. En cualquier caso, yo entiendo que un experto es aquel capaz de darse cuenta de que son piezas pàleolíticas las piezas que lo son; en ningún caso puedo admitir que un experto sea aquel que “decide” a qué pieza le concede la naturaleza paleolítica. Son paleolíticas las piezas que lo son, guste o no. Nosotros no tenemos la menor duda de que las piezas Achelenses de Horta serían admitidas, sin el más mínimo problema, de haber sido halladas por otras personas; por ejemplo, de haber sido halladas por expertos como aquellos a los que Vd hace referencia, quienes han descartado como auténticas las piezas de Horta. Y seré más claro: Como Vd sabe, Mora, tras ver las piezas de Horta que le mostré, quiso saber el lugar concreto de hallazgo de las mismas; y, por ello, nos dirigimos al Barranco de la Riera de Marcelino. Yo creo que lo que sucedió es que el lugar le pareció excesivamente difícil de excavar (de hecho, eso lo dijo él, allí); en cualquier caso, Vd recordará que el tipo, y sus ayudantes, se pasaron un buen rato escarbando en los lugares concretos de obtención, en el barranco, de aquellas piezas que les mostré. Y que, al cabo de un tiempo, Mora dijo (nada menos) que las piezas eran sólo cantos rodados. ¿De verdad puede Vd creer que si las piezas hubiesen sido simples cantos rodados, cosa que Mora habría visto antes de preguntar su procedencia, y antes de andar a escarbar en el barranco aquel, se hubiera estado media mañana encaramado al barranco en cuestión, buscando…? Yo no, no se lo puedo ocultar. En cuanto a Carbonell, yo estoy completamente seguro de que él ya se dio cuenta de que las piezas que le mostré eran auténticas; no tengo la menor duda. Pero le decía que mostré piezas de Horta al Sr. Freixas: Claro que le parecieron Achelenses; incluso, algunas, le asombraron. De éstas, dijo que le recordaban el Achelense africano, lo que cabe entender como que son muy claras. Recuerdo que comentamos que Carbonell siempre ha querido hallar Paleolítico en Barcelona ciudad; y que Freixas dijo, en ese contexto: “Pues ya le has hecho el trabajo”.

    Verá, yo pienso que Vd parece no querer tener en cuenta suficientemente que los arqueólogos, como las demás personas, están sujetos a su condición humana. Y que eso les puede llevar a actuar para sí; aunque uno esperase una acrisolada honestidad, de las de todo en favor de la Ciencia.

    Dice Vd que “un par de piezas no hacen un yacimiento”; y no podemos estar más en desacuerdo con Vd. Es como decir que “un solo” cráneo humano pleistoceno no prueba la existencia humana en su lugar. Verá, si una sóla pieza de Horta fuese admitida completamente como paleolítica, con eso ya quedaría demostrada la presencia paleolítica en Horta. La disquisición de si hicieron una sola pieza, o hicieron más, es una cuestión obviamente banal. Un hueso pleistoceno antropizado sería similar prueba. Y resulta que hay ambas cosas en Horta. Como ya le dije, cierto hueso ha sido admitido como antropizado, y como pleistoceno, por varios paleontólogos titulados. Y, como también le dije, varias piezas de Horta fueron admitidas, por escrito, como auténticamente paleolíticas (tengo un elocuente e-mail que lo prueba) por el Dr. Santonja. Éste Señor es tenido como la máxima autoridad sobre Achelense de toda España. Y esas mismas piezas fueron corroboradas como auténticas por el Dr. Arrizabalaga (tengo otro elocuente e-mail que lo prueba), de la Universidad del País Vasco. Las referidas piezas han sido admitidas, como Achelenses, en base a dichos dictámenes, por el Sr. Caballé (Generalitat de Catalunya, Patrimoni Cultural); quien las tiene en su poder, actualmente.

    Claro que existen las pruebas de la existencia paleolítica en Horta. Desengáñese Vd de Moras y Carbonelles.

    Se despide, con toda consideración, y deseándoles unas muy felices fiestas navideñas: Varela.

  2. Sr. Varela:

    Le agradezco la extensión e interés de su respuesta. Sólo he de indicarle una cosa, en ciencia hay un método y cualquier persona puede acceder a ello: la revisión por pares. Puede parecerle correcta o incorrecta, sometido a muchos condicionantes o no. Pero usted, yo y cualquier persona con las que hable también tiene esos condicionantes.

    Por tanto si Freixas o cualquier otro es capaz de publicar los hallazgos de Horta en un Arqueological Review y superar el peer-review, entonces tal hallazgo será admitido por la ciencia.

    Ni el ayuntamiento de Barcelona, ni yo, vamos a ejercer de “jueces” sobre lo que es científicamente relevante, si el personal de Patrimoni no tiene expertos en paleolítico y los expertos consultados (aquellos que no sólo es que tengan una titulación sinó que secundarían con artículos en las revistas científicas tales hallazgos) indican que no lo son, yo no puedo asumir que lo sean.

    A pesar de que las 3 piezas (2 huesos y una enorme roca) arrojan luz a una hipótesis de uso antrópico.

    Pero vuelvo a decirle, decir que en Barcelona pasaron humanos no es relevante, eso no creo que ni Carbonell lo pongan en duda, pero una única pieza (que Mora o Carbonell no consideran acheliense) en un estrato eólico sólo es eso, una única pieza, no un yacimiento. Indica que un humano (supuestamente) pasó cargado con esa roca y la dejó allí mismo. Importante, hasta cierto punto, sabemos algo que ya suponíamos que eventualmente los humanos pasaban por Barcelona desde hace cientos de miles de años; pero no tenemos muestras de que la habitaran o la ocuparan temporalmente (aunque yo estoy convencido que lo más seguro es que así fuera), que es lo que nos daría un yacimiento, o un conjunto de piezas algo más extenso y mínimamente relacionadas entre ellas, cuyo perfil fueran reconocidas como piezas achelienses, no sólo por gente con conocimientos sinó delante de personas que lo han de defender en artículos en las revistas especializadas.

    Independientemente de los condicionamientos de Mora o Carbonell (a los cuales usted les adscribe una malintencionalidad o una falta de rigor que por sí no es un argumento sinó un juicio de valor), si Freixas o usted pueden sostenerlo en una revista especializada sometida a peer-review de que La Clota o Horta hubo de forma bastante segura y con evidencias claras fueron habitadas por grupos humanos en el paleolítico, entonces comenzaremos a hablar de lo que es “ciencia” y no hipótesis no demostradas (aunque probables).

    Aún así, aunque las 3 piezas que conforman el núcleo más evidente de humanización (y que yo no me pongo a cuestionarlas porqué ni Mora ni Carbonell, ni ningún otro científico tienen hasta ahora una explicación que lo refute) permitieran justificar que La Clota y Horta fueron habitadas (y no simplemente, que no es poco, un lugar de paso, sin ningún otro uso especial), aún no tendríamos un yacimiento y un lugar donde iniciar excavaciones o donde el ayuntamiento destinar recursos para estudiar, más allá de estar alerta a que en un futuro, movimientos de tierra por la zona permitan descubrir el yacimiento que daría solidez al argumento suyo (y que considero más probable pero no probado) de que Horta y La Clota fueron habitadas por humanos durante el paleolítico.

  3. 13-XII-2008

    Muy Distinguido Señor:

    Ante todo, quisiera agradecerle el interés que ha mostrado Vd hacia nuestras investigaciones, así como las buenas palabras que hacia mí dirige Vd en sus presentes escritos; exageradamente bondadosas en cualquier caso.

    No obstante, y como probablemente ya se imaginaba Vd, también en la presente ocasión tengo algo que decir acerca de su último texto:

    El que otra persona publicase algún artículo defendiendo la autenticidad paleolítica de los materiales de Horta, no implicaría que éstos fueran, de verdad, auténticos. Y el que una revista científica accediera a publicar un artículo, tampoco implicaría que fuera cierto lo que en tal artículo se dijese; sería tanto como decir que la verdad radica en una línea editorial. Más o menos por lo mismo, la falta de publicación tampoco implica que lo no publicado sea falso. Francamente, no veo qué duda pueda haber en todo ello. Lo cierto es cierto tanto si se publica como si no.

    Honradamente, yo no conozco qué es eso del “peer-review” que Vd. menciona. Sí conozco que es cierto lo que se prueba como tal; aunque sólo una persona en el mundo lo probara, y/o lo publicara. Y aunque no lo publicara.

    En cualquier caso, sería interesante saber quién creyó ser quién para “establecer” que sólo es cierto aquello que una segunda opinión no cuestiona, sino que se adhiere a ello. Echo de menos, en un tal planteamiento, la apelación a los argumentos. Pero quizá me estoy haciendo viejo, y tengo ideas anticuadas.

    Le pondré cierto ejemplo: Vd. dice, en su primer texto, que Eudald Carbonell tuvo, ante las piezas de Horta que le mostré, una explicación razonable para descartarlas. Pues bien, había, en aquel conjunto, cierto gran Pico Triédrico, en cuarzo, que fue extraído por Ramírez, ante la vista de Vd, de un estrato pleistoceno intacto del Barranco de la Riera de Marcelino. Acerca de éste Pico, Carbonell dijo que había huellas de uso en su punta; pero que el Pico sería de época medieval. Cuando Carbonell supo que el Pico venía de un estrato pleistoceno intacto, y que, por tanto, y evidentemente, su uso había de ser paleolítico, pretendió zanjar la cuestión elevando la voz, por encima de la mía, para exclamar: “¡Pues yo digo que no!” (sic). ¿Es eso un ejemplo de no superación de un “peer-review”? Personalmente, creo que la actitud de Carbonell lo que prueba es otra cosa: ¿Qué puede andarle por la cabeza a un experto que se comporta así? ¿La búsqueda de la verdad, quizá? Toda la conversación entre Carbonell y yo está grabada; por lo que, para mí, lo recién citado es, simplemente, incuestionable. Aunque quizá fuese preciso, para afirmar lo que antecede, que una segunda persona, distinta de mí, afirmara que, efectivamente, Carbonell hizo lo que hizo.

    En otras palabras: Yo puedo demostrar que las piezas de Horta son Achelenses; claro que puedo. Pero lo que no puedo es hacer que otros admitan que lo he demostrado, si no quieren.

    Obviamente, y por otra parte, Vd., y cualquiera, puede tener, en relación con todo este asunto, la opinión que estime pertinente; no faltaría más.

    Finalmente, y al respecto del valor que “una sola” pieza paleolítica, hallada en Horta, pueda tener, creo que mi punto de vista, sobre tal circunstancia, ya quedó clara en la primera respuesta.

    Reciba un cordial saludo.

  4. Sr. Varela:

    Seré tajante, si queremos que la “ciencia” valide algo tendrá que ser con sus métodos. La ciencia se construye en base a que un científico exponga a la comunidad científica especializada sus hayazgos, duducciones, etc.. y esto pueda ser refutado o rebatido precisamente por esos expertos. Esto es lo que se llama “peer review”, y si usted pretende que sus hallazgos en Horta tengan la atención científica que cree que merecen ha de entender que entonces ha de pasar a las reglas, precisamente de esa comunidad científica.

    Por eso cuando los únicos expertos que realmente tienen la capacidad de hacer llegar esos logros a esa comunidad científica, Mora y Carbonell, consideran que no hay indicios suficientes, me he de creer su criterio.

    Tanto usted como cualquier otro podrían hacer llegar el estudio de los hallazgos a una revista científica, sometida a peer-review (literalmente revisión por pares), para su valoración, y si superan este criterio entonces el hallazgo es admitido por la comunidad científica.

    El resto, son elucubraciones, valoraciones e hipótesis que la comunidad científica no considera relevantes hasta este momento. Podemos creer que los arqueólogos son lo que usted quiera, pero no es algo que la comunidad científica considere como real.

    Lo que es real, es real, evidentemente, eso es tautología, pero que usted diga que es real tiene un valor, en cambio que esa evidencia la secunden el resto de expertos mundiales o como mínimo sea publicada en alguna revista científica donde el conjunto de expertos mundiales puedan cuestionarlo y valorarlo tiene otro valor.

    No es cuestión de línea editorial, sinó de método científico, y si a usted no le gusta, no puedo hacer otra cosa, pero la ciencia (sí, esa con la que construimos la tecnología) tiene esta metodología basada en la exposición al juicio de la comunidad científica de todo hallazgo, con una gran fuerza de la duda metódica y permanente, y no a evidencias que salen de un sólo investigador (sea este amateur o no) quedando en un rincón oscuro donde los máximos expertos de esa disciplina la puedan analizar.

    La ciencia tiene sus problemas y limitaciones, y algunas veces ciertos paradigmas se alteran y lo que ayer no se consideraba en arqueología como relevante adquiere interés porqué incluso los métodos de análisis cambian, pero aún asumiendo que hay esos problemas y limitaciones, la ciencia ofrece la mayor herramienta de construcción de conocimiento en una disciplina concreta y con mayor fiabilidad que otros métodos.

  5. 14-XII-2008

    Apreciado Señor:

    Quiero agradecerle, una vez más, el interés que muestra Vd en todo este asunto; pero, también una vez más, me temo que no estoy de acuerdo con lo que dice.

    Mire, Vd, y tal vez otros, podrá/n creer que la Ciencia sólo estima aquello que se sujeta a ese sistema (“peer-review”) al que Vd muestra tanto apego; pero, aunque tuviese Vd razón, a mí no me interesa eso que Vd llama “ciencia”, si es que pretende constreñir los medios de prueba a un único y cerrado modelo, subjetivo en cualquier caso, sin justificación ni necesidad (al menos, yo no las veo). Mi formación científica puede estar equivocada, claro que sí; pero, en cualquier caso, y aplicada a la presente situación, me lleva a exponer las cosas en tres categorías:
    -Cosas que afirmo. Pues entiendo que las pruebas lo avalan.
    -Cosas que sospecho fuertemente. Pues entiendo que existen los suficientes elementos como para sostener esas hipótesis, de forma verosímil; sin perjuicio de que, en mi opinión, exista alguna pequeña posibilidad de error.
    -Cosas que sospecho en grado algo menor al anterior. Son también hipótesis verosímiles; si bien, en estos casos, la posibilidad de error es, siempre en mi opinión, algo mayor que en el caso precedente.

    Bien puede criticarse tal proceder mío, estoy completamente de acuerdo; pero he llegado a él con los años, y lo considero correcto. Sea como fuere, en lo poco o mucho que tenga yo de científico, me creo lo que veo probado; con “peer-review”, o sin él.

    Si los materiales de Horta no son “científicamente validados” en base, no a la falta de pruebas, sino a la falta de ese “peer-review” en el que Vd tanto insiste, qué le vamos a hacer; yo, por mi parte, y como emana de todo lo anterior, no puedo ver como algo científico semejante arbitrariedad, y, en consecuencia, ni creo oportuno sujetarme a esas normas, ni tengo, y siento tener que decirlo, por científicos a aquellos que muestren semejante cerrazón. Vaya, que, para mí, la Ciencia es otra cosa. Y a ello me atengo.

    En cualquier caso, si cualquiera, del ámbito científico o de fuera de él, quiere involucrarse, en un tal “peer-review”, publicando, en “La Vall d’Horta i el Guinardó”, sus opiniones negativas en torno a esos materiales de Horta, preferentemente ayudándose de algún argumento serio, si lo encuentra, adelante. Claro que sí.

    Por otra parte, vuelve Vd a insistir con Mora y Carbonell; y dice Vd que ha de creer en sus criterios. Y yo respeto ese creer suyo. Simplemente, no lo comparto; ello por motivos que Vd conoce, alguno de los cuales ya he expuesto, en algún texto anterior, aquí mismo. No obstante lo precedente, he de admitir que me asombra el que Vd piense, como parece, que esos Señores estarían encantados de que “existieran” las pruebas de la autenticidad de los materiales de Horta; e incluso el que piense Vd que se aprestarían a publicar, en algún medio científico, un artículo mostrando esa autenticidad. Yo, personalmente, me hallo en las antípodas de esa creencia: Ni Mora ni Carbonell han hecho la menor cosa por seguir lo que, según Vd, son indicios. En mi opinión, eso induce a pensar que no existe ese interés al que Vd, entiendo, alude para con esos Señores. Quizá opine Vd que lo oportuno sea que un mero aficionado, como yo, sea quien se dedique a buscar esas pruebas; yo pienso que no, y que me he visto en ello, precisamente, porque ellos no se han puesto. En cualquier caso, no creo que el camino sea el esperar, en el despacho (preferentemente, con aire acondicionado), a que un aficionado te traiga las pruebas, para que tú veas si las publicas o no.

    Por otra parte, también me asombra el que Vd dé por hecho, según creo entenderle, el que Mora y Carbonell admitirían la autenticidad de los materiales de Horta si superasen un tal “peer-review”. En lo que esos Señores me han dado a conocer de sí, yo creo ver que dirían admitir lo que les pareciese; a despecho de pruebas, de “peer-review”, y de lo que les echen.

    En cualquier caso, yo, sin medios ni reputación, ni, por lo que veo, capacidad para inspirar esa fe que Vd parece profesar en los Señores antedichos, sólo conozco un medio para haber llegado a la obtención (cierta y real, bajo mi punto de vista) de las pruebas en cuestión. Se trata de un antiguo método, que, a fuerza de ser poco practicado en la actualidad, ha pasado a ser, me temo, un auténtico arcano: Mover el Culo. Y no veo que otros lo usen; lo que me lleva a preguntarme: ¿Cómo podrá ser uno un experto, sin esforzarse en la práctica, ante un caso tan flagrante como el que nos ocupa, en aquello en lo que se dice experto…? En fin, como dije en otra ocasión, tal vez yo tenga ideas anticuadas.

    Otro ejemplo de ideas anticuadas por mi parte: Para mí, una evidencia, si realmente lo es (como abundan en el caso de Horta), no deja de serlo porque no sea secundada por otros. Pues ésto puede, perfectamente, no depender de la evidencia en sí, sino de otras cosas. Creo que los materiales de Horta son paradigma de ello.

    Finalmente, Vd, hacia el final del texto que estoy contestando, se refiere a la Ciencia como “esa con la que construimos la tecnología”. Lo que me sugiere hacerle la siguiente pregunta retórica: Suponga que el motor de combustión no superó el test de las publicaciones científicas, y que hasta incluso su viabilidad es puesta fuertemente en duda. ¿Cree Vd que, por ello, se detendrán, automáticamente, todos los vehículos que estén en marcha en ese momento?

    Yo creo que no, y que las piezas de Horta seguirán siendo igualmente auténticas, porque las pruebas de su autenticidad son ciertas, aunque sean éstas ignoradas. Ya sean tenidas en cuenta (piezas y pruebas), o no, por esos que Vd llama científicos.

    Reciba un atento saludo: Varela

  6. Cortaré definitivamente el debate, contestándole un par de cosas sencillas:

    Si los materiales de Horta no son “científicamente validados” en base, no a la falta de pruebas, sino a la falta de ese “peer-review” en el que Vd tanto insiste, qué le vamos a hacer; yo, por mi parte, y como emana de todo lo anterior, no puedo ver como algo científico semejante arbitrariedad, y, en consecuencia, ni creo oportuno sujetarme a esas normas, ni tengo, y siento tener que decirlo, por científicos a aquellos que muestren semejante cerrazón. Vaya, que, para mí, la Ciencia es otra cosa. Y a ello me atengo.

    Que sean válidos para usted, o para Carbonell o para Mora, en su fuero interno no tiene ninguna validez científica. La validez de los materiales ha de poder mostrarse al conjunto de expertos. El método que tiene la ciencia para ello es la exposición pública frente a ellos por parte del investigador, si usted se niega a hacer esa exposición pública frente a los expertos y eso se hace aportando todas las pruebas y análisis en un artículo en cuerpo y forma para ser publicado en el Review de turno, entonces estará fuera de la ciencia. Tendrá unas fuertes convicciones pero no le seguirá ningún científico (a menos que logre convencerle de que sea él el que publique e intente demostrar que esas evidencias que usted dice son lo que son).

    En cualquier caso, si cualquiera, del ámbito científico o de fuera de él, quiere involucrarse, en un tal “peer-review”, publicando, en “La Vall d’Horta i el Guinardó”, sus opiniones negativas en torno a esos materiales de Horta, preferentemente ayudándose de algún argumento serio, si lo encuentra, adelante. Claro que sí.

    Eso no es una revista sometida a revisión por pares, ni tampoco mi blog, ni la revista del ayuntamiento. Revistas sometidas a “Peer-Review” lo son pocas y muy contadas en cada especialidad, y lo es porqué “LA Vall d’Horta” no lo leen los especialistas de ninguna materia (de hecho, ya hablaremos de los criterios editoriales de esta revista), menos aún los especialistas mundiales de paleolítico. Cuando Carbonell o Mora afirman que el abric Romaní, en Atapuerca o en donde sea hay un yacimiento paleolítico lo publican, primero en la revista científica de turno, exponen sus afirmaciones a las refutaciones de sus compañeros, incluso algunos reanalizan las pruebas y encuentran fallos. “La Vall d’Horta” no puede ofrecer eso, ni tiene sentido tener el debate allí, donde estará usted y no los expertos mundiales de la materia participando del debate.

    Otro ejemplo de ideas anticuadas por mi parte: Para mí, una evidencia, si realmente lo es (como abundan en el caso de Horta), no deja de serlo porque no sea secundada por otros. Pues ésto puede, perfectamente, no depender de la evidencia en sí, sino de otras cosas. Creo que los materiales de Horta son paradigma de ello.

    Lamentablemente la ciencia es otra cosa, si usted hace afirmaciones en ciencia se expone a que la comunidad científica le diga que se equivoca. Tanto Carbonell, como Mora, gente que sí es experta y no usted o yo, y que se arriesgan siempre que afirman algo a tener que demostrarlo ante los expertos mundiales, le dijeron que los indicios no eran suficientes, las piezas eran muy cuestionables y que bajo su criterio ellos no se expondrían a analizarlo más a fondo y presentarlo a la comunidad científica: veían que sus fundamentos eran insuficientes. Usted puede creer que no, me parece correcto y lo respeto, pero en sentido estricto, no hay ningún artículo en ninguna revista indexada, ninguna referencia en ningún artículo indexado y ningún experto que publique en revistas indexadas de la materia que apoye la tesis de que hay un yacimiento en la Clota y la gente más seria y que se juegan su prestigio y su carrera cuando afirman o dejan de afirmar algo que ha analizado el tema considera insuficientes los indicios. Esto es así, y podríamos darle vueltas a lo que quiera.

    Lo que no consiento, ni a usted ni a nadie que cuestione sistemáticamente la honorabilidad o las intenciones de Mora o Carbonell, como tampoco ellos, yo o nadie cuestiona las suyas, las de Freixas o las de nadie. Si Carbonell o Mora rechazan su hipótesis y ningún experto que quiera mojarse las secunda será porqué bajo criterios científicos no hay suficiente fundamento aún. No haga alocuciones a intencionalidades ocultas de Mora o Carbonell.

    Suponga que el motor de combustión no superó el test de las publicaciones científicas, y que hasta incluso su viabilidad es puesta fuertemente en duda. ¿Cree Vd que, por ello, se detendrán, automáticamente, todos los vehículos que estén en marcha en ese momento?

    El “motor de combustión” es una obra de ingeniería, está sometida más a criterios industriales y de rendimiento. Pero vayamos más a fondo, si no hubiera habido “peer-review” (menos sistematizado que ahora) ni academias de las ciencias que pudieran analizar, cuestionar y publicitar los trabajos de Watt, Carnot, etc.. Etienne Lenoir y August Otto no hubieran podido inventar el motor de explosión de cuatro tiempos, y no habría coches hoy en día. Si hoy alguien indicara que ha inventado un motor basado en las fuerzas de marea del planeta venus que provoca en la Tierra ningún ingeniero se lo tomaría en serio porqué no hay fundamento científico (ni en física ni en química) que lo sustente, la pura física (cualquier ecuación de fuerza gravitacional que usted desee) encontraría que es una chaladura sin sentido. Además el motor no funcionaría en ningún caso si no es que se hace trampas (se pone otro motor convencional funcionando de forma oculta). Y la ciencia y la ingeniería simplemente no gastaría ni un euro en fabricar un prototipo.

    Es grácias a artículos sometidos a ese “peer-review” que se pueden fabricar hoy en día motores de hidrógeno, porqué detrás de cada obra de ingeniería hay miles de artículos de investigación no aplicada que han sido aplicados por otros investigadores de tecnología. Sin ellos los ingenieros tendrían que estar siempre probando errores que otros científicos de investigación no aplicada han encontrado que son vías ciegas, absurdidades que no concuerdan con el funcionamiento de la materia, etc.. Es más el “peer-review” ha permitido que algunos “descubrimientos” que salen a bombo y platillo (como la fusión fría) fueran desestimados como reales a pesar de que los científicos que los encontraron eran muy reputados, serios y estaban muy convencidos de haberlo hecho todo bien, porqué simplemente siguiendo su ejemplo y forma de hacer nadie más ha podido repetir el experimento.

    Lo mismo ocurre con las piezas de Horta, aunque Carbonell creyera en ellas se debe someter a la exposición del resto de expertos, porqué hasta Carbonell puede equivocarse, por eso los científicos se toman las cosas muy en serio a la hora de hacer afirmaciones tan rotundas como las que usted hace respecto a las piezas.

    Para usted lo son, y no las pone en duda. Para la ciencia (y para los científicos serios que han analizado el tema hasta día de hoy) no lo son por el momento. Ahí radica la diferencia, en la duda metódica. En no dar nada por sentado y dejar ese “por el momento y hasta que se demuestre lo contrario”.

    No le gusta, lo entiendo, va en contra de su ímpetu. Pero la ciencia hoy en día ya no es un acto individual de unos emprendedores, sinó un acto colectivo de la comunidad científica. Porqué tal y como a usted le gustaría que fuera la ciencia no habría ninguna diferencia cualitativa en el conocimiento generado por el Physical Review B sobre física de materiales del que genera un señor en su casa, y que publica en su web o en una revista sin ningún valor científico, que el modelo de dinámica de dominios magnéticos en superficies de sistemas mesoscópicos es incorrecto porqué a él le ha salido que con un imán y un hilo un diskette aumenta su capacidad de almacenamiento de 1,2 MBytes a 1.200 TBytes, cuando además su experimento no es repetible o no obtiene los resultados que él dice, y en cambio se empecina que eso lo consiguió.

    Yo le insto a que siga encontrando y buscando piezas y que fundamente mucho mejor en base a pruebas su afirmación de que hay un yacimiento en La Clota. Y si el dictamen de los dos científicos especialistas que podrían abrir la puerta a que este descubrimiento adquiera la importancia que merece y sea expuesto a luz pública y reconocido por la comunidad científica, puede ir a otros, Mora y Carbonell no son los únicos arqueólogos especialistas en paleolítico que publican en Science, Nature o en el Review de turno de arqueología paleolítica. Que pique otras puertas si es necesario y ve su estudio fundamentado. Pero que si esas puertas no le abren un artículo sometido a Peer-Review científicamente el yacimiento seguirá sin existir.