Un largo invierno anómalo y largo que se nota en el ártico y en las zonas alpinas

Todos los que habéis leído un sólo post de los míos que hable de calentamiento global habéis encontrado algún comentario de este estilo “lo que ocurre un verano o un invierno concreto, un día en concreto, no es significativo, sinó lo que ocurre en la media de una década, con respecto a la anterior, para entender el proceso de calentamiento global”.

Por eso este post no es un argumento en contra del calentamiento global, es la descripción de lo que ha estado ocurriendo en zonas sensibles a las variaciones metereológicas y climatológicas. Antes que los negacionistas de turno salgan a decir nada, un año frío es compatible con una tendencia a largo plazo al calentamiento.

cornisado

Nieve acumulada en una cornisa cerca del Pic de Ríbuls (2.820 m) entre la vall de Madriu y el Circ de Pessons en el pirineo andorrano, se están dando grosores de dos, tres y cuatro metros en estas zonas del pirineo.

La metereología no se vive tan intensamente en las ciudades. Vivir en Madrid y ver que nieva un montón un par de días o vivir en Barcelona y amanecer con Collserolla blanca es una anécdota, que sólo habla de unas condiciones excepcionales determinado día, no de como es ese invierno en general. Claro que notamos si llueve o no, pero incluso la lluvia en la ciudad tiene algo como de poco molesto si no es un verdadero diluvio, el paraguas está a mano, nos trasladamos bastante a cubierto (dentro de un coche, un bus, en el metro) y solemos trabajar bajo techo. Las fuertes rachas de viento nos la paran los edificios y en general si hay poca visibilidad las luces urbanas se encienden. El día de borrasca pasa, la nieve se va en un día o dos y nos hemos olvidado de si el invierno es muy frío o poco frío o de cuanta agua hay acumulada.

En cambio las zonas polares y alpinas las cosas son diferentes. No hablaré de las zonas árticas como experiencia personal (no, no soy Nanuk el esquimal), pero sí de las alpinas. Este invierno la temporada de pirineismo invernal comenzó más o menos sobre noviembre en la alta montaña y no se ha ido (ni creo que se vaya hasta bien entrado Junio), una temporada invernal casi ininterrumpida que durará unos 7 u 8 meses. El año pasado la temporada invernal para la mayor parte del pirineo oriental duró un suspiro, de hecho porqué en Abril le dió por nevar copiosamente y algo de nieve aguantó durante una parte de Mayo… pero nada que ver… en enero o febrero se podían ver las cimas de más de 2.800 metros bastante peladas, y a parte de la duración de los días y del frío subirlas era igual que hacerlo en Julio.

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Torreneules (2.711m) completamente nevado entre la vall de Núria y la Coma de Vaca, la innivación récord se está dando en todas las zonas del Pirineo y del prepirineo oriental, incluso aquellas que clásicamente aguantan menos tiempo con la nieve y en las crestas donde el viento debería haber arrancado la nieve.

Este año en cambio no es así, estamos en Mayo y hay nieves recientes aposentadas sobre capas más antiguas de nieve ya endurecida de meses. En diferentes sectores del pirineo oriental la zona plenamente innivada comienza entre los 1500 y los 1800 metros en cara norte y entre los 1800 y 2000 en la cara sur. Se puede esquiar incluso a 1700 metros.. y los aludes que hay que vigilar no sólo son los de fusión sinó los de placa, como si estuviéramos en pleno febrero.

Por otro lado los hielos árticos han frenado, de golpe, su retroceso anual. En general los hielos árticos alcanzan su máximo en Marzo y comienzan a derretirse sin parar y de forma casi monótona hasta septiembre, en este caso y a pesar de que la capa de hielo ártico es más delgada y por tanto más fácil de que se deshiele y desaparezca, el período de retroceso del hielo ártico parece haberse congelado en Abril, como si el invierno hubiera decidido mantenerse y continuar aparcado un mes más. Como podemos ver, la gráfica del NSDIC es clara… el invierno ha decidido alargarse en el ártico. A pesar de que ha sido menos frío que la media de décadas anteriores (los hielos no han alcanzado los máximos de antaño) sí que mantiene su extensión máxima durante más tiempo en este período.

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No entraré en explicar el proceso que hace que el invierno aguante más tiempo en el hemisferio norte, este invierno 2008-2009 ha vivido una fase del ciclo ENSO, de Niña, muy activa y es el año que le tocaba ser frío del ciclo Niño-Niña. Este largo invierno bajará en algo la media de temperaturas de esta década, pero no de forma que no haga que esta década sea más cálida que la anterior. Es un año frío en un ciclo que es cálido. La excepción, no la regla, del clima de inicios del siglo XXI, ya que aunque la variabilidad interanual es más importante que la tendencia al calentamiento global, esta tendencia es más fuerte en una perspectiva de década a década.

A pesar de ello, no hay que negar que la excepcionalidad de este año es bueno nombrarla y asumir, que a pesar de que los modelos climáticos contemplan el ciclo ENSO y años de este tipo, la metereología y la climatología siempre nos sorprenderán y nos darán años excepcionales. Al menos hemos podido disfrutar de un año con una excepcional innivación y con una duración de la temporada de pirineismo invernal extraordinaria…. menos mal que a mí me ha dado por aprender a utilizar el material de invierno…que si no.

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