Lealtad


La lealtad tal y como la define el diccionario de la RAE tiene en su primera acepción:

Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.”

Y si recordamos que es el honor según la RAE

“Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo”.

 

Lealtad es asumir las responsabilidades que a uno le pertocan, no dejar caer las responsabilidades en el pasado.

Lealtad es asumir los errores y dar cuenta de ellos, y en muchos casos poner a votación el propio cargo o exponerse a una moción de confianza cuando las responsabilidades no se han ejercido correctamente.

Lealtad es ser honorable y no utilizar la posición de poder democrático para defender unos intereses personales por encima de los intereses colectivos.

Lealtad es permitir la discrepancia interna y no matarla en el origen.

Lealtad es rendir cuentas de arriba a abajo, no al revés.

Lealtad es no meternos en un agujero sin salida o construir hojas de ruta irrealizables.

Lealtad es asumir la parte de responsabilidad de los errores de forma evidente.

Lealtad es ser consecuente con un programa electoral o una ideología a la que se representa y no hacer portavoz a alguien que no es consecuente con esa ideología.

Lealtad es cumplir con la ley de los acuerdos que se han tomado y cumplir los estatutos.

Lealtad es asumir las propias responsabilidades y no cargarlas en el pasado.

Lealtad es no sancionar, amenazar o insultar a quienes ejercen la crítica legítima.

Lealtad es no eludir las herramientas de control democrático y participación en base a triquiñuelas reglamentarias.

Lealtad es hacer primarias si así se estaba mandatado.

Lealtad es preocuparse por los compañeros que abandonan el proyecto porqué no les convence lo que le estás haciendo.

Lealtad es no someter un proyecto político a la carrera política de un dirigente.

Lealtad es no cosificar toda crítica por no gustarnos.

Lealtad es poder cambiar de camino cuando este nos despeña al abismo.

Lealtad es escuchar alternativas cuando lo que se hace hasta ese momento es profundizar los errores.

En política la lealtad que se le puede exigir a un militante o un responsable político es lealtad hacia un proyecto político, no hacia determinadas personas. Confundir la persona con el proyecto político y apelar la lealtad a esa persona en base a la lealtad al proyecto es una corrupción del concepto de lealtad.

Cuando oigo algunas apelaciones a la lealtad muchas veces pienso que se está pensando en la segunda acepción del concepto lealtad:

Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo.

Algunos deben creer que somos ovejas o cualquier otro animal y ellos esperan esa lealtad.

Algunos deben saber que este tipo de lealtad no la van o conseguir ni de mi ni de muchos.

Algunos deben saber que la lealtad significa decir lo que se piensa y cuando los ámbitos internos son insuficientes porqué no se permite la rendición de cuentas o se incumplen los acuerdos, hacerlo en los ámbitos donde se pueda. Algunos deben saber que la lealtad significa no seguir una línea ciega y anegada que no lleva a ningún sitio. Algunos deben saber que lealtad al proyecto es incompatible con lealtad a quien ejerce el poder de forma privativa y en su propio beneficio. Algunos deben saber que lo que ellos interpretan como deslealtad son realmente los actos de lealtad hacia un proyecto.

Yo también exijo lealtad a un proyecto político, comenzando por la alta dirección que es la primera en no ejercerla.

Cuando esa alta dirección sea leal al proyecto, estará legitimada a exigirla a los demás.

Cuando se exija esa lealtad a la alta dirección se estará legitimado para exigirlo a niveles de segundo orden, a responsables de segundo nivel y a dirigentes del pasado. Lo demás es hipocresía. Una vez hecho, yo estoy dispuesto a que me exijan lealtad.

Por cierto, la apelación a la lealtad, es el refugio de los desesperados, no de los líderes. Los líderes convencen, unen y suman, reconocen los errores y construyen complicidades, respetan los acuerdos y toman decisiones que se interpretan como justas, la lealtad aparece de forma natural después.

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