La necesidad de los ejércitos en las democracias

Vivimos en una sociedad que fomenta el pacifismo, eso es positivo, las sociedades militaristas terminan siendo más agresivas y pueden subvertir incluso las propias democracias para substituirlas por dictaduras o empujar a gobiernos a la guerra. El problema que tenemos los pacifistas es que podemos caer en el buenismo. Llevamos más de 70 años de paz entre las democracias occidentales y casi 30 años de hegemonía absoluta del poder militar de estas y eso nos puede hacer creer que el mundo no necesita de ejércitos, que las democracias han establecido su hegemonía en el mundo y que un “mundo en paz” y sin armas es posible. Es cierto que las democracias fomentan la paz, ninguna democracia estable ha declarado la guerra a ninguna otra democracia estable. Las democracias estables fomentan el statu quo y la estabilidad, tanto por motivos económicos como por motivos políticos. La extensión del comercio internacional genera Continua llegint

La inhumanidad de los soldados, el ejemplo de las tropas norteamericanas en Irak

El entrenamiento militar ha ido orientado ha conseguir tres objetivos: un soldado capaz de desenvolverse en situaciones de conflicto y estres tomando decisiones rápidas y acertadas, al dominio de la técnica, el armamento y las doctrinas militares y también a la capacidad de hacer que el soldado pueda ser un homicida sin tener demasiadas contemplaciones y serlo sin que originalmente sea un sociópata. De todo esto lo que es más difícil es lo primero y lo tercero. Lo primero se puede suplir con disciplina, entrenamiento y repetición constante de las maniobras, aún así, la guerra es una forma brutal de selección natural. Lo tercero es más complicado y requiere un adoctrinamiento profundo. Todos los ejércitos del mundo han usado formas de manipular las mentes de sus soldados para que realicen esa forma de asesinato no penado que es el combate bélico sin que los soldados salgan “tocados”. De hecho, algún Continua llegint

Asimetrías éticas y morales en el conflicto árabe-israelí

Hace unos días, escribía sobre los grises en el conflicto entre palestinos e israelitas, como ya avisé, opinar sobre este conflicto es meterse en un berenjenal de cuidado ya que las sutilezas son fáciles de perder y “asumir un bando u otro” es lo fácil. El maniqueismo es la vía más sencilla para analizar el conflicto y asumir emocionalmente un argumento u otro. Como ya dije, considero un listado de opciones razonables de partida, entre otras que Israel como estado tiene la obligación de defender a sus ciudadanos. Pero entiendo que gran parte de la blogosfera progresista, incluso de personas que se han declarado prosionistas o incluso de grupos judíos, u organizaciones internacionales, estén exigiendo a Israel que cese la operación militar y los ataques militares indiscriminados en Gaza. Existe una asimetría en varios aspectos en este conflicto. El primero de ellos y más importante es que Israel es un Continua llegint