El Escalextrix del Guinardó tiene los días contados

De aquí a pocos meses se iniciará la obra de derribo del viaducto del Guinardó, una de estas obras realizadas cuando la concepción de la movilidad establecía que el transporte prioritario era el coche particular y que ha llevado los vehículos a las alturas de los balcones de los vecinos de la ronda Guinardó.

ortofotoguinardoOrtofoto actual de la salida sur del Túnel de la Rovira, Institut Cartogràfic de Catalunya

La demanda vecinal para eliminar el viaducto es histórica (aunque no tan antigua) y requiere un replanteamiento de todo ese trozo de la ronda del guinardó para evitar que el tráfico colapse y que realmente signifique una ganancia de espacio para el ciudadano respecto al vehículo.

Me centraré, no en el derribo del viaducto, evento que valdrá la pena observar ya que los módulos del viaducto son cortados con hilo de diamante y separados como una pieza, ni en lo que significa o deja de significar para el barrio (ya hay post sobre ello) sino en el proyecto de reurbanización, que será lo que los vecinos vivirán y verán a posteriori.

Líneas generales del proyecto

El proyecto pretende mantener el tráfico rodado que pasa por la Ronda del Guinardó, conseguir que la salida del túnel de la Rovira puedan acumularse los vehículos para poder mantener las fases semafóricas, mejorar la movilidad a pie y en bicicleta de la zona y como no, hacer un entorno más amable y verde. Es de estas soluciones que los técnicos han de trazar casi con tiralíneas y afinar ya que el derribo del viaducto ha de ir acompañado con una clara mejora del entorno, no sólo con el “quitar de en medio” esa mole de cemento elevada.

Por un lado hay una parte del muro elevado del viaducto (entre el carrer Tous y Cartagena) que no puede ser derribado (ese trozo forma parte de los muros de contención del metro y de la montaña), y que se ha de hacer de forma que quede amable a la vista y transmita un aspecto de espacio peatonal. Es en este trozo, donde se elimina el voladizo y se consigue un espacio libre de vehículos, peatonal que compartirán con las bicicletas y se consigue salvar las diversas alturas entre Castillejos y la Ronda del Guinardó mediante ascensores, escaleras mecánicas y escaleras convencionales, haciendo el acceso mucho más amable que el actual.

En todo el tramo del trayecto se incrementan los carriles a banda y banda que se encuentran a nivel de suelo en la Ronda del Guinardó para conseguir hacer espacio para los vehículos que hasta ahora circulan por el viaducto elevado. Eso sí, sin recortar acera, ya que el espacio que se gana al eliminar el viaducto (donde ahora están las columnas) se gana para estos carriles.

Mejora del espacio verde y peatonal

En la mejora de espacio verde y peatonal, a parte del que ya he mencionado entre Tous y Cartagena hay dos puntos clave: la calle Abdelkader se peatonaliza ganando espacio para bicicletas y peatones, y la plaza Alfonso X deja de ser un espacio minimizado para unirse a la ancha acera y al parque de las aguas consiguiendo un espacio verde y cívico mucho más amplio, amable e integrado en el parc de les Aigües. Todo el entorno se reurbaniza parcialmente para conseguir homogeneizar las aceras, integrar arbolado nuevo y hacer las aceras mucho más amables y paseables, se consiguen crear circuitos de paso peatonales nuevos y las bicicletas, por fin contarán con más de un carril o vía que las admita con toda tranquilidad para atravesar este trozo de la Ronda del Guinardó y conectar con el carril bici que llevaría hasta el passeig Maragall.

En la zona de Tous, por encima de la salida sur del túnel se construirá un puente que suavemente conectará la sede del distrito y la calle Tous que podrá ser utilizado por bicicletas y peatones. Se invierte la relación entre el peatón y el vehículo, los coches que ahora circulan por encima de la calle tendrán ahora un puente por encima de ellos donde el peatón y la bicicleta primará.

Se pierde el aparcamiento de la rotonda del Túnel de la Rovira

Hay un punto donde no todo se gana. Actualmente en el centro de la rotonda de la salida sur del túnel de la Rovira hay un aparcamiento tolerado aunque no en normativa ya que está calificado el suelo como zona verde. Este aparcamiento ha servido como alivio a una zona que históricamente tiene poco párking para tantos vecinos y se permitió como una medida temporal hasta poder aplicar medidas que mejoraran la posibilidad de los vecinos para aparcar. Es verdad que la eliminación de este aparcamiento para colocar un pequeño bosque urbano que consiga dar un carácter más amable a la muy dura ronda del guinardó, elimina también un centenar de plazas de aparcamiento gratuito. También se pierden las plazas de aparcamiento irregulares pero toleradas que hay debajo del viaducto entre Tous y Cartagena ya que por allí han de pasar los carriles de la Ronda del Guinardó.

Por otro lado ya hay medidas para absorber ese aparcamiento perdido: por un lado en la calle Tous se construirá un aparcamiento público de concesión (donde compras la plaza por 50 años a un precio más que razonable y cuya renovación a los 50 años es una tarifa muy barata), y por otro se ha extendido el área verde de aparcamiento prioritario de los vecinos hasta la avenida Verge de Montserrat, permitiendo que los vecinos tengan muchas más zonas disponibles sólo para ellos para aparcar.

Parece ser que por las reuniones realizadas con vecinos, no hay demasiadas objecciones por la pérdida de aparcamiento que queda paliada por las diversas medidas que he descrito, pero esto no indica que una vez realizado el proyecto o en su realización haya vecinos que no estén de acuerdo.

Detrás de todo hay un modelo de movilidad y ciudad

Ante todo no deja de ser una acción más encaminada a mejorar la movilidad y el entorno de la ciudad bajo un modelo, que tienen los partidos de izquierda de la ciudad, basada en una prevalencia del peatón y del transporte público sobre el coche, de facilitar el aparcamiento para los vecinos y reducir los desplazamientos internos en coche privado en pro del transporte público. El hacer una ciudad pensada más para el ciudadano que para el coche, que a veces se plasma en medidas que a priori no son tan populares como la implantación del área verde pero que sin su implantación no podrían hacerse otras medidas como la del derribo del viaducto y una reforma que parece contar con el consenso de los vecinos.

Sin medidas de este tipo, tanto las más populares, como las más impopulares, tendríamos un modelo de ciudad distinto, donde la prevalencia del coche estaría por encima de la del ciudadano, modelos como los de Madrid que se han mostrado insostenibles a largo plazo (con más y más rondas que circunvalan la ciudad) y con unos niveles de tráfico y saturación que superan con creces los peores días de Barcelona (a pesar de que Madrid cuenta con una excelente red de Metro). Lo que ha fracasado de este modelo es la capacidad de compartirlo y comunicarlo, hacer partícipe al vecino de todo el proyecto. Medidas populares como el bicing o reformas que permiten la semipeatonalización, zonas 30 o reformas como la del viaducto del Guinardó, se entremezclan con otras a priori menos populares como el área verde o la construcción del túnel ferroviario por el Eixample (el famoso túnel del AVE) para conseguir aliviar la presión de los trenes de largo recorrido en los túneles que han de priorizarse para las cercanías y regionales, o la reducción de la velocidad en las rondas y vías rápidas dentro de la ciudad. Es verdad que en esto no se ha alcanzado los objetivos, pero también es verdad que sin estas otras medidas menos populares no se puede hacer un modelo de movilidad en la ciudad algo más civilizado y amable. Aunque todo esto forma parte de un debate más profundo. Todo esto viene a cuento de que los partidos de la oposición que se apuntan por un lado a las movilizaciones contra el área verde luego no pueden sumarse con la misma coherencia a la propuesta de reurbanización de la Ronda del Guinardó: hacerlo de la forma que plantea el ayuntamiento necesariamente implica que hayan unas medidas para absorber el aparcamiento para los vecinos. Pero todo esto es lo que suele diferenciar los partidos responsables, con modelos de ciudad, de los como el PP o CiU son partidos que se suman al populismo y a las plataformas.

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