Hacia el soberanismo

La manifestación de ayer de la Diada ha sido un éxito, un éxito, además del que me alegro. A pesar de no haber asistido (soy de esos que terminó decidiendo si iba o no a última hora, comido por dudas existenciales de todo tipo), quería que la manifestación fuera un éxito. Un contrasentido, que me costará aclarar.

Yo me siento soberanista, creo que en Catalunya hemos de poder decidir de forma unilateral que tipo de estado queremos, como queremos organizarnos y que relaciones queremos tener con nuestros vecinos. Es la fase más clara de un federalismo más realista. Tal y como está demostrando los últimos años, el “pacto federalista” tal y como lo hemos intentado es imposible. El resto de España no nos verá nunca como un actor que negocia entre iguales, somos una región de España y punto, y por tanto la soberanía recae en el cuerpo social llamado “España” y no en dos cuerpos sociales “Catalunya” y “el resto del estado español” cada uno de estos cuerpos sociales con soberanías que negocian como se relacionan y organizan instituciones comunes.

Es un obstáculo, que hemos intentado soslayar vía acuerdos y negociaciones, esperando generosidad, y que ha llevado al parche de un estado de las autonomías simétrico y una carrera hacia delante buscando más y más competencias, generando, incluso, un problema de gestión y eficiencia del estado del bienestar en toda España.

Por tanto, creo que la única vía para un federalismo o para una independencia, o para lo que sea que los catalanes queramos, es asumir que la decisión parte primero de una postura consensuada unilateral y que esta ha de plantearse como unas líneas rojas que no queremos ceder, con la amenaza de que si esto no es así, nos autodeterminamos.

Es una postura que es extrema, pero nace de la experiencia, ya acumulada de pactos saltados a la torera, o peor aún de injerencias constitucionalistas que en lugar de garantizar derechos individuales lo que nos impone un modelo social que es peor que el tenemos. Y pongo por ejemplo la sentencia contra la normalización lingüística.

La normalización lingüística es un constructo institucional para intentar que dos comunidades lingüísticas con dos idiomas, uno de ellos claramente más fuerte que el otro, podamos convivir sin que el idioma sea un motivo de separación o barrera o una causa de conflicto. Y al parecer, comparado con otras comunidades donde hay varios idiomas, nos hemos salido bastante bien. Hemos evitado otros modelos, como el vasco, donde hay niños que asisten a escuelas (españolas y españolizantes) y otros a ikastolas (vascas y vasquizantes), donde hay una clara fractura entre los “autonomistas” y los “soberanistas” que lleva a dificultades claras para construir consensos políticos y sociales.

Hemos transformado una debilidad en una fortaleza cohesionando la sociedad. Pero al parecer la Constitución Española es incompatible con esta realidad y nuestro constructo institucional. Y es imposible convencer a millones de españoles que voten una modificación de la Constitución que haga que un ciudadano español que resida en Catalunya tenga la obligación de aprender catalán si quiere utilizar la educación pública o si quiere trabajar en la administración. Esta limitación hará que nuestro constructo institucional y social que ha permitido que no haya fracturas sociales graves o que la lengua sea motivo real de confrontación política y social, desaparezca o bien vea limitado su efecto.

Este es un ejemplo, tal vez el más notorio, de que el encaje no puede venir del pacto, sino de establecer una posición que nos autodetermine y que el cuerpo social que llamamos Catalunya (o sea los ciudadanos que vivimos en Catalunya, vengamos de donde vengamos) definamos que es lo que queremos y luego lo planteemos de forma unilateral, para poder, si tuviera que ser así, plantear al resto de España las condiciones en las que queremos (si es que queremos) formar parte de un estado llamado España o de lo contrario irnos con todo lo que ello significa.

Puede parecer una salida extrema para muchos, poco entendida fuera de Catalunya, pero es la salida que nos dejan. Esperar generosidad de las instituciones del estado y de los dirigentes políticos estatales es un absurdo. No tienen los incentivos para hacerlo, tanto electorales (el resto de ciudadanos del estado creen que la situación actual ya es buena y peor, comienza a haber más tendencia hacia una recentralización) como de interés político e incluso personal. Cabría de una generación política con un sentido de estado tan amplio que dejara a los grandes nombres como Lincoln, Churchill o Olof Palme al nivel de enanos políticos. Y esperar que se constituya una generación de genios y estadistas en las élites políticas es ser un utópico.

Aunque la opción soberanista es extremadamente complicada y llena de riesgos, el soberanismo opta por qué el cuerpo social llamado Catalunya decida su futuro sin consensuarlo o pactarlo con el resto de España, y esto comporta que puedan decidirse posturas más extremas como la independencia pura y dura, es la única que nos permitirá consensuar lo que queremos, y que al parecer nos da opciones más sabias y correctas que las impuestas a través de los acuerdos con el resto del estado (por ejemplo, la normalización lingüística).

No asistí a la manifestación porqué no soy independentista, considero que un modelo federal asimétrico es mejor que la independencia. Aún así, ya renuncio a conseguirlo por las vías institucionales que la Constitución nos permite, y por tanto considero que la forma de conseguirlo es a través de posicionamientos unilaterales, donde definimos que competencias queremos compartir y cuales las consideramos propias, definimos que los impuestos los recaudamos nosotros y cedemos una parte de solidaridad interterritorial que sea pactada y no impuesta para hacerlo homogéneos a la solidaridad interterritorial que hay en otros estados europeos, y planteamos un diálogo de igual a igual. Aunque un proceso de este tipo es más probable que lleve a un duro y difícil camino hacia la independencia, considero que le mantenimiento del status quo actual no deja de ser la prolongación de una tomadura de pelo y una injusticia aún mayor.

Lo divertido de todo esto es que las élites sociales catalanas (especialmente las élites económicas) no están muy por la labor (el interés general no ha de coincidir, a pesar de lo que creen los neoliberales, con el interés de la clase económica de más alto nivel) y la élite política, especialmente la de CiU, está bastante collada por los intereses de clase que representan. Por tanto no esperaremos que la manifestación de ayer vaya a provocar en Artur Mas nada más que incentivos para hacer gestos de cara a la galería. No nos engañemos, los verdaderos soberanistas no son los que se atribuyen desde el centro derecha catalán, la portavocía de Catalunya del catalanismo.

14 comentaris a “Hacia el soberanismo

  1. Tu comentario me parece interesante y consecuente. Contrasta muy vivamente con el absoluto desastre que ha sido el discurso de Pere Navarro sobre este tema, ejemplarizado en la vergonzante negación del carácter independentista de la manifestación.

    Es cierto que la única vía mínimamente realista para el hipotético federalismo es la que tú apuntas: marcar primero terreno soberanamente. Aun así la pregunta que me hago es: después de tanta molestia, de plantarse soberanamente, de decir que queremos algo con un máximo consenso y que es de puro derecho (más allá del texto de la Constitución) reconocer y aceptar nuestra voluntad… Tanto, tanto trabajo que va a costar esto… ¿Los catalanes vamos a querer hacerlo para conseguir nuestra presencia como sujeto libre de derecho en una España federal?

    Creo que si se recorre ese dificilísimo camino ya va a ser para conseguir un estado independiente, aunque eso fuera por fases. No para reformular una España que no desea ser reformulada.

    Digo esto no siendo, de forma oficial, un independentista; y no habiendo ido a la manifestación de ayer. Ayer no fui, pero creo que la manifestación de ayer me convenció para ir a la siguiente que se haga. Entonces vamos a ser 600.001.

    Aunque lamento y recelo de las interpretaciones más crudamente económicas que también servirían para la independencia del Norte de Italia. Pero Cataluña no es el Norte de Italia. Cataluña es algo diferente. Pienso que en el fondo España lo sabe. Es una lástima pero me parece que la España que algunos quisimos, no pudo ser, y no va a poder ser ya.

    Un saludo.

  2. Hoy más que nunca vuelvo a pensar que la sentencia del Estatut debió ser leída de una manera más profunda y marcar el inicio de un debate más intenso sobre la democracia y el derecho a decidir de los pueblos.La reflexión que hoy planteas hace prácticamente dos años, debió entrar en el debate político, sobre todo del PSC. Hoy ni están ni se les espera. Sab but True!

    Salut Company

  3. Dani:

    Es cierto que todo el camino que planteo, el resultado más probable (no el único y necesario) sería el de la independencia. Sí, soy consciente, pero no se me ocurre otro.

    Boqueron, Dani:

    Hoy por otro lado, Navarro me ha gustado más que en otras ocasiones.

  4. TROLL WARNING – pensando en voz alta, que nunca es bueno:

    Bueno, aun reconociendo que yo soy internacionalista “iluminado” (en el entendido que las naciones son “por mis principios irrenunciables” un lamentable atraso troglodita, y que las lenguas deben ser para comunicarse lo mejor posible, y nada más), ¿qué les diría a compatriotas que no quieren serlo? …pues que no esperen que yo sea su mejor vecino. De hecho seré el peor. A mí desprecios los justos ;-)
    Porque eso de “no queremos el estado opresor español, pero somos muy amigos de los españoles ¿eh?” …eso no mola nada, caballero (no es que usted lo haya dicho, claro ;-).

    Pero bueno, ahora en serio, osea, vamos a ver eso del soberanismo, visto de persona a persona, yo diría, cuando me pongo mi batín de sociólogo aficionado, que se compone de cierto porcentaje de dos posturas personales, la justificadora y la iluminada; pongamos por ejemplo la justificadora (hay variantes, claro, es que el idioma, es que el estatut… pero vamos a lo fundamental, que es la pela):
    “no quiero pertenecer a tu mismo club, porque bueno, resulta que TU (nuestro) club a mí me trata especialmente mal porque vivo en tal región; me quiero salir (con mi región)”…
    A esto lo único que puedo decir es que las competencias son (casi) igual para todos, y que los impuestos los pagan las personas, no las “regiones”, así que si a Catalunya le toca pagar más (“el expolio”) será porque la renta media es más alta.
    A partir de aquí, bueno, la única protesta puede venir de qué porcentaje de esas rentas altas se reinvierte allí (en la misma región del estado España), y si bien el porcentaje de inversión respecto a impuestos pagados puede ser menor, con TOTAL SEGURIDAD, la reinversión PER CÁPITA en Catalunya posiblemente es más alta que en otras regiones (estoy abierto a que me abrumen con los datos). Además, ¿qué le hace pensar que muchos catalanes no preferirían invertir en Andalucía, siquiera para frenar los flujos migratorios? ¿No invierte España en ayuda para el desarrollo de otras “naciones”? (vale, esta es un pelín demagógica, pero se puede elaborar).
    Así que si a las personas en Catalunya individualmente se les trata netamente “mejor o igual” que en otras regiones, pero “mal” respecto a los impuestos que pagan las rentas altas en la región, entonces la conclusión es que se independiza la región y ¿todos contentos?. OLE.
    La verdadera Conclusión de esta postura: En este caso (prefiero cambiar de club porque me tratan mal) sería mejor que cada uno decidiera mudarse a Alemania o a EEUU, o incluso a Madrid (que aquí atamos los perros con longanizas) que pedir independencias, así que no debe ser eso; dejaros de tontadas y decid que queréis independencia y/o trato especial porque sí, porque os lo pide el cuerpo. Lo que nos lleva a la siguiente postura o actitud:

    “aunque tuviera el mismo trato que los demás, hay cuestiones de principio que quiero (queremos) para mi región que son impedidas (y por lo visto siempre lo van a ser) por el supraestado opresor, y por tanto mis principios obligan al superfederalismo asimétrico y/o la independencia con ventaja”.

    Y qué decir a esto, pues que vale. Si tenéis esos principios para qué discutir. Hasta luego chatos. Y suerte con que el miniestado resultante no sea también un poco opresor (ya me iréis contando si el alcalde de Barcelona no tiene más poder que el Prèsident; ya estoy viendo a Lleida pidiendo la independencia de Catalunya, o mejor todavía, el traslado de competencias; lo que me iba a reír).

    Salu2

  5. Al anterior comentarista juan, mi respuesta personal sobre algunos puntos en que aprecio cierta confusión.

    “qué le hace pensar que muchos catalanes no preferirían invertir en Andalucía, siquiera para frenar los flujos migratorios?”

    La realidad. La constatación de la realidad. Es así. No quieren.

    “Si tenéis esos principios para qué discutir. Hasta luego chatos.”

    Este es el objetivo perseguido por los independentistas. El objetivo no es “somos independentistas, que lo sepas, pero bueeeeno vaaaaale veeeenga España, vamos a hablar y a ver si nos entiendes bien”. El objetivo del independentismo es precisamente el hasta luego chatos. O sea que yo esta frase la reformularía:

    “Si Cataluña decide ser independiente lo respetaré. No intentaré imponerles otra opción, desde fuera.”

    Pero queda más neutro. Ese “¡¡Vete!! ¡¡No te quiero ver más!! ¡Borraré tu teléfono! ¡Y no me envíes ningún whatsapp!” de jóvenes enamorados, resulta un poco más intenso. El resultado es el mismo.

    ¿Y sabes qué? Si estaban enamorados de verdad se les pasa el enfado y vuelven. Pero si no es así, entonces realmente se termina.

  6. “así que si a Catalunya le toca pagar más (“el expolio”) será porque la renta media es más alta.”

    Podemos entrar en esto. Hablemos de renta disponible después de pagar impuestos y recibir servicios. El resultado es que la mayoría de catalanes a priori tienen más renta que la mayoría de andaluces, pero una vez hecho el pago de impuestos y la recepción de estos servicios esto se invierte. La cosa sea agrava si consideramos el coste de la vida (sobretodo el precio de la vivienda).

    El hecho no es que paguemos los impuestos (casi) por igual (y digo casi, porqué Euskadi y Navarra no se pagan los mismos impuestos), sino que la verdadera herramienta de re-equilibrio, que es el gasto de estos impuestos no se hace igual por habitante de ninguna de las maneras. Hay regiones extraordinariamente subsidiadas donde el gasto público por ciudadano es muy alto y otras donde no.

    Es ahí el problema de los 16.000M€ que dicen algunos, en el gasto no en la recaudación.

  7. ” y si bien el porcentaje de inversión respecto a impuestos pagados puede ser menor, con TOTAL SEGURIDAD, la reinversión PER CÁPITA en Catalunya posiblemente es más alta que en otras regiones ”

    Me remito a los papeles que han escrito Antoni Castells cuando era académico (y no político) o los de Vicenç Navarro. Verás que los datos de inversión pública en CAT son mucho más bajos que la media de ESP.

    “Así que si a las personas en Catalunya individualmente se les trata netamente “mejor o igual” que en otras regiones”

    No es así, nuestros servicios públicos son peores que el de otras regiones, una variable bastante explicativa es el demencial sistema de financiación autonómica catalán. Otra decisiones de más de dos décadas de gobiernos de derechas. Pero eso no quita que lo primero exista.

  8. Me esperaba una cantidad más abrumadora de datos, pero bueno. A José R. le reitero que si es cuestión de dinero, que se pida dinero. Ojo que yo estaría encantado que los impuestos se recaudaran en las autonomías. Lo que es justo es justo. Lo que pasa es que frente a Castells y Navarro hay otros muchos que también hacen las cuentas sin inventarse demasiadas hipótesis. Como por ejemplo los presupuestos generales del Estado (Español, claro).

    El País Vasco y Navarra vienen mucho como ejemplos últimamente. Éstos (al menos lo sé de Navarra) tienen fueros propios desde el medievo, desde antes de la corona de Aragón; es una especie de tradición, y sí, ellos sí que han sido siempre diferentes. Se dice que a Cataluña se le ofreció un aforamiento parecido al redactar la constitución y no lo quisieron, pero mis fuentes en esto son un poco fachas, así que no lo daría por seguro.

    Y a Dani, claro que sí, exprésalo como quieras. Yo amor no tengo por los que me cierran la puerta, ya digo que desprecios los justos.

    Un saludo.

  9. Juan:

    Los PGE no distribuyen el gasto público de forma equilibrada sino es bastante arbitraria, rara y hasta disfuncional (se pagan con los ingresos de dos años de diferencia, algo bastante absurdo). Yo te recomiendo que mires los papeles de Navarro y Antoni Castells al respecto y revises el tema, el hecho es que el estado del bienestar en CAT está infrafinanciado con respecto a la media de ESP y un factor muy importante es la mala inversión por habitante que se hace a la hora de repartir.

    Por otro lado, creo que no entiendes un carajo cuando dices “es una cuestión de dinero pues..”. No, el dinero es solo uno de los factores. También lo es el tema de que leyes que nos han servido de consenso como la de normalización lingüística no son compatibles con la Constitución. Se trata de poder decidir que temas queremos gestionar, vivir y tratar solo nosotros y cuales queremos compartir. Eso se llama federalismo, el resto son parches.

    Por cierto, defender los fueros es del género tonto. Por un lado por basarlo en hechos históricos, podríamos pedir aquí los diezmos eclesiásticos si estamos medio tontos, o pagar en sestercios. Segundo por no entender que en cualquier estado moderno, un territorio donde hay más gente rica que la media del estado no puede ser receptor neto como lo es Navarra y Euskadi. Pero vamos, eso es un problema que ESP no quiere afrontar desde las guerras carlistas.

    Por otro lado, yo no quiero los fueros, ni un país que acepte tamaña injusticia. Si CAT sigue dentro de ESP, mientras sus ciudadanos sean de media más ricos que la media de ESP, CAT tendrá que ser donante neto (no a las dimensiones de hoy) y así debería serlo. Cualquier persona que crea en la redistribución no puede asumir que el fuero sea algo bueno.

  10. Jose A:

    No me quiero enfangar demasiado, pero creo que algo tengo que decir a esto. Los PGE son muy mejorables, y el federalismo es deseable y seguramente más eficiente. Otra cosa es que en Catalunya se invierta per cápita menos de lo que se invierte en Extremadura. Si Navarro y Castells de lo que hablan es de la “balanza fiscal” y la “deuda histórica” pues mire, esto es como lo del déficit tarifario eléctrico, cada uno se lo presenta como mejor le conviene y usted cree a quien le interesa. Quizá yo no conozco sus fuentes, o quizá usted no ha leído las “contrarias”. Me da igual. Es trivial recordar que no hay una medida exacta, científicamente justa, para la solidaridad territorial. Sea como sea yo SÍ defiendo que en Cataluña se invierta per cápita lo mismo que en Madrid o Extremadura, y que los servicios sean equivalentes (no iguales; si no no tendría sentido el federalismo y tanto gobierno, pero igualmente dotados). Eso sería suficiente para fomentar la convergencia.

    Ser internacionalista y defender los fueros es incompatible. Y ya sería la bomba si los calificase como “buenos”. El despiporre ya sería si los “justificase” con la tradición histórica. Usted se lo ha guisado y no seré yo quien se lo coma. Y sí, efectivamente, Cataluña, Navarra y País Vasco deben ser contribuyentes netos, lo mismo que Alemania en la UE. Incluso en el federalismo más laxo tenemos imposiciones mutuas (¿le suena la PAC?) y leyes que no son del gusto de todos. No pasa nada por confomarse un poco.

    Lo de que yo no entiendo nada es una opinión de esas “respetable” (vamos a cogérnosla con papel de fumar); a ver, a los catalanes puede molestarles (y lo entiendo eh?) que alguien que se va a vivir allí no quiera aprender catalán, lo mismo que a un murciano le puede fastidiar tener que aprender un idioma nuevo y examinarse de él (con la competencia de “nativos”) para poder ser servidor público en su propio país, cuando ya domina la lengua co-oficial que todos comprenden y usan. ¿Qué queja es más legítima, teniendo en cuenta que la segunda se refiere a un agravio comparativo de facto, y la primera sólo afecta a un “sentimiento”? (ojo aquí también, que me va a decir que yo ataco el catalán… a mí me da igual, como si hablan en klingon). A usted le parece que la (eufemísticamente) llamada normalización linguística ha sido super mega positiva (esos datos abrumadores a favor y tal; estaría bien compararlo con la situación del inglés en Florida, pongamos por caso), y si unos señores con toga dicen que es inconstitucional, pues será porque son anticatalanistas y no quieren que Cataluña siga siendo un paraíso del bilingüismo, no por otra cosa. Será eso, sí. Y soy yo el que no entiende nada.

    Resumiendo muchísimo, lo que yo sí que creo es que hay mucho antiespañolista en Cataluña, y sus razones no me parecen suficientes: de lengua, de dinero, de lo que sea para afear “al de fuera” y fomentar “lo catalán”, así que a falta de razones tendrán que ser “sentimientos”. A eso voy. Tampoco he dicho que sea malo, no se invente cosas. Es lo que (creo que) hay. Y si eso es lo que hay, ya lo dije, hasta luego y que les vaya bien.

    Un saludo

  11. Hay sentimientos que luego se traducen en razones. No razones objetivas de por sí. Hay, básicamente, un desencuentro. La sensación de que el político español, llámese Aznar, Zapatero, Rajoy o Rubalcaba, no defenderá los intereses de Cataluña. Y una identificación más grande con la colectividad catalana que con la española.

    No hay una situación de agravio objetivable como tal excepto en acaso algunos puntos muy concretos.

    Un ejemplo muy bueno de eso es precisamente el que dices: los argumentos constitucionales a favor de que el catalán no sea obligatorio conocerlo y sí el español tienen mucho sentido jurídico; pero son, al mismo tiempo, razones más que buenas para que el que quiere esa obligatoriedad del catalán, ese estatus oficial pleno, defienda la independencia “y así ningún tribunal nos corrige”.

  12. Juan:

    “Sea como sea yo SÍ defiendo que en Cataluña se invierta per cápita lo mismo que en Madrid o Extremadura, y que los servicios sean equivalentes (no iguales; si no no tendría sentido el federalismo y tanto gobierno, pero igualmente dotados). Eso sería suficiente para fomentar la convergencia.”

    Me encanta que lo defiendas, ningún gobierno español lo hace, ni de facto ni de verbo.

    “lo que yo sí que creo es que hay mucho antiespañolista en Cataluña, y sus razones no me parecen suficientes: de lengua, de dinero, de lo que sea para afear “al de fuera” y fomentar “lo catalán”, así que a falta de razones tendrán que ser “sentimientos””

    Sí, claro tonterías, dinero (y por tanto que tipo de servicios del estado del bienestar recibimos o no), la lengua (o sea lo que conforma parte de tu identidad personal y cultural), o las instituciones que hacen que tu convivencia sea aceptable, tonterías…

    Haz un check of privilege y luego valora.

    Por cierto, se puede ser independentista y no antiespañol, respetar la identidad nacional española y no ser un cerril que llama botifler a todo el que no se ate una ceba a la cabeza.

  13. Debe ser verdad que se puede ser independentista y no antiespañol, Jose R, porque también se puede ser independentista y defender la Unión Europea (lo sé porque muchos catalanes lo hacen). Otra cosa es que a mí me parezca un problema de disonancia cognitiva. Visualicémoslo: Cataluña en la UE también va a tener que tragar con no recibir el dinero que se merece, con una política agraria que no le conviene, con tipos de interés que no son los adecuados en cada momento, con (conjetura de ejemplo) política de costas que hacen ilegal la última aprobada por la Generalitat… y mil cosas más. ¿Luego van a pedir la independencia de la UE? (vamos a suponer que les dejan dentro, para empezar).

    Todo se queda en los sentimientos (aquí me enroco, y meto también lo de la “identidad”; no quiero entrar en debates sociológicos), porque el dinero y la lengua son medios, no fines, y los medios siempre tendremos excusas para defender que no son suficientes, que somos injustamente tratados, sobre todo cuando esos sentimientos nos lo dictan.

    Por ponerlo en perspectiva a su estilo, que a todo se le puede dar la vuelta “se puede defender una financiación territorial justa y eficiente, y el estatus de la lengua catalana sin amenazar con la secesión, o recordar constantemente que Catalunya is different”.

    Ya sé que la intención del post era decir que no se podía, pero a eso he entrado a comentar yo, para decir que está muy cogido por los pelos, que igual todo eso que “no se puede defender” en el marco de España, igual es porque se pasa tres pueblos en términos de equidad o de convivencia. Lo digo como posibilidad, tampoco es que yo sea un experto en catalanismos.

    Salu2

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