El verdadero gran culebrón

Jordi Évole nos ha regalado uno de sus irónicos artículos en El Periódico, comparando el procés con un gran culebrón. Resulta paradójico ya que para culebrón el que llevamos viviendo con el intento de “encaje de Catalunya en España”. Ese federalismo prometido. Su primer capítulo nace antes de la muerte del dictador, cuando las fuerzas democráticas, todas, incluyen el derecho a determinación de los pueblos de España. Desde el exilio es fácil defender muchas cosas, desde el marxismo a la autodeterminación. En la construcción de la Constitución se ideó un sistema que diera salida a las “nacionalidades históricas”, una especie de cosas llamadas autonomías, pero que al final se fueron diluyendo. Para adecuarnos al ritmo de las autonomías más artificiosas (todos conocemos la reivindicación histórica de reconocimiento del pueblo riojano) y para responder a las tensiones recentralizadoras del estado español, que a medida que el cadáver del dictador se enfriaba Continua llegint

Un lugar incómodo llamado España

La identificación nacional es aquello que nos hace querer adscribirnos a una narrativa nacional y no a otra. Aquello que nos hace ser más solidario con un señor que vive a 1.000km de nosotros y no con el que vive a 200km por el mero hecho que forma parte de nuestro país. Define con quien queremos construir un proyecto colectivo, con que “demos” nos queremos identificar. En el fondo cual es el país mental en el que nos movemos. El problema de España es que se ha vuelto un lugar mental muy incómodo. Su narrativa nacional hace aguas. España como identidad nacional mantiene una tensión entre una forma de patriotismo anclada en el pasado franquismo y una negación de si misma. España debe ser uno de los países donde más personas con identidad nacional española de origen reniegan de esa misma identificación nacional. Y no es una cuestión de nacionalismos Continua llegint

El fracaso de las terceras vías catalanas

Yo he sido federalista casi 20 años, he colaborado en proyectos que luchaban por una tercera vía entre el centralismo español y el independentismo catalán casi durante ese mismo período. Los proyectos políticos se han de juzgar con perspectiva. El reformismo catalán es el que impulsó el modelo autonómico, la descentralización administrativa (que no política) del estado español y en parte el modelo de la España de 1978 mama de ese reformismo. No niego sus logros en mejorar el sistema franquista. Pero esos logros tienen casi 40 años. Se supone que en democracia había mayor margen para poder reequilibrar las fuerzas centralizadoras basadas en la concentración de poder que siempre ha tenido España. La “tercera vía”  ha de ser juzgada por sus efectos durante la democracia. Y aquí ha fracasado. Catalunya no ha mejorado su situación fiscal (y de inversiones, disponibilidad presupuestaria, etc…) por mucho que se han descentralizado competencias Continua llegint

Cuando la estelada se transformó en la bandera de los demócratas

El intento de prohibición de las esteladas en la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón ha sido uno de los mayores tiros en el pie que se haya podido pegar el aparato del estado español en su combate contra el movimiento independentista. Como mínimo ha conseguido tres efectos negativos para la causa anti-independentista. El primero ha sido galvanizar al independentismo durante una semana en algo que les une. Lo peor para el independentismo es pasar tiempo fuera del combate ideológico, entonces emergen las contradicciones internas y el aburrimiento. El independentismo está en una fase en la que ha combinar el trabajo tranquilo a través de las instituciones y la presencia en la calle (como la futura manifestación contra el Tribunal Constitucional del 29 de mayo). La prohibición de la estelada ha recordado al independentismo que tiene enfrente un estado que va a utilizar todas las vías Continua llegint